El avance diplomático se enfría en medio de las ofensivas militares rusas y un rearme defensivo de Occidente

Imagen de un soldado ucraniano ante un camión militar ruso calcinado.
Un soldado ucraniano ante un camión militar ruso calcinado.
EFE/VASILIY ZHLOBSKY
Imagen de un soldado ucraniano ante un camión militar ruso calcinado.
Soldados rusos que han incautado armamento al Ejército ucraniano.
Atlas/EFE

Ucrania sigue sumida en una lluvia constante de bombas y proyectiles mientras, tras el telón, la vía diplomática parece enfriarse. El borrador de quince puntos para el alto el fuego de Rusia se ha quedado, parece, en suspenso, y mientras Kiev sigue rearmándose para defenderse. ¿Cómo? Con un nuevo paquete de armas por valor de 800 enviado por Estados Unidos, con 20 millones de balas, 9.800 misiles o 100 drones, aunque Kiev avisó de que es "mucho menos" de lo que necesitan. Además, el Reino Unido anunció que desplegará el sistema antimisiles Sky Sabre en territorio polaco y procederá a enviar un centenar de efectivos en el terreno a medida que avanza la invasión rusa. Occidente protege su flanco oriental por lo que pueda pasar.

"Vamos a desplegar un sistema de defensa antimisiles y cien miembros del personal del Ejército para garantizar que estamos junto a Polonia, para proteger su espacio aéreo de cualquier posible agresión rusa", sostuvo el Gobierno británico mientras la Alianza insiste en que no habrá tropas suyas en Ucrania. Pero se cura en salud por si el régimen de Vladimir Putin quiere repetir maniobras más allá de territorio ucraniano y da el salto a otro Estado soberano.

Pero Ucrania no se fía y pide una nueva coalición internacional frente al Kremlin ante la "incapacidad" de la OTAN, tal como comentó el asesor de Zelenski, Mijail Polodiak. "Lo que nos importa no es el estatus, sino los aliados que están listos para luchar junto a nosotros. La invasión de Ucrania ha demostrado que se debe reconsiderar toda la arquitectura de la seguridad europea", sostuvo, antes de añadir que Putin "solo puede ser frenado por la fuerza" y ahora la Alianza "no tiene esa fuerza".

Más de tres semanas después del inicio de la invasión de Rusia en Ucrania, las fuerzas armadas rusas se centran en el frente sur, especialmente en Mariúpol y Zaporiyia, al tiempo que continúan los bombardeos en Kiev y los combates en el Donbás. En la capital, al menos una persona resultó muerta esta madrugada y tres heridas tras caer varios fragmentos de un misil ruso derribado por las fuerzas ucranianas. El Servicio de Emergencia del Estado de Ucrania informó del incendio y la destrucción de una casa residencial. En el este, donde las informaciones de los combates entre tropas ucranianas y rusas son escasas, se ha reconocido la muerte de dos personas y cinco heridas en los ataques de tropas rusas en Lugansk. Kiev además añade otros 21 fallecidos tras un ataque ruso en la región de Jarkov y medio centenar en Chernigov.

Al sur del país, en la ciudad asediada de Mariúpol, fuentes ucranianas informaron este miércoles de un bombardeo de Rusia en un teatro que supuestamente servía de refugio a cientos de personas. "El refugio antiaéreo resistió. Los escombros comenzaron a ser desmantelados, la gente está saliendo con vida", explica un parlamentario ucraniano, mientras otra diputada cifró en más de 100 los rescatados. Por su parte, Moscú acusó del hecho a un ataque de falsa bandera del batallón neonazi Azov. Asimismo, en Odesa la ofensiva se recrudece en el marco de la idea de Rusia de controlar el acceso al mar. Por ahora, la resistencia ucraniana mantiene el control de la ciudad.

