Puig releva a cinco consellers de su gobierno: España asume Hacienda, Torró Territorio y un médico dirigirá Sanidad

  • El 'president' remodela el Consell a un año de las elecciones para recuperar la iniciativa política y "romper la inercia".
  • La gestión de los fondos europeos y la recuperación, principales motivos esgrimidos por el barón socialista.
  • Miguel Mínguez, profesional sanitario e investigador, principal fichaje para Sanidad tras el impacto de la pandemia.
  • Así queda el nuevo gobierno de Puig: quién entra y quién sale.
Puig, durante su comparecencia para anunciar los cambios en el Consell.
Puig, durante su comparecencia para anunciar los cambios en el Consell.
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Puig, durante su comparecencia para anunciar los cambios en el Consell.

La remodelación del Gobierno valenciano anunciada por Ximo Puig hace una semana se ha traducido finalmente en un amplio cambio de caras en cinco conselleries, el primero en siete años en el llamado ejecutivo del Botànic. La principal novedad es el fichaje del jefe del servicio de Medicina Digestiva del Hospital Clínico de València, Miguel Mínguez, como conseller de Sanidad Universal y Salud Pública. También se ha confirmado que Arcadi España sustituirá a Vicent Soler al frente de Hacienda y Modelo Económico, y deja Política Territorial, cartera que asume Rebeca Torró, hasta ahora número 2 de Economía. Además, al cambio ya adelantado en Educación de Vicent Marzà por Raquel Tamarit se une el relevo en Innovación y Universidades de Carolina Pascual por Josefina Bueno.

El jefe del Consell ha justificado esta crisis de gobierno, que da como resultado un Ejecutivo con más mujeres (siete) que hombres (cinco) por primera vez en la historia de la Generalitat, por la necesidad de consolidar el crecimiento económico tras la pandemia y la "ventana de oportunidad" que se abre con la ejecución de los fondos europeos de recuperación y la transformación del modelo energético. También ha puesto el foco en la captación de grandes inversiones, como la reciente llegada de Volswagen a Sagunt con la gigafactoría de baterías para coches eléctricos, como ejemplo de la "estrategia valenciana".

En este sentido, ha afirmado que la Comunitat Valenciana vive un "momento disruptivo" con unos "nuevos objetivos que reclaman un nuevo impulso político, un reset alineado con el progreso seguro, que evite la inercia en la acción de gobierno, aprovechando las lecciones de la pandemia".

"Nosotros no gobernamos para las elecciones, sino para la sociedad valenciana. No estoy pensando en las elecciones sino en las próximas generaciones", ha dicho al ser preguntado sobre el poco tiempo que tendrán para formalizar proyectos los nuevos miembros del Ejecutivo. “Este no es un cambio de gobierno para las elecciones, sino para aprovechar la década de oportunidades que tenemos por delante”, ha expuesto, entre los que ha citado la soberanía energética, el blindaje del estado del bienestar y la creación de empleo de mayor calidad.

Puig firma los nombramientos de los nuevos miembros del Consell.
Puig firma los nombramientos de los nuevos miembros del Consell.
GVA

Los nuevos consellers tomarán posesión de sus cargos este lunes por la mañana en un acto en el Palau de la Generalitat. Ya por la tarde recibirán sus carteras en la sede de cada departamento en la tradicional ceremonia de intercambio de las mismas con sus predecesores.

Los cambios, área por área

El aterrizaje de Arcadi España en Hacienda, hombre de confianza de Puig en el partido y en el Consell, supone un premio a la gestión que ha realizado en Movilidad, con la activación de la L10 de Metrovalencia o la integración tarifaria metropolitana, pero también atar en corto la ejecución de los fondos europeos de recuperación postCovid en el año preelectoral. Además, abre la puerta a una posible derivada en clave sucesoria en el propio PSPV-PSOE de cara al futuro.

En Educación, la salida de Vicent Marzà se cubrió rápidamente con el segundo escalón, ya que Compromís propuso el mismo miércoles a la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, como su sucesora, lo que, en principio, augura una gestión continuista en uno de los departamentos con más presupuesto junto a Sanidad.

