La ganadería madrileña de Victoriano del Río, famosa por sus astados de gran pitón y veloz carrera, ha protagonizado un encierro rápido y atropellado, que ha dejado sustos y volteos de mozos en distintos puntos de Mercaderes, Estafeta y dentro del coso.

La velocidad de los astados, y lo apretados que iban, ha lanzado al suelo a varios corredores de este encierro, el séptimo de las fiestas. E incluso ha volteado a un joven en la calle Mercaderes y a otro en el centro de la plaza.

El primer parte de heridos arroja un balance de cinco corredores trasladados a hospitales, ninguno de ellos por asta de toro. La mayoría han sufrido contusiones y traumatismos por las caídas o los pisotones.

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Procedentes de la finca "El Palomar", en la localidad de Guadalix (Madrid), los toros de esta divisa han sido, como se les esperaba, muy veloces y han completado la carrera en 2 minutos 14 segundos.

Así ha sido la carrera

Con pesos entre los 505 y los 570 kilos, Bocinero, Jaceno, Ebanista, Dulce, Misigato y el castaño Enamorado han salido apretados tras los bueyes de los corrales, una vez disparado el chupinazo, pero ya antes de alcanzar la plaza consistorial un astado negro lideraba la manada.

Los toros han doblado bien la curva de Mercaderes con Estafeta, a toda velocidad, y ahí varios jóvenes han sido arrollados por la manada, que no cedía ni frenaba. 

En la recta de Estafeta es donde se han producido más caídas de mozos, tropezones que obligaban a los toros a saltarlos. La compacta manada ha impedido a los jóvenes lucir bellas zancadas y trenzas con los astados, manteniéndose en prácticamente todo momento al lado de los animales.

Los toros han enfilado el callejón y entrado a la plaza sin mayores dificultades, pero una vez en el coso un joven, estático, ha sufrido un fuerte volteo de un Victorino que, como el resto de sus compañeros, ya buscaba los corrales.