El independentismo se reparte los papeles para mantener en jaque al Gobierno sin dinamitar la legislatura

  • ERC y EH Bildu sabían que el plan de choque sería aprobado el jueves en el Congreso aun sin los votos republicanos.
  • Los 'abertzales' negociaron con el BNG para tener un apoyo más que diera margen para aprobar el decreto sin sorpresas.
Los portavoces de ERC y EH Bildu, Gabriel Rufián y Mertxe Aizpurua.
Los portavoces de ERC, Gabriel Rufián, y EH Bildu, Mertxe Aizpurua.
Europa Press
Los portavoces de ERC y EH Bildu, Gabriel Rufián y Mertxe Aizpurua.

Los socios nacionalistas e independentistas aprietan, pero no ahogan -al menos, de momento- al Gobierno. El Ejecutivo pudo el pasado jueves sacar adelante en el Congreso su plan de choque ante las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania gracias a que EH Bildu votó favorablemente al mismo. Los abertzales lo hicieron tras varios días de ambigüedad, pero su apoyo fue fundamental por el rechazo de ERC al texto a causa de las supuestas escuchas a más de 60 políticos independentistas. Y ese reparto de roles es el que permite al secesionismo mantener una elevada presión al Gobierno y, a la vez, posibilitar que la legislatura continúe adelante.

Desde hace años, ERC y EH Bildu mantienen una relación muy estrecha a nivel político y parlamentario, sustentada en un acuerdo que firmaron en 2019 y que ratificaron al más alto nivel hace tan solo un par de meses, en febrero de este año. A través de ese pacto, que ambas formaciones suscribieron para solidificar un frente común de la izquierda independentista, ERC y EH Bildu coordinan sus estrategias y su acción política en el Congreso y normalmente votan unidas las iniciativas de mayor calado. Y esa relación, lejos de resentirse, ha ido estrechándose en los últimos años.

Por ello, la diferencia entre el voto de EH Bildu (a favor) y el de ERC (en contra) en una votación tan trascendental como la del decreto del jueves hay que entenderla en esa clave. Y responde a una estrategia conjunta y pactada, según fuentes independentistas: la de permitir que el plan de choque saliera adelante y siguieran en vigor medidas como las ayudas al combustible o la limitación temporal de la subida de los alquileres mientras, políticamente, se trasladaba un mensaje de presión muy fuerte al Gobierno para obligarle a ofrecer explicaciones sobre las supuestas escuchas, que el independentismo ha dado por hecho que se produjeron fuera de la ley. 

Fuentes de las formaciones secesionistas explican que el 'sí' de EH Bildu a aprobar el decreto y el tono más suave empleado contra el Gobierno por su portavoz, Mertxe Aizpurua, permitió a ERC mantener el discurso más duro del que ha hecho gala desde que se conoció el caso Pegasus. Los republicanos, capitaneados por el president catalán, Pere Aragonès, han tomado la batuta de las críticas al Ejecutivo. No obstante, no eran realmente partidarios de dejar caer medidas sociales como las contenidas en el decreto que se votó el jueves, pese a lo cual votaron en contra. 

Si lo hicieron, según este razonamiento, fue porque sabían que el plan se aprobaría aun sin su apoyo. Esa actitud molestó mucho en algunos sectores del Gobierno, pero lo cierto es que permitió a ERC lanzar un "aviso" al Ejecutivo -en las propias palabras de la formación- sin, como resumen fuentes independentistas, "asumir el coste" de derribar un decreto con medidas de izquierdas que compartían. Estas fuentes, además, explican que EH Bildu negoció hasta el último momento con el BNG para que también apoyara el decreto -cosa que finalmente hizo con su único diputado- para así tener un colchón que permitiera que saliese adelante aunque algún parlamentario se equivocara votando. Y es que los errores no son infrecuentes en las votaciones del Congreso.

La sintonía con Unidas Podemos

Tampoco es baladí la buena relación que mantienen ambas formaciones independentistas con el ala del Gobierno de Unidas Podemos, un partido con el que mantienen una comunicación fluida y que se ha mostrado mucho más comprensivo que el PSOE con sus reclamaciones sobre el espionaje. De hecho, buena parte de las críticas públicas de ERC y EH Bildu en relación a las revelaciones sobre las escuchas han sido expresamente contra los socialistas, a los que hace unos días el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, acusaba de no "entender" otro "idioma" que el de derribar su agenda legislativa.

Fuentes de los morados, que siempre han defendido la mayoría que forma el Gobierno con los independentistas como la única vía para garantizar la estabilidad del Ejecutivo, señalaban este jueves que la votación demuestra que esa mayoría "es el único camino posible y hay que cuidarla más". Y, además, resaltaban que se trata de una "mayoría holgada" que permite que, a pesar de que le falte una pieza tan importante como ERC, se puedan aprobar iniciativas llegando a acuerdo con otros pequeños partidos de izquierdas sin recurrir al PP ni a Ciudadanos.

Asegurarse de que daban los números

El deseo de que el decreto no fuese tumbado el jueves por parte de una buena parte del arco parlamentario se percibía también en las filas socialistas cuando, según fuentes del partido, diputados de otros grupos les trasladaban que iban a votar 'no', pero al mismo tiempo se interesaban por si al Gobierno le daban los números para que el plan de choque saliese adelante. Eso les daba la opción de mostrar su disgusto por las escuchas a los políticos independentistas, pero al mismo tiempo querían que fuera aprobado un decreto con el que estaban plenamente de acuerdo. Es parecido a lo que pasó, según recuerdan, con la reforma laboral.

De hecho, fuentes del Ejecutivo dicen que pueden llegar a entender este marco por el que ERC finalmente votó en contra del plan. Al que no comprenden es al nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo, al que acusan de ni siquiera ponerse en contacto directo con el Gobierno y que solo lo hiciera con la carta en la que plasmaba sus cuatro exigencias que, según denuncian, se ocuparon de filtrar enseguida a los medios de comunicación.

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