Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

¡Qué manera de aplaudir!

Pedro Sánchez, en el Congreso.
Pedro Sánchez, en el Congreso.
EP
Pedro Sánchez, en el Congreso.
¿PREGUNTAR OFENDE? por Miguel Ángel Aguilar

Siempre hay maneras. En francés lo decía en el Congreso de Viena Charles Maurice Talleyrand, il-y-a toujours la manière, y Joaquín Sabina lo reiteraba en su himno para el centenario del Atlético de Madrid: Qué manera de aguantar, qué manera de crecer, qué manera de sentir, qué manera de soñar, qué manera de aprender, qué manera de sufrir, qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de morir. Ahora, la vuelta del decibelímetro al hemiciclo del Congreso de los Diputados, por primera vez desde el 28 de enero de 1976 ha permitido dibujar con rigor científico la gráfica de los aplausos de la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles. El trabajo se ha limitado al comienzo de la sesión de control al Gobierno, atendiendo solo a las tres preguntas orales formuladas al presidente del Gobierno, que en este caso correspondían a Cuca Gamarra, del PP; a Santiago Abascal, de Vox; y a Gabriel Rufián, de Esquerra Republicana de Cataluña.

El propósito inicial era comprobar que los mayores aplausos se reservan para subrayar las mayores vilezas y las expresiones más cainitas, pero la sesión de control transcurrió sin grandes aspavientos ni descalificaciones, de modo que por esta vez orientamos nuestro análisis a la energía suscitada por cada uno de los oradores en cada una de sus intervenciones, que aparecen coloreadas en el cuadro número uno en azul, rojo, verde, y amarillo las que corresponden a los portavoces del PP, PSOE, Vox y ERC. Aclaremos que entendemos por energía el producto que resulta de multiplicar la intensidad acústica del aplauso medida en decibelios dBA por su duración medida en segundos.

Dado que como los aplausos que se tributan a los oradores están estrictamente perimetrados y proceden en cada caso en exclusiva de los diputados adscritos al grupo parlamentario del portavoz que formula la pregunta, nos ha parecido relevante establecer en el cuadro número 2 la cuota que corresponde a cada diputado a la que se llega dividiendo la energía por el número de los que integran cada grupo que han contribuido a generarla. Esta energía per cápita viene a medir el fervor promedio de los diputados adscritos a los diferentes grupos. Va de soi, queda fuera de discusión, que el esfuerzo requerido a cada uno de los diputados de un grupo parlamentario para que la suma de sus aplausos alcance, por ejemplo, 90 decibelios es mucho mayor si los palmeros afanados en tributarlo son 50 que si proceden de 150 y que para el mismo logro en el primer caso la motivación ha de ser mucho mayor. Continuará.

Gráfico.
Gráfico.
Carlos G. Kindelan
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