La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) cree que la economía española podría entrar en recesión técnica (es decir, dos trimestres consecutivos con caídas del PIB) entre finales de este año y principios del próximo. Sus estimaciones apuntan a que el PIB se estancará ya en el tercer trimestre, con un crecimiento que podría ser "muy levemente positivo". Ya en el cuarto trimestre la economía entraría en terreno negativo, con una caída que podría rondar entre el 0,2 y el 0,3% que se prolongaría también al primer trimestre del año próximo.

Así se ha expresado Esther Gordo, directora de Análisis Económico de la Autoridad Fiscal, en una rueda de prensa en la que la Airef ha detallado las líneas fundamentales de los presupuestos de las administraciones públicas para 2023. Un informe que el vigilante fiscal dio a conocer la semana pasada y que su presidenta, Cristina Herrero, ya desgranó ante la comisión de Presupuestos del Congreso.

Gordo ha afirmado que el deterioro económico de Europa "está siendo muy intenso y eso puede llevar a revaluar la magnitud de la caída". Además, ha recordado que la mayoría de los organismos de análisis prevén contracciones del PIB en Alemania o Italia en 2023, un escenario en el que "va a ser muy difícil que España evite una caída del PIB en uno o dos trimestres". 

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En todo caso, la directora de análisis económico del organismo ha hecho una matización clara sobre las implicaciones que una recesión técnica puede tener sobre la economía. "La definición de recesión técnica son dos trimestres seguidos negativos. Nosotros tenemos nuestras dudas de que esto implique una recesión", ha expresado. Gordo ha recordado el caso de Estados Unidos, donde los criterios para declarar una recesión van más allá de dos trimestres consecutivos en negativo y tienen en cuenta otras variables como el desempleo que en ese país está en niveles históricamente bajos. 

Las previsiones de la Airef van en la línea de la mayoría de analistas, que todavía esperan que el frenazo económico sea leve y la actividad vuelva a repuntar a partir de la primavera del año próximo. El propio Banco de España dibujó un escenario como este en sus proyecciones macroeconómicas publicadas a comienzos de octubre. 

Sin reducción de déficit si se prorrogan las medidas

Además, la institución que preside Cristina Herrero ha advertido este lunes de que prorrogar todas las medias del plan de choque contra la inflación también a 2023 implicaría no reducir en déficit ni una sola décima el año próximo. Además, hacerlo implicaría incumplir la recomendación específica de la Comisión Europea para España de no elevar el gasto primario corriente por encima del crecimiento potencial a medio plazo. 

Según las estimaciones de la Airef, el desequilibrio en las cuentas públicas del país podría situarse en torno al 3,3% del PIB el año próximo en ausencia de prórrogas al plan de choque. Sin embargo, este escenario parece poco plausible, pues el Gobierno ya ha anticipado que prolongará a 2023 algunas de ellas y se reserva la posibilidad de introducir medidas nuevas.

En el plan presupuestario remitido a Bruselas -un documento en el que el Ejecutivo resume a las autoridades europeas las líneas principales de los presupuestos de las administraciones públicas- se recoge un segundo escenario distinto al que aparece en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En él, Hacienda se reserva un margen de unos 20.000 millones de euros para prorrogar medidas o introducir algunas nuevas. Esos 20.000 millones procederían de una previsión de recaudación tributaria superior a la que aparece en los PGE y que la Airef considera bastante más realista que la que aparece en el documento aprobado en Consejo de Ministros.

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Sostiene el vigilante fiscal que si el Gobierno acomete una prórroga parcial de las medidas como la que se pretende en el plan presupuestario, el déficit público se alzaría hasta el 4,4% del PIB en 2023, una cifra muy similar al 4,6% que la Autoridad Fiscal vaticina para 2022. Si la prórroga de las medidas fuera total, el desequilibrio en las cuentas se elevaría hasta el 4,6% del PIB por lo que no se produciría reducción de déficit. Por contra, el Ejecutivo espera que el déficit alcance el 5% en 2022 y se reduzca hasta el 3,9% el año próximo. Dos cifras a las que el vigilante fiscal da escasa credibilidad.

De igual manera, la presidenta de la Airef ha alertado de que si no se toman medidas -ya sea aumentando ingresos o reduciendo gastos- el déficit se estancará algo por encima del 3% en los próximos años. En consecuencia, la deuda se mantendrá en un entorno próximo al 110% de PIB en ese mismo periodo. "Este ratio de deuda en un contexto de subida de tipos tiene un elevado coste de oportunidad y coloca a nuestras finanzas en posición vulnerable", ha advertido Cristina Herrero.