Estados Unidos y la Unión Europea desconectarán a Rusia del SWIFT: qué es y por qué puede hacer daño a Putin

El presidente de Rusia, Vladimir Putin.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin.
EFE / EPA / ALEXEI NIKOLSKY / SPUTNIK / KREMLIN POOL
El presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Algunos bancos rusos, expulsados del SWIFT.

Desde que este jueves las Fuerzas Armadas rusas entraron en Ucrania dando comienzo a una nueva guerra en Europa, un pregunta resonaba en las oficinas presidenciales europeas: cómo bloquear la economía de Rusia. Los primeros paquetes de sanciones anunciados por la UE y Estados Unidos fueron recibido con cierto escepticismo, al no quedar claro hasta que punto haría daño a la economía rusa. Muchos analistas apuntaban que la única opción para meter presión real al Gobierno de Putin era sacar a Rusia del SWIFT (el sistema que facilita las transacciones bancarias en todo el mundo), aunque alertaban del efecto bumerán de esta medida en los países europeos.

Tras varios días de intensas negociaciones y de las dudas de algunos Estados miembros de la UE, entre los que destaca Alemania, al final las llamadas potencias occidentales han decidido sacar a "determinados" bancos rusos del sistema internacional SWIFT.

Los líderes de la Comisión Europea, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos han emitido un comunicado conjunto en la noche del sábado en el que "se comprometieron a coordinarse" para sacar a algunos bancos rusos, dejándoles "desconectados del sistema financiero internacional y alteran su capacidad para operar globalmente".

A la espera de conocer en detalle la medida, la decisión, agradecida por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, podría ser parcial, ya que no afectaría a las importaciones de gas o petróleo, para tratar de limitar su efecto en los países que tienen importantes relaciones con el Estado ruso. Esto vuelve a plantear serias dudas sobre si su efecto inmediato en la economía de Rusia será suficiente como para obligar a negociar a Putin antes de que tome militarmente Ucrania.

¿Qué es SWIFT?

La Society for World Interbank Financial Telecommunication, más conocida por sus siglas SWIFT, es una cooperativa de sociedades financieras, fundamentalmente bancos. Se creó en 1973, cuando se estableció en Bruselas con más de 200 entidades; en 1976 ya tenía más de 500 miembros en más de quince países. Diez años después tenía 2.161 clientes en 61 países, elevándose en la actualidad a más de 9.000 miembros a nivel mundial.

El principal motivo por el que SWIFT suele ser conocido es por ser un código internacional que presta a sus socios un servicio de mensajería cifrada que posibilita las transferencias internacionales de fondos.

SWIFT determina los códigos bancarios, conocidos como BIC, que son necesarios para realizar o recibir una transferencia internacional. El código BIC, acrónimo de Bank Identifier Code, sirve para identificar al banco beneficiario de una transferencia y es un código internacional alfanumérico que puede constar de 8 u 11 caracteres.

Cuando un cliente realiza una transferencia internacional a favor de otro, el banco emisor genera un mensaje cifrado, ese código BIC o SWIFT, que indica de qué manera va a hacer llegar los fondos a ese cliente, con todo tipo de detalles como fechas, divisas, gastos o a través de qué entidades. Es la prueba de la realización irrevocable de una transferencia internacional, y proporciona seguridad e información al receptor.

¿Cómo podría afectar a Rusia?

Dejar fuera a las entidades financieras rusas aislaría a buena parte de la economía en el exterior del país, ya que la operativa de su banca se vería seriamente complicada porque no podrían hacer ni cobros ni pagos internacionales con el resto de entidades que utilizan este sistema.

En 2014, cuando la UE se planteó aplicar esta medida tras la anexión de Rusia a Crimea, el Gobierno ruso ya pronosticó que su PIB caería un 5%. Entonces, las mayores potencias europeas descartaron hacer efectiva la medida.

A todos los efectos, con la exclusión del SWIFT se produciría un bloqueo de las transferencias bancarias con el país, lo que tendría a su vez efectos colaterales, ya que cualquier empresa extranjera que necesite hacer pagos en Rusia no tendría opciones de hacerlo por esta vía.

El Gobierno alemán ha precisado que los bancos designados son aquellas entidades sancionadas ya esta semana: Sberbank, VTB, Bank Otkritie, Sovcombank OJSC y Novikombank. "Todos los bancos rusos que ya fueron sancionados por la comunidad internacional, y si es necesario, otros bancos rusos serán excluidos del sistema de pago internacional SWIFT".

A la exclusión del SWIFT de los bancos designados, se suman medidas adicionales contra "el despliegue de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia", así como la prohibición a los "oligarcas rusos" para realizar operaciones en los mercados occidentales, además de bloquear sus procesos de ciudadanía en función de sus inversiones en el extranjero, los llamados "pasaportes dorados".

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¿Tendría Putin otra alternativa?

Sacar a Rusia de SWIFT también cuenta con otra vertiente geopolítica: la búsqueda de ayuda por el continente asiático. Esta decisión podría empujar a Putin aún más hacia China, acudiendo al Sistema de Pagos Internacional de China, conocido como CIPS. Ante este escenario habrá que ver la respuesta que tendría Pekín, que se ha mostrado imparcial en el conflicto pese a no retirar el apoyo a Rusia, con quien mantiene buenas relaciones.

Desde Rusia, los mensajes en torno a esta medida tratan de minimizar el impacto que tendría, asegurando que cambiarán a canales alternativos para realizar las transacciones. Bancos rusos como Vnesheconombank afirman que ya desde 2014 Rusia inició un cambio a su propio sistema de mensajería financiera del Banco Central Ruso (SPFS), del que más de 330 bancos ya son usuarios.

Los intentos de buscar otros sistemas son una posibilidad para intentar paliar los efectos, aunque la realidad es que no existen por el momento importantes alternativas a SWIFT a nivel mundial, por los escasos usuarios (en comparación con SWIFT) que usan el resto de sistemas.

Las reticencias de Alemania

En un principio, en una reunión de Economía y Finanzas el pasado 25 de febrero, la UE se limitó a evaluar si conseguía la unanimidad de sus miembros para privar a Rusia del acceso al sistema SWIFT. Pero a partir de entonces los países que en principio mantenían sus dudas han ido aclarándose.

El Gobierno alemán, que había sido reticente hasta este sabado a sacar a Rusia del SWIFT, se mostró dispuesto a una restricción "selectiva y funcional". El Ministerio de Exteriores informó a través de un mensaje en su cuenta de Twitter que se estaba trabajando en la manera de limitar los "daños colaterales" de una desconexión de Rusia del sistema SWIFT "para que afecte a los que debe". "Lo que necesitamos es una restricción selectiva y funcional de SWIFT", agregó.

Alemania se había resistido a la desconexión de Rusia de SWIFT por el impacto masivo que tendría esta medida también sobre el mercado alemán. Así, por ejemplo, no sería posible pagar el gas ruso y por lo tanto tampoco adquirirlo, según el ministro de Finanzas, Christian Lindner.

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