Miguel Mínguez, nuevo conseller de Sanidad.
Miguel Mínguez, nuevo conseller de Sanidad.
Pau Llorca / GVA

De esta última cartera sale hacia la portavocía del PSPV en Les Corts Ana Barceló, que ha tenido que lidiar con la pandemia como cara visible junto al propio Puig. La gestión de Barceló ha recibido críticas desde colectivos sanitarios por el recorte en los contratos de refuerzo Covid (se han consolidado 6.000 de las 9.000 plazas) una vez superada la fase más dura de la crisis sanitaria. Su puesto al frente de la Conselleria lo ocupará Miguel Mínguez. Es médico, jefe del servicio de Medicina Digestiva del Hospital Clínico de València, investigador del Incliva y profesor de Medicina en la Universitat de València. Puig, que con su nombramiento hace un guiño a los profesionales tras las críticas recibidas durante la pandemia, le ha encargado "desplegar la mayor reforma de la sanidad pública, las infraestructuras y modernizar atención primaria y salud mental".

Una de las novedades es la llegada de Rebeca Torró a la Conselleria de Política Territorial que abandona Arcadi España. Lo hace desde el segundo escalón de Economía, donde ha destacado por ser parte activa en la gestión de la llegada de la gigafactoría de baterías de Volkswagen a Sagunt y por su papel en las compras de material sanitario en pleno estallido de la pandemia.

De la Conselleria de Innovación, la única radicada fuera de València (en la ciudad de Alicante), sale Carolina Pascual, fichada como independiente por Puig, con una gestión discreta. Su puesto lo ocupará la hasta ahora senadora Josefina Bueno, que fue directora general de Universidades la anterior legislatura y es actualmente senadora territorial, cargo que podría pasar a ocupar el extitular de Hacienda, Vicent Soler.

De este modo, solo cuatro miembros del Consell resisten desde el primer Botànic formado en 2015. Se trata de los socialistas Ximo Puig y Gabriela Bravo (Justicia) y, por Compromís, Mónica Oltra y Rafael Climent (Economía Sostenible). Otros consellers como Mireia Mollà (Medio Ambiente, de Compromís) y los dos de Unides Podem, Héctor Illueca (Vivienda) y Rosa Pérez Garijo (Transparencia), también continúan.

Agradecimiento a los que se van

Puig ha tenido palabras de agradecimiento para los consellers salientes. De Ana Barceló, que será la nueva síndica socialista en Les Corts, ha destacado que ha estado "siempre al pie del cañón" como titular de Sanidad durante la pandemia. Del mismo modo, ha tenido palabras para Vicent Marzà, Carolina Pascual y Vicent Soler, que deja Hacienda sin haber conseguido un cambio en el modelo de financiación autonómica y de quien ha dicho que será él quien decida de qué forma sigue contribuyendo al proyecto político que encabeza.

De retoques a crisis amplia

El desencadenante de la remodelación, la primera en profundidad del Consell en siete años, fue la salida del síndic socialista en Les Corts, Manolo Mata, que ha decidido centrarse en su oficio de abogado, y más concretamente en la defensa del supuesto cabecilla de la trama Azud que salpica a excargos del PP y del propio PSPV, el empresario Jaime Febrer. En un principio, Puig pensaba dar "un impulso" al Ejecutivo de coalición conformado por socialistas, Compromís y Unides Podem, pero el anuncio de la dimisión del titular de Educación, Vicent Marzà abrió la puerta a una crisis más amplia de lo inicialmente previsto. Aun así, Marzà es el único relevo en Compromís, y desde UP no se han contemplado cambios tras la salida del vicepresidente segundo Rubén Martínez Dalmau el pasado verano, a quien sustituyó Héctor Illueca.

Clima preelectoral

Estos cambios en la mitad del Ejecutivo llegan a un año del fin de la legislatura y, por tanto, en un clima preelectoral con la vista puesta en la cuenta atrás para los comicios autonómicos de 2023 que se presenta cuesta arriba para la izquierda. Además del cambio de caras que supone la salida de consellers llegaron en 2015 con el primer Botànic, como Soler o Marzà, el contexto judicial al que se enfrenta la vicepresidenta Mónica Oltra, para la que un juez ha pedido al TSJCV que sea investigada por supuestamente encubrir desde la Conselleria el caso de abusos sexuales de su exmarido (ya condenado) a una menor tutelada, ha supuesto un desgaste para ella como cara visible, pero también para el Gobierno en su conjunto, aunque por el momento no tiene intención de renunciar. 

A ello hay que unir el horizonte también judicial y político de la investigación a Francis Puig, hermano del presidente, por la justificación de subvenciones por parte de la administración autonómica, y las derivadas del mencionado caso Azud.

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