Esta deriva sigue provocando la salida masiva de refugiados hacia los países fronterizos, con más de 3 millones de personas que ya han salido de Ucrania, según los datos de Acnur. Tan delicada es la situación que la UE ha oficializado que va a desplegar efectivos de Frontex en Moldavia (un país que no es miembro del bloque) para controlar la presencia de mafias y redes de trata. Además, la a ONU calcula que al menos 780 civiles han muerto en territorio ucraniano desde el inicio de la invasión, y de estos hasta 58 son menores de edad (una cifra que Ucrania eleva a más de 100). Los heridos superan ya los 1.250, pero las cifras, avisa Naciones Unidas, no son ni mucho menos claras.

"De alguna manera, están de nuevo detrás del muro, no del muro de Berlín, sino en medio de Europa, donde hay libertad"

Zelenski apela continuamente a lo emocional mientras la guerra se recrudece y los ucranianos se defienden. "De alguna manera, están de nuevo detrás del muro, no del muro de Berlín, sino en medio de Europa, donde hay libertad. Y este muro es más fuerte con cada bomba que cae en nuestro suelo en Ucrania", dijo el presidente ucraniano en una intervención ante un Parlamento alemán que le recibió con una ovación. Kiev sigue insistiendo en "más medidas" contra Moscú porque las sanciones, dijo Zelenski, "no paran" el conflicto. "Rusia está bombardeando nuestras ciudades y destruyendo todo lo que hay en Ucrania. Son casas, hospitales, escuelas, iglesias, todo. Con misiles, con bombas aéreas, con artillería", alertó.

Rusia, por su parte, mantiene el discurso nacionalista con el que Putin habló el miércoles de "purificación" de la sociedad en Ucrania. Este jueves, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que hay "traidores que dan la espalda a Rusia en estos momentos difíciles". Peskov ha hablado no sólo de dimisiones o exilios, sino también de castigar penalmente a aquellos que puedan infringir la ley. Rusia ha endurecido las penas en estas últimas semanas para quienes cuestionen el papel de las Fuerzas Armadas, con condenas que pueden ascender a los 15 años de cárcel.

En este mismo sentido, el embajador ruso en Bosnia y Herzegovina avisó de que ese país puede ser la siguiente chincheta en el mapa de Putin: "Siguiendo el ejemplo de Ucrania hemos mostrado lo que esperamos. Si hay alguna amenaza, vamos a reaccionar". Con todo, la vía diplomática convive con el ruido de los ataques y este jueves fue el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien ofreció Ankara o Estambul para una reunión entre Putin y Zelenski, algo que reclama con ahínco Ucrania pero que, de momento, Moscú rechaza.

Los apoyos a Ucrania, aunque desde fuera todavía, son cada vez más fuertes. Estados Unidos, de hecho, confirmó que para ellos Rusia está cometiendo "crímenes de guerra", según dijo el secretario de Estado, Anthony Blinken. Biden llegó a calificarlo además de "matón" y "dictador asesino". En medio de una idea de mediación china que todavía no se da, Francia anunció un incremento del gasto en Defensa porque, según Macron, "hay que estar preparados para una guerra de alta intensidad". La OTAN asume que el conflicto "va para largo", pero hay socios, como Alemania, que son cautos a la hora de tomar decisiones: tanto el canciller, Olaf Scholz, como la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, aseguraron que por una parte la Alianza no intervendrá directamente en el choque y por otra que el país germano no está en disposición de enviar más armas a Ucrania, aunque sí ayuda económica.

Entretanto, la UE se mantiene inmersa en cómo paliar los precios disparados de la energía y la OCDE ya avisa de la crisis económica que se viene: el organismo calcula que la guerra en Ucrania restará dos puntos de PIB a la Unión y uno al mundo en general, sobre todo debido a la inflación. En el caso del bloque de los 27 el riesgo es todavía mayor porque, dice la OCDE, "pagará la dependencia" que tiene de Rusia en fuentes de energía. Además, también alertan de las posibles hambrunas que se pueden producir en el corto y en el medio plazo, sobre todo en África y en Oriente Medio derivadas especialmente de unos graves problemas con los suministros de bienes y materias primas.

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