El arma 'nuclear' SWIFT: ¿qué ocurriría si Occidente pulsa el botón para bloquear a Rusia del sistema de pagos mundial?

Putin y Biden abren la vía a un acercamiento
El presidente ruso, Vladímir Putin, junto al presidente de EE UU, Joe Biden.
Europa Press
Putin y Biden abren la vía a un acercamiento

En las guerras del siglo XXI, los golpes más letales no se asestan en el campo de batalla. Por eso, frente a la artillería rusa que ataca Ucrania, las potencias de Occidente no responden con blindados ni ametralladoras, sino con "sanciones económicas como nunca antes se han visto". Entre todas las medidas de disuasión que ofrece la economía, figura la exclusión de Rusia del sistema mundial de pagos SWIFT, una arma de destrucción masiva contra los activos financieros del Kremlin.

Mientras las tropas rusas penetran en la ciudad de Kiev y las potencias europeas y EE.UU. deshojan la margarita del peor de los castigos, estas son las consecuencias de bloquear a Rusia del sistema SