Las intervenciones asistidas con animales son algo que se está utilizando cada vez más para tratar problemas de salud ya que, como ha quedado comprobado, son muchos los efectos beneficiosos que tiene este tipo de actividad frente a otras terapias convencionales, especialmente cuando hablamos de las que utilizan a los perros como elemento principal.

Ejemplo de ello son las terapias que Purina ha puesto en marcha junto a CTAC (Centro de Terapias con Canes) en colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona y el Centre d'Educació Especial Pedralbes, en la misma ciudad. Hablamos con Teresa Espinosa, fisioterapeuta de CTAC, quien nos cuenta con detalle en qué consisten estas sesiones.

 La terapia con mascotas es un término muy amplio. Sabemos que consiste en hacer terapia con animales como apoyo para recuperarse o afrontar mejor los problemas de salud pero, ¿en qué consiste exactamente?

Yo trabajo con niños y, con la terapia asistida con animales se pueden hacer ejercicios cognitivos, de rehabilitación física, se puede trabajar la empatía... Existen dos ramas: una que es más activa, donde el perro sería un acompañante para el niño a la hora de realizar cualquier actividad, ya sea motriz o de otro tipo; la otra sería más pasiva, donde el perro estaría más quieto en lo que nosotros llamamos posturas caninas y que, partiendo de esa posición del animal, el niño realizará una serie de trabajos.

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¿Por qué se habla de ventajas frente a las terapias convencionales? ¿Qué aporta de distinto la terapia asistida con perros?

Las personas juzgamos sin darnos cuenta. Cuando ayudamos a alguien con problemas, de manera inconsciente estamos juzgándoles; sin embargo, un perro solo quiere que le toques, van a buscar al humano y al niño, es su tendencia natural y, por supuesto, no juzga, lo que hace que las personas se sientan más a gusto con ellos que con las propias personas. 

Entonces, ¿cómo ayuda el perro durante una sesión de terapia asistida?

Por ejemplo, en los niños que tienen problemas motrices, por muy motivados que estén para mejorar, es muy fácil caer en la frustración y que se vengan abajo. En cambio, el perro, por sus características como animal, aporta alegría y motivación, ayuda a dejar de lado esos pensamientos negativos y, como en el caso de uno de los ejercicios que hacemos con los niños, pues, a ellos les motiva llegar a alcanzar tocar al perro, por ejemplo. Aporta mucho a los temas sensoriales.

 Sobre los ejercicios que realizan en el CTAC, ¿podría explicarme algún ejemplo? Claro. Nosotros desarrollamos actividades y ejercicios en función de los objetivos que se buscan con los niños o con el grupo. Por ejemplo, algo que hemos estado realizando las últimas semanas con un grupo de pequeños es precisamente el tema de los perros de asistencia, explicando qué son, entrenando con el perro. Los niños tenían que enseñar al perro una serie de habilidades y pasar por una pista de actividades motrices, es decir, ellos lo hacen primero para mostrárselo al can. Con esto se trabaja mucha actividad cognitiva, motriz, la atención, la espera y la empatía con el perro. 

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En cuanto a los ejercicios individuales, tenemos una niña de seis años a la que, por el tipo de problema que tiene, le cuesta mucho levantar la cabeza cuando está boca abajo. Entonces, realizamos un ejercicio en el que la pequeña se tumba encima del perro (que se encuentra estirado en el suelo, de lado), y ponemos un perro más pequeño justo en frente de la niña, de manera que ella se esfuerza para poder verlo, levantando la cabeza, utilizando las manos y los brazos para llegar hasta él.

 ¿Funciona igual de bien la terapia asistida con perros en adultos y en niños o, en el caso de los niños se le suma ese factor de curiosidad por los animales?

Funciona igual de bien, se utiliza mucho también con adultos, solo que los ejercicios hay que adaptarlos al tamaño de una persona más mayor, claro. En la rama de la terapia asistida con perros como acompañantes del ejercicio se buscarían actividades más atractivas para el adulto. Mientras que, en la rama en la que el perro está más tranquilo, los ejercicios son totalmente distintos, ya que no puedes tumbarte completamente encima de él pero, por ejemplo, una persona con hemiplejia, puede apoyar el brazo por encima del perro y sentir esas sensaciones que le proporciona el animal, en vez de apoyar el cuerpo entero, como sí se puede hacer con niños.