Finlandia oficializa su intención de entrar en la OTAN y Rusia amenaza con "represalias de carácter militar"

Sanna Marin y Sauli Ninistö, en rueda de prensa.
Sanna Marin y Sauli Ninistö, en rueda de prensa.
EFE
Sanna Marin y Sauli Ninistö, en rueda de prensa.

Era un secreto a voces y ahora está más cerca que nunca de hacerse realidad: Finlandia ha hecho oficial su intención de entrar en la OTAN como respuesta, principalmente, a la invasión rusa de Ucrania. Helsinki ve a Vladimir Putin como una amenaza para su seguridad y lo evidencia con un acercamiento total con la Alianza Atlántica y dejando atrás su histórica neutralidad. Suecia, por su parte, seguirá los mismos pasos la próxima semana (anunciará su decisión el lunes, según medios nacionales). La guerra ha dado un vuelco total al panorama de seguridad internacional.

"Finlandia debe solicitar su ingreso en la OTAN sin demora. Esperamos que los pasos a nivel nacional aún necesarios para tomar esta decisión se tomen rápidamente en los próximos días", han expresado el presidente finés, Sauli Ninistö, y la primera ministra, Sanna Marin, en un comunicado. La respuesta de Rusia no se hizo esperar. Putin dejó claro que la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN "representa una amenaza" para Moscú. De hecho, una de las excusas del Kremlin para lanzar su ofensiva sobre Ucrania ha sido en todo momento la expansión de la Alianza hacia Occidente, que en lugar de frenarse se ha acelerado.

Así, Moscú ya ha amenazado a ambos países con "represalias de carácter militar" si la entrada en la OTAN termina confirmándose. El Ministerio de Exteriores ruso considera que la adhesión finlandesa "causará graves daños a las relaciones bilaterales", por lo que Moscú ha afirmado que "se verá obligada" a tomar "represalias" para "detener las amenazas de seguridad a su territorio que se presenten al respecto".

"Ingresar en la OTAN también será una violación directa de las obligaciones legales internacionales de Finlandia, principalmente el Tratado de Paz de París de 1947, que establece la obligación de las partes de no entrar en alianzas ni participar en coaliciones contra uno de ellos", expresó el comunicado de Moscú al respecto. Y es que el paso dado por Finlandia es histórico, aunque los expertos dejan claro que esa neutralidad no era tal puesto que Helsinki ha colaborado, como Estocolmo, estrechamente con la Alianza.

"Lo que ha hecho Putin con su comportamiento es modificar el panorama estratégico. Ahora dos países más, sobre todo uno que es Finlandia, ya están dentro del artículo 5 (de asistencia mutua en caso de ataque)", comenta a 20minutos Pere Vilanova, investigador senior asociado de CIDOB, que aclara que quien ha roto ese acuerdo de hace casi 80 años "ha sido Putin, no Finlandia". Por su parte, Pablo del Amo, analista de Descifrando la Guerra, ya comentó hace días que un paso como el dado por Finlandia "supondrá un aumento de la tensión en Europa".

Quien sí ha recibido con los brazos abiertos la decisión finlandesa ha sido el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. "Doy la bienvenida a la declaración conjunta en apoyo a la solicitud de ingreso en la OTAN sin demora. Esta es una decisión soberana de Finlandia, que la OTAN respeta plenamente", expresó. Ahora los pasos que tiene que seguir Helsinki son recibir una invitación formal, cumplir con una hoja de ruta 'personalizada' y recibir la unanimidad de los 30 Estados miembros de la Alianza. 

"El proceso es sencillo, no es tan extenso como la entrada en la UE", aclara Vilanova. Para Stoltenberg, la entrada "reforzará tanto la seguridad de Finlandia como la de la propia OTAN". También ha recibido de buen grado la noticia el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, mientras que el portavoz del Kremlin, Dimitri Medvedev, alertó de que un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN conduciría a "una guerra nuclear". La Alianza, así, niega una amenaza militar de Moscú contra Occidente pero sí reconoce que "el panorama de seguridad internacional ha cambiado".

Por su parte, Álvaro de Argüelles, analista de geopolítica en El Orden Mundial, añade que "es improbable que la OTAN se amplíe mucho más, pero sí se da un contexto geopolítico en el que será más complicado permanecer neutral. La lección que extrapolan todos los países es que Ucrania trató de satisfacer al Kremlin y fue en vano". En este sentido, comenta que no se puede descartar una escalada militar porque "estamos viendo que Putin no actúa de forma totalmente racional".

La 'batalla' del gas sigue viva

Otro de los frentes abiertos entre Rusia y Europa es el energético y en él Gazprom ha anunciado este jueves que ya no utilizará más el gasoducto Yamal-Europa, que conecta en última instancia con Alemania, después de que la empresa que controla en Polonia estas instalaciones haya sido incluida en la lista negra de Moscú. Pero Berlín ha salido rápidamente a calmar las aguas: el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, aseguró que esto "no supone un gran cambio a efectos prácticos" y dice que su país está preparado para aguantar el invierno que viene incluso si Rusia corta el suministro totalmente. Alemania ha ido reduciendo en las últimas semanas sus importaciones de gas ruso que, de momento, no está entre los elementos 'sancionables' por parte de la Unión Europea.

Eso sí, Putin, en su amalgama de avisos, culpa a Occidente de estar a punto de generar "una crisis global" precisamente por sus sanciones contra Rusia. "Toda la culpa de esto recae en las élites de los países occidentales, que están dispuestos a sacrificar al resto del mundo para preservar su dominio global", expresó. Considera que detrás de las medidas contra Moscú hay "ambiciones políticas y rusofobia" y considera que Occidente se está penalizando a sí mismo.

Azovstal sigue en el punto de mira

Con todo, el conflicto parece haberse cronificado y los actores implicados se preparan para una guerra larga. Ucrania ha denunciado este jueves que Rusia sigue atacando la central de Azvostal, en Mariúpol, cuya evacuación todavía no ha terminado. "En Mariúpol, los principales esfuerzos de los ocupantes rusos se centran en bloquear y tratar de destruir nuestras unidades en el área de la planta de Azovstal. El enemigo no deja de infligir ataques aéreos", denunciaron las Fuerzas Armadas ucranianas, al tiempo que resaltaron que la situación en la ciudad sigue siendo desesperada: ni agua, ni comida, ni espacios para vivir con unas condiciones mínimas. 

Asimismo, más de seis millones de personas han salido forzosamente de Ucrania, según un recuento publicado este jueves por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que ya advirtió recientemente de que el dato previsiblemente seguirá subiendo hasta superar los ocho millones. De estos refugiados, 3,2 millones han llegado inicialmente a Polonia, mientras que otros 895.000 han cruzado hacia Rumanía. Además, ACNUR tiene registradas 583.000 llegadas a Hungría, 460.000 en Moldavia y 409.000 en Eslovaquia.

Rusia se centra ya del todo en el este de Ucrania y cada día está más clara su intención de anexionarse esa parte, sobre todo después de que las fuerzas prorrusas en Jersón llamaran a un referéndum para decidir sobre su unión a Rusia. Además, Putin sostuvo que Rusia "defenderá la independencia" de Lugansk y de Donetsk en el aniversario de su declaración de independencia, no reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional. El Donbás es el gran 'premio' para el régimen ruso. Las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk declararon su independencia el 12 de mayo de 2014, y la historia es cíclica: en 2022 la guerra parece, por ahora, casi imposible de parar.

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