La oruga procesionaria, el gran temor de los dueños de perros en primavera: así afectan a los canes

Varios ejemplares de oruga procesionaria.
Varios ejemplares de oruga procesionaria.
TIENDANIMAL
Varios ejemplares de oruga procesionaria.

La procesionaria, Thaumetopoea pityocampa, es una oruga que pertenece al grupo de los lepidópteros y que se encuentra en parques, zonas rurales y bosques donde hay pinares templados, sobre todo en el sur de Europa. Tienen este nombre porque cuando rompen el bolsón en el que anidan, bajan o caen al suelo para enterrarse, completar su metamorfosis y convertirse en mariposa, formando un desfile que se desliza como una procesión, según explicó a 20minutos el ambientólogo Javier Imedio.

Año tras año, el comienzo de la primavera marca la aparición de estas orugas que se convierten en una gran amenaza para nuestras mascotas. "Aunque a simple vista puedan parecer inofensivas, la ingestión de este insecto por nuestro animal de compañía o el simple contacto con sus mucosas, especialmente en el caso de perros y gatos, puede llegar a generar graves consecuencias para su salud o, incluso, el fallecimiento del animal", tal y como explica Nuria Gómez, veterinaria de Clinicanimal, la red de centros veterinarios de Tiendanimal.

El proceso conocido como 'procesión' de estas orugas "dura alrededor de dos semanas y tiende a producirse entre marzo y finales de mayo". "No obstante, la fecha de fin exacta se desconoce, ya que las temperaturas varían muchísimo. Por eso recomendamos extremar cualquier precaución y evitar que nuestro perro o gato entre en contacto con estos insectos que pueden resultar tan dañinos", detalla la veterinaria.

¿Por qué es tan peligrosa y qué síntomas tiene?

Estos insectos están cubiertos de pelos urticantes blanquecinos que son los que provocan las reacciones alérgicas. Tienen púas que contienen la toxina Thaumatopina, que es la responsable del efecto irritante cuando entra en contacto con la piel, además, si la oruga se siente atacada, disparará estos pelos cuya toxina mantiene su efecto durante un año, tal y como explican expertos de Zooplus.

Pero, ¿cómo saber si mi perro o gato ha estado en contacto con una de estas orugas? Que se trate de una reacción fuerte o leve dependerá de la cantidad de pelos que hayan estado en contacto con la piel del animal. "Las reacciones del contacto con la oruga suelen aparecer en zonas que no están cubiertas por el pelaje, siendo normalmente la cabeza la más afectada. Se puede crear una inflamación en el hocico que puede extenderse por toda la zona", detallan en la misma web.

"Si tu perro ha tragado alguno de estos pelos urticantes pueden aparecer problemas digestivos como vómitos; mientras que la inhalación de los mismos puede causar reacciones alérgicas en las vías respiratorias, lo que puede llegar a producir un shock alérgico", añaden. "También si, por ejemplo, los pelos entran en contacto con los ojos del animal, podrá producir conjuntivitis. Otros síntomas comunes de contacto con la oruga procesionaria que nuestros peludos pueden padecer son daños de la mucosa, fatiga o fiebre". 

Durante los meses en los que la oruga realiza su procesión "es conveniente llevar con nosotros una botella de agua, preferiblemente caliente (dado que el calor desactiva la toxina), y una jeringa para lavar a presión la zona afectada (en caso de contacto), de forma que no pueda evolucionar el hinchazón", recomienda la veterinaria de Clinicanimal. 

"También será de suma importancia llevarle al veterinario más cercano para que pueda ser tratado lo antes posible, aunque mientras tanto, siempre y cuando lleves guantes, puedes retirar el vello que haya podido dejar la oruga en el perro con mucho cuidado, ya que si lo tocas también te puede dar una reacción alérgica a ti. Recuerda no frotar ni tocar la zona, ya que esto podría provocar más fricción del vello de la oruga liberando más sustancias tóxicas en el organismo del perro”, concluye Gómez.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento