El francotirador que planeó asesinar a Sánchez se escuda en el "orujo" y el "trankimazin": "Son cosas de crío"

Juicio contra Manuel Murillo, el detenido por querer atentar contra Pedro Sánchez.
Juicio contra Manuel Murillo, el detenido por querer atentar contra Pedro Sánchez.
Audiencia Nacional.
Juicio contra Manuel Murillo, el detenido por querer atentar contra Pedro Sánchez.

Este martes, en el primer día de juicio, Manuel Murillo, el hombre de 66 años acusado de haber pedido ayuda para llevar a cabo el asesinato del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez- por grupos de WhatsApp y en repetidas ocasiones entre julio y septiembre de 2018- se ha escudado en el "orujo" y el "trankimazin", que consumía como "válvula (de escape)" en una "época donde solo dormía y trabajaba como vigilante de seguridad privada" y, por tanto, se sentía "angustiado y con soledad". "Son animaladas que escribía en el momento que tenía la euforia de beber", ha añadido en su defensa ante el tribunal que le juzga en la Audiencia Nacional.

Murillo, apodado a si mismo como 'el francotirador' a la hora de dirigirse a los contactos con los que quería urdir el magnicidio, fue detenido el 21 de septiembre de 2018 a la salida de su vivienda en Terrasa (Cataluña). La Fiscalía de Área de Terrassa solicita 18 años y seis meses de prisión para él. En concreto, 11 años y medio de cárcel como responsable de un delito de homicidio en grado de proposición y 7 años por un delito de depósito de armas y otro de tenencia.

Ante esas acusaciones, este exagente de seguridad privada ha confesado que no recuerda los mensajes que lo incriminan y que, "francamente", "son cosas de crío", "divagaciones" o "ensoñaciones" que escribía a grupos de WhatsApp como 'Terrassa por España' -chat que reunía a un número indeterminado de internautas afines a la ideología política nacionalista y conservadora- cuando estaba "inspirado" y le "salía el sentimiento patriótico". Cabe recordar en este punto que, en un procedimiento penal, al acusado se le reconoce el derecho a mentir o no decir la verdad, primando el derecho a defenderse, por lo que no podrá ser penado por ello, a diferencia de los testigos, que sí están obligados a decir verdad.

Manuel Murillo (i), el hombre acusado de organizar la 'operación Valkiria' en España para terminar con la vida del presidente del Gobierno, acude a declarar a la Audiencia Nacional, a 15 de marzo de 2022, en Madrid (España). Los hechos que se juzgan se remontan al año 2018 cuando el acusado comenzó a explicar por un grupo de WhatsApp sus intenciones contra el presidente del Gobierno tras la exhumación de Franco. Murillo tenía la intención de acabar con la vida del presidente del Gobierno con un “tiro preciso”, un asesinato que tenía como finalidad "forzar un cambio en la vida política en el país". La Fiscalía solicita hasta 18 años y seis meses de prisión para el acusado que "alcanzó la convicción personal" de atentar para "derrotar" al gobierno socialista.
15 MARZO 2022;VALKIRIA;MURILLO;MADRID
A. Pérez Meca / Europa Press
15/3/2022
El acusado acude al juicio junto a su defensa. Oculta su rostro con una capucha.
Europa Press

Más concretamente, preguntado por un mensaje escrito cuando el Gobierno central anunció la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos y que dice textualmente "si es preciso, me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se me acercan, disparo", ha comentado: "Son cosas muy fuertes, yo soy normal, no podría hacer esto". Aunque ha reiterado que no lograba hacer memoria y que "son animaladas", que escribía cuando bebía, "como los poetas ingleses que se emborrachaban para hacer obras", ha ejemplificado.

Murillo también ha dicho no recordar cuándo y a quién le dijo que "al Sánchez hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea". Pero sí ha constatado que los ataques no iban dirigidos únicamente contra el presidente del Gobierno, sino que también se refería a "yihadistas o a los que pudieran hacer daño a España".

Según ha explicado Murillo, "veía películas de guerras porque no lo había vivido, no había hecho el servicio (militar)" y como a "él (Pedro Sánchez) lo pintaban como un ogro", "salía con la imbecilidad más tonta". También ha mencionado varias veces al periodista Federico Jiménez Losantos, del que ha dicho que "habla mucho criticando contra los que van contra España".

La acusación ha cuestionado, por su parte, el estado de embriaguez permanente que ha alegado el acusado, toda vez que los mensajes fueron escritos durante un periodo de dos meses y a distintas horas del día.

En cualquier caso, a lo largo de su alegato Murillo no ha cejado en su empeño de despojarse de todas las etiquetas que, según él, le habían sido impuestas en estos últimos años. "No soy un asesino, ni un mercenario, ni fui a la mili, ni a la guerra" y tampoco fui "francotirador", "lo máximo que he tirado ha sido en las galerías y a menos de 50 metros", ha declarado en su defensa.

Imagen del petardo de 40 centímetros que fue decomisado de su taller por la policía.
Imagen del petardo de 40 centímetros que fue decomisado de su vivienda.
Audiencia Nacional.

El día de su detención, los Mossos d’Esquadra localizaron en su vehículo una pistola, una carabina, un puñal y varios útiles para la práctica del tiro. Además, en su domicilio los investigadores también hallaron varios revólveres, una escopeta, un fusil de asalto y una ballesta artesanal, así como gran cantidad de munición y varios artefactos explosivos. Entre ellos, un "petardo" de 40 centímetros elaborado por el acusado, con "pólvora mezclada con serrín, limaduras y otros restos"- "como cuando era pequeño"- ha explicado el Murillo, mostrando, en este caso, todo lujo de detalles sobre el armamento. 

"Tenía algo más de 100 cartuchos de cada calibre", ha apostillado, explicando pormenorizadamente cada arma a medida que el letrado las enseñaba a partir de imágenes. Sin embargo, Murillo ha reconocido al tiempo que no tenía las armas en un "armero", tal y como dicta la legislación. Hecho que ha confirmado a su vez el instructor del atestado: "captamos diferentes tipos de armas y munición sin ningún tipo de seguridad", ha declarado en su turno.

Testigo que le delató a los Mossos

Tras la declaración de Murillo, ha tomado la palabra Patricia Muñoz, coordinadora de Vox en la localidad de Vallés en el momento de los hechos y confidente de los Mossos d´Esquadra. Según la Fiscalía, el acusado contactó con ella por mensaje privado para solicitarle ayuda a fin de llevar a cabo su plan contra Sánchez. 

"Soy francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo hunda España. No haría falta guerras. Lo haría particularmente, sólo necesito periodistas que siempre están allí donde hay la noticia para ir como ellos al punto en el lugar y hora que estará el Sánchez para tener preparado el disparo", se presentó entonces Murillo a la testigo. 

Ella, también integrante del grupo 'Terrasa por España', ha reconocido ante el tribunal que se asustó cuando leyó los mensajes que Murillo le envió y "quizás" por eso borró algunos de ellos. 

Otros testigos con los que supuestamente Murillo contactó han confirmado también en el juicio que este les enviaba "fotografías de armas" y mensajes violentos, por lo que acabaron optando por "bloquearle" en las redes.

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