El fiscal reduce de 18 a 13 años la pena que pide para el 'francotirador' acusado de tramar el asesinato de Pedro Sánchez

Primera sesión del juicio contra Manuel Murillo, acusado de conspirar para asesinar a Pedro Sánchez.
Primera sesión del juicio contra Manuel Murillo, acusado de conspirar para asesinar a Pedro Sánchez.
EFE
Primera sesión del juicio contra Manuel Murillo, acusado de conspirar para asesinar a Pedro Sánchez.

De 18 años y medio de prisión a 13 años: la Fiscalía ha reducido la pena de cárcel que solicita para Manuel Murillo, el hombre de 66 años acusado de planear el asesinato de presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como última venganza ante el anuncio del Ejecutivo de exhumar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos en 2018. En la segunda sesión del juicio celebrada este martes en la Audiencia Nacional, y después de escuchar la versión de los peritos, el Ministerio Público ha rebajado la pena solicitada para el exvigilante de seguridad- autodenominado 'el francotirador'- al descartar la agravante de discriminación ideológica.

De esta forma, el fiscal de Área de Terrassa ha corregido parte de su escrito de conclusiones previas, reduciendo la solicitud de 11 años y 6 meses a 6 años de cárcel por el delito de homicidio en grado de proposición. Pero ha mantenido la petición de 7 años de cárcel por un delito de depósito de armas y municiones de guerra

Precisamente, sobre el gran acopio de armas que Murillo guardaba- sin las debidas protecciones- en su domicilio de Terrassa (Cataluña), ha versado principalmente esta sesión de la vista oral, en la que han participado numerosos peritos. 

Por otro lado, esta segunda sesión del juicio, que se reanudará y concluirá previsiblemente este miércoles a partir de las 10.00 horas con el informe de conclusiones de la defensa, también ha servido para que los investigadores indaguen en los argumentos acerca del consumo de "orujo", "vino" o "tranquimazin" en los que se escudó Murillo para escribir por WhatsApp algunos de los planes que ahora se juzgan. 

Entre los mensajes emitidos entre julio y septiembre de 2018, figuran: "Al Sánchez hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea", "si tocan a Franco, sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor (...) y esta vez no dejaremos ni uno" o, la propuesta que acabó por delatarle cuando se presentó a una coordinadora catalana de Vox, "soy francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo hunda España. No haría falta guerras. Lo haría particularmente, sólo necesito periodistas".

Al parecer de dos peritos, la ingesta de estas y otras bebidas alcohólicas no impidieron que el acusado escuchase y contestase "con patente agilidad" a grupos como 'Terrasa por España', - chat que reunía a un número indeterminado de internautas afines a la ideología política nacionalista y conservadora-. En todo caso, en una "fase inicial de intoxicación", Murillo pudo tener "una actuación más impulsiva y desinhibida", han apostillado.

Además, a juicio de los mismos, Murillo no sufría ningún trastorno psiquiátrico grave ni el trastorno del sueño, que alegó su defensa para justificar su confusión con a realidad, podría ser considerado "relevante" en el estudio de los hechos.

Respecto a la motivación que empujó a Murillo a revelar algunas de sus intenciones de magnicidio a la coordinador de Vox, que terminó por revelar sus intenciones a las autoridades, han afirmado: "La conducta de la amenaza que le trasladó a esta señora lo interpretamos como que su motivación no era de llevarlas a cabo, sino de aparentar ser una persona  a la que ella pudiera admirar".

Un arsenal de más de 20 armas

Escopetas, revólveres, 500 cartuchos de arma larga y 400 de arma corta, flechas, dardos... Una parte sustancial de la vista oral ha consistido en el análisis minucioso que una decena de peritos ha realizado al arsenal que los Mossos d'Esquadra encontraron en el domicilio del acusado cuando le detuvieron en 2018. 

Dentro del armamento, algunas armas funcionaban correctamente, otras presentaban evidentes signos de desgaste o avería y un alud de ellas estaban modificadas. En cualquier caso, la conclusión de los especialistas de los Mossos ha sido clara e inequívoca: "[Estas armas] no están permitidas legalmente. Excepto el Cetme, son armas prohibidas, porque tienen modificaciones sustanciales de sus elementos".

En su defensa, los peritos propuestos por el letrado de Murillo han argüido que muchas de las armas decomisadas por los agentes adolecían fallos que hubieran impedido que Murillo llevase a término su plan. Uno de los peritos ha asegurado que el fusil militar 'Cetme' hallado en su vivienda hubiera sido "incapaz de alcanzar un blanco concreto" y "no funcionaba por un problema en el cañón". "Dudo muchísimo que alcanzase un blanco concreto. Yo, que he sido tirador, tendría que realizar muchos disparos para poder encauzar la mira", ha agregado.

Otras armas presentadas por la acusación también estaban averiadas. Una cerbatana de dardos, perfeccionada con aire comprimido era incapaz de disparar en plenas condiciones debido a una fuga en su sistema. Y la ballesta que fabricó en casa con flechas artesanas de puntas de aluminio revestía daños irreparables. "Se usó una vez [en dependencias policiales] y, a la siguiente, uno de los cables se rompió por la tensión, que era muy fuerte", ha indicado otro experto policial.

Imagen del petardo de 40 centímetros que fue decomisado de su taller por la policía.
Imagen del petardo de 40 centímetros que fue decomisado de su taller por la policía.
Audiencia Nacional.

Finalmente, sobre el explosivo casero de 40 centímetros que tanto interés concitó en la primera jornada de juicio, un perito ha tildado de "muy chapucero" el método de su fabricación y por tanto, ha descartado que hubiera explotado "jamás". "No veo ese petardo explotando de ninguna manera", ha subrayado. En contraposición, un experto de los Mossos d'Esquadra consultado por videollamada, ha señalado que dicho artefacto podría provocar "lesiones importantes" si llegara explotar.  Si bien ha reconocido que los expertos de la Policía catalana no intentaron explosionar el artificio para testar su alcance, el experto ha concluido: "Mi opinión es que eso iba a funcionar".

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