Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La oportunidad de Eva Soriano: las cualidades de una cómica que ya es imprescindible

Eva Soriano en 'La noche D'
Eva Soriano en 'La noche D'
RTVE
Eva Soriano en 'La noche D'

La oportunidades escasean cuando hay miedo a lo desconocido. Y entre los mandamases de la tele surge ese miedo: temen confiar programas a talentos que no cuenten con una popularidad transversal o no sigan unos cánones telegénicos. No vaya a ser que el espectador no reconozca lo que ve y cambie de canal. Ejem. Como consecuencia, suelen repetirse los mismos cánones de comunicadores, cómicos y hasta colaboradores. Pero la televisión es descubrir, no sólo replicar.  O se quedará desconectada de la vida. Porque la sociedad no habita en un bucle de personajes y personalidades. La sociedad va creciendo, aprendiendo e incluso desaprendiendo. 

Eva Soriano destaca en La Noche D de La 1 porque rompe esa tendencia de tele previsible. Su principal cualidad está en que habla el lenguaje de su tiempo. Tiene una mirada actual, sin esnobismos prejuiciosos y, además, controla muy bien los ritmos del espectáculo. De hecho, no confunde ritmo con prisa. Deja respirar la picardía, el baile o la broma cuando toca. Es más, Soriano es hábil creando en directo gags recurrentes que alimentan la trama del show y la hacen avanzar de una manera hilarantemente hilada. Virtud que abraza porque escucha. Escuchar es todo. Lo que le permite realizar entrevistas sin ir de entrevistadora, otra gran ventaja para la televisión.  Que nadie se confunda: la buena entrevista nada tiene que ver con ser trascendente, la buena entrevista surge de la naturalidad que enriquece. 

Si Rosa María Sardá realizaba grandes entrevistas en Ahí te quiero ver en la imaginativa TVE de los ochenta, Eva Soriano consigue un ambiente cómplice e imprevisible en la plana primera cadena de la TVE de la década de los 2020.  En el pasado y en el presente, Sardá y Soriano comparten, cada una en su estilo, el atrevimiento a lanzarse a la corrosión. No es baladí, la ironía es uno de los grandes motores de la tele a la hora de construir vínculos indestructibles entre audiencia y comunicadora. El espectador se siente tratado con la inteligencia que merece y se queda enganchado, pues se siente desafiado creativamente e interioriza que no puede pronosticar lo que pasará o soltará. 

A diferencia de otras estrellas de la tele de hoy, Soriano no está pendiente de favorecer a cámara, transmite que se relaja y se pone a jugar sin que le impongan los mitos que caen sobre TVE. Así Soriano destaca en TVE. Es imprevisible, habla con una joven claridad. Conoce los límites de responsabilidad, pero parece que no le preocupa demasiado el qué dirán. Su prioridad está en disfrutarlo para que lo disfruten. Segura de sí misma. Incluso para reírse de sí misma. Joven pero, a la vez, experimentada: en monólogos, como actriz, en mañanas de radio en Europa FM , en noches con Andreu Buenafuente en Late Motiv y como imitadora en Tu cara me suena, que ha sido su impulso definitivo para cosechar esa confianza en una televisión que es más desconfiada de lo que debería. 

Rosa María Sardá sólo hay una. Obvio. Pero Eva Soriano en el prime time de TVE recupera parte de cierto espíritu de la comedia que sabe que su deber es escuchar para no quedarse atrás. Mejor aún si es con cierta transgresión que nos moviliza y nos une frente al televisor. Nos une a la sociedad al completo. Porque, por momentos, la televisión desde las alturas de sus viejas antenas se estaba olvidando de representar con ojos desprejuiciados a todos, a todas.

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