Más de la mitad de las españolas sufre pérdidas de salario tras tener un hijo: "Me dijeron que no estaba al 100%"

Una madre sujeta a su bebé en una imagen de archivo.
Una madre sujeta a su bebé en una imagen de archivo.
GTRES
Una madre sujeta a su bebé en una imagen de archivo.

Más de la mitad de mujeres españolas ha sufrido una pérdida salarial al convertirse en madre, ya sea por haber tenido que reducir su jornada, coger una excedencia o directamente dejar el empleo. El desigual reparto de las tareas en el hogar, entre ellas el cuidado de los hijos e hijas, hace recaer ese peso sobre los hombros de las mujeres, muchas veces a costa de su propio tiempo personal. Casi siete de cada diez tienen menos de una hora libre al día, y un 64% declara llegar cansada al trabajo todos los días. 

Son algunos de los datos que se desprenden de la encuesta presentada este martes por la 'Asociación Yo no Renuncio', del 'Club de Malas madres', que mide por primera vez el precio económico, emocional y personal que pagan las mujeres por la conciliación en España. Los resultados ponen de manifiesto que la igualdad "está lejos de ser una realidad" y que son las mujeres las que "siguen asumiendo todo el coste de los cuidados".

Tras entrevistar a 51.627 mujeres entre el 8 y el 13 de febrero, la investigación desveló que el 64% de las mujeres españolas han sufrido un coste laboral por la maternidad, independientemente de si cobrara más o menos que su pareja. De hecho, en los hogares en los que los ingresos del padre y de la madre eran de la misma cantidad de dinero, el porcentaje de mujeres que ha sufrido una disminución de su salario es igualmente superior al 50%. "Perdí un ascenso porque, al reincorporarme, me dijeron que no estaba centrada al 100% por ser madre", cuenta uno de las mujeres entrevistadas en la encuesta, cuya identidad permanece en el anonimato. 

Algo parecido le sucedió a otra de las mujeres encuestadas: "Yo he tenido que renunciar a mi progresión laboral, reduciendo la jornada para llevarles al colegio, estar con mis hijos o hacer los deberes. Mi marido trabaja más horas que yo. Además, donde yo vivo tienes que llevarlos en coche al colegio, porque en el colegio de al lado de casa ya no hay plazas, y tampoco hay un transporte público decente, ni servicio de autobús, ni ayudas".

"Yo he tenido que renunciar a mi progresión laboral, reduciendo la jornada para estar con mis hijos"

La consecuencia más directa de tener que compaginar esa jornada de trabajo con la de la esfera doméstica -aparte del coste económico- se refleja en el ámbito emocional y personal: el 64% de las entrevistadas declaró que llega cansada todos los días al trabajo. Una tasa que tiene sentido, teniendo en cuenta que el 65% tiene menos de una hora libre al día, y que dos de cada diez no llegan ni a ese mínimo. Sin embargo, más de la mitad (66%) reconoce no haber pedido ayuda psicológica pese a sentirse "desbordada" y "triste". 

"A la vuelta del permiso de maternidad tuve que hacer números y malabares para que todo cuadrara. Decidí comer en menos tiempo, para poder llevar y recoger a mi hijo de la escuela infantil y así no perder sueldo ni gastar más en horas extras de la escuela", cuenta una mujer que se negó a rebajar su jornada laboral para no renunciar a su trayectoria profesional. "Me siento una esclava en mi propia familia, sin que se valore todo lo que hago. Estoy agotada de no poder dormir bien y no poder descansar por tanto trabajo. La factura que pago es la ansiedad, que está derivando en depresión", relata otra. 

Coste personal de la conciliación.
Coste personal de la conciliación.
Asociación Yo no Renuncio

"El camino recorrido en el ámbito laboral no ha ido acompañado de cambios en la esfera doméstica, y las mujeres siguen asumiendo la gestión y organización del trabajo reproductivo", destacó durante la presentación del estudio la responsable de Investigación Social de la 'Asociación Yo No Renuncio', Maite Egoscozabal.

