Cataluña contabilizó 13.423 inicios de tratamiento por adicción el año pasado en los centros de atención y seguimiento a las drogodependencias (CAS), con el alcohol como causa principal (43,8%), seguido de la cocaína (24,1%), el cannabis (14,3%) y la heroína (9%).

Así lo ha explicado este lunes el subdirector de drogodependencias del Departamento de Salud de la Generalitat, Joan Colom, en rueda de prensa junto a la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas, para presentar el informe anual del Sistema de Información sobre las Drogodependencias en Cataluña (SIDC).

Además del alcohol, la cocaína, el cannabis y la heroína, Colom ha señalado el resto de drogas como causantes de un 5,9% de los inicios de tratamiento y el tabaco como causante de un 3%, aunque este último, ha dicho, no es representativo porque "la mayoría de personas lo hacen en centros de Atención Primaria o con autotratamiento y no en los CAS". 

El alcohol es la adicción más atendida en Madrid y suben los videojuegos y el 'chemsex'

Estos 13.423 inicios de tratamiento registrados en los 63 CAS que hay en Cataluña son 2.070 más que los contabilizados en 2020, aunque Colom ha señalado que todavía no se han recuperado los niveles anteriores a la pandemia de coronavirus (en 2019, hubo 14.528).

Prevalencia tres veces mayor entre los más pobres

Cabezas ha alertado de que la prevalencia de las drogodependencias es tres veces mayor entre las personas con índices socioeconómicos más bajos, por lo que ha señalado la importancia de abordar la situación "de manera integral e interseccional" y desde la no estigmatización. "Es enormemente importante conocer cómo afectan los determinantes sociales y cómo las actuaciones pueden llegar a todos", ha dicho.

Sobre estos datos, Colom ha detallado que entre el 12 y el 30% de las personas que han iniciado estos tratamientos tienen un nivel socioeconómico muy bajo, especialmente quienes consumen heroína. Además, el porcentaje de personas en el paro es cinco veces superior al de la población general, y, respecto al nivel de estudios, entre el 30 y el 50% de quienes inician tratamiento tienen unos niveles educativos muy bajos. 

En cuanto a las diferencias entre sexos, el 77% de las personas que acudieron a estos centros en 2021 fueron hombres y el 23%, mujeres. Respecto a la edad, el 54% tienen más de 40 años. Las adicciones entre los más jóvenes se producen con el cannabis, con un 44% de personas que han iniciado tratamiento menores de 26 años. En cambio, el 70% de las personas que lo han hecho por el alcohol, por ejemplo, tienen más de 40.

Un nuevo hallazgo podría aumentar el éxito del tratamiento del alcoholismo

A la pregunta sobre el impacto de la pandemia en el consumo de sustancias, Colom ha respondido que se ha observado una "disminución progresiva" en prácticamente todas las drogas y que, durante el confinamiento, hubo una "disminución muy relevante" por los cambios en la socialización y la dificultad de acceso. Sin embargo, ha abogado por analizar bien la situación en los próximos años antes de confirmar que se haya producido un punto de inflexión.

Casi 2.500 usuarios en las salas de consumo supervisado

En cuanto a los servicios ofrecidos a las personas con drogodependencia, Colom ha señalado la importancia de los centros de reducción de daños, es decir, los lugares que buscan que, a la hora de consumir, lo hagan de forma que generen "el menor impacto posible para ellos mismos y para terceras personas".

Cataluña cuenta con 38 servicios de estas características, que, en 2021, atendieron a 4.893 personas. En estos lugares se reparten jeringuillas y preservativos, se hacen cribados de enfermedades, se vacuna a los usuarios y se promueven actividades de higiene, entre otras cosas. 

Además, algunos de estos servicios cuentan con salas de consumo supervisado (concretamente, 14), por las que, en 2021, han pasado 2.489 usuarios. En estas salas se produjeron 176 sobredosis, de las cuales ninguna fue mortal.