Encarna Samitier Directora de '20minutos'
OPINIÓN

Una contundente victoria

Juanma Moreno celebrando la victoria electoral
Juanma Moreno celebrando la victoria electoral
EFE
Juanma Moreno celebrando la victoria electoral

Los 'efectos' Moreno y Feijóo han confluido para dar una histórica mayoría absoluta al PP en Andalucía, que se tiñó ayer de azul por completo. Los resultados borran a Ciudadanos del Parlamento andaluz, reducen a Vox a un papel irrelevante y hunden al PSOE a su peor resultado mientras que las fuerzas a su izquierda pagan duramente su división. Los andaluces han apostado con rotundidad por el candidato que llegó a presidente en 2018 pese a perder las elecciones y que ha construido su liderazgo con un estilo moderado. La tormenta perfecta del PSOE ha hecho el resto: el desgaste de Pedro Sánchez ha provocado una fuga de voto socialista al PP y profundiza los síntomas de cambio de ciclo. El tablero político tiembla.

El 19-J deja una victoria absoluta, la del PP, dos derrotas sangrantes –las del PSOE y Cs–, otros dos fracasos –Por Andalucía y Adelante Andalucía– y la raquítica mejora de Vox. El triunfo de Moreno es también el del nuevo PP, el del barón al que Casado y Egea querían mover la silla y que aliado con Feijóo resucitó a un partido a la deriva. Que Moreno vaya a gobernar en solitario en Andalucía es un balón de oxígeno para el nuevo líder del partido, que podrá hacer oposición sin que el PSOE le pase factura constante de su alianza con Vox. 

Ni Macarena Olona tenía cara de vicepresidenta ni las amenazas para entrar en la Junta han dado resultados a los de Abascal, que ven como le frenan los candidatos potentes del PP. Tampoco ha funcionado la estrategia del PSOE de situar a Vox en el centro de su campaña en lugar de proponer alternativas. La mayoría de los andaluces, en buena parte antiguos votantes socialistas, han optado por el centroderecha de Moreno para ahorrarse bloqueos y dependencias. Al sentenciar a un agónico Ciudadanos, Andalucía ha vuelto a señalar la senda del bipartidismo.

La jornada de ayer se lee también en clave nacional, pese a los ímprobos esfuerzos de la socialista Lastra por negar la evidencia. Espadas, candidato del aparato sanchista, ha pagado los efectos de la tormenta que descarga sobre la Moncloa: la inflación desbocada, el fiasco del tope del gas, el escándalo del espionaje, las alianzas inconvenientes, las disensiones de la coalición... La comunidad más poblada de España, hasta ayer granero socialista, lleva al Congreso 61 diputados. El ciclo electoral está aquí, con la economía de fondo y los viejos mantras, en entredicho. La humildad no le hace falta solo al ganador; el PSOE la necesita con urgencia si pretende reponerse del golpe e intentar enderezar el rumbo.

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