Además, durante la pandemia, ya no solo muchas mujeres no tuvieron tiempo de atender a sus propias emociones por tener que centrarse a los cuidados y a su propio empleo; sino que también recayó sobre ellas la atención emocional de los niños y niñas. Así lo demuestra la encuesta. Según los resultados, el 65% de las madres son las responsables de gestionar las emociones de los menores, siete de cada diez se preocupa de las relaciones de amistad de sus hijos y el 71% está pendiente de los deberes (solo en el 3% de los casos lo hace la pareja). 

Situación que se agranda para el caso de los niños con necesidades especiales. En este caso,  el porcentaje asciende a 93% en cuanto a la gestión de las terapias. Lo mismo ocurre con otros asuntos a priori menos relevantes: ellas son las que se encargan mayoritariamente de organizar las fiestas de cumpleaños (79%), atender los mails y grupos de 'WhatsApp' del colegio (83%) o planificar las comidas y cenas (69%).  

Responsabilidades.
Responsabilidades.
Asociación Yo no Renuncio

Al 49% de las mujeres les cuesta delegar

"La corresponsabilidad en los hogares no existe", alerta el estudio, incidiendo en que el reparto de las tareas continúa siendo desigual. No obstante, un dato relevante obtenido tras las encuestas es que a casi la mitad de las madres (49%) les cuesta delegar, pues sienten que ellas tienen que estar "más presentes" en los hogares y en las tareas domésticas-familiares.

"Cuando me reduje la jornada me dijeron qué suerte, ahora a descansar"

Pero eso no se traduce en un mayor bienestar. Más bien al contrario: cuatro de cada diez mujeres asegura sentirse minusvalorada en su empleo o incluso en su entorno social tras ser madre. Según declararon en la entrevista, sienten que la mayoría de la sociedad todavía no perciba a la crianza como un trabajo, una tarea que requiere esfuerzo y tiempo, sino que lo contemplan como un estado de "plenitud" y "felicidad". "Cuando me reduje la jornada me dijeron qué suerte, ahora jornada reducida y a descansar", relata uno de los testimonios recogidos en el estudio. 

Esta realidad ha existido siempre, pese a los avances que se han ido logrando en este sentido, pero la pandemia ha sacado a relucir su magnitud. "Se ha puesto de manifiesto, más que nunca, la falta de estructuras de apoyo a las familias y la carencia de medidas efectivas de conciliación, convirtiéndose en un sálvese quien pueda. Conciliamos como podemos y a costa del esfuerzo personal, laboral y emocional de las familias", aseveró la presidenta de la Asociación, Laura Baena.

Un Pacto de Estado para reducir el coste social del problema

Por ello, la Asociación aboga por "revisar el modelo social" para hacer que sea sostenible la relación entre trabajo y vida. "No se trata de aprobar permisos y ya, sino de cambiar  la relación entre lo económico y los cuidados, y entender que los cuidados también tiene un coste", resaltó Baena. "¿Qué pasaría si nadie hiciera la compra, organizara el menú o lavara la ropa?", se preguntan desde la Asociación. 

El 68% de las mujeres hubiera tenido más hijos si contara con medidas de conciliación que no penalizaran su salario.

Según adelantaron, Baena presentará el informe a la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, esta tarde, para pedirle que impulse medidas para acabar con esta situación. "Pedimos un Pacto de Estado a favor de la conciliación, fruto del consenso de los principales partidos, los sindicatos, las empresas y las familias", reclamó la presidenta de 'Yo No Renuncio'.

Al final, destacó Egoscozabal, ese coste económico, emocional y laboral que recae mayoritariamente sobre las mujeres, acaba pasando factura también a la sociedad. El 68% de las mujeres españolas hubiera tenido más hijos e hijas si contara con medidas de conciliación que no penalizaran su salario. "Las mujeres y las familias están huyendo de ese deseo de tener hijos, o de tener más. Si evitamos este coste, si fomentamos que el trabajo de los cuidados, reproductivo, y le damos esa visibilidad y un reconocimiento económico, podríamos mejorar el coste social", aseveró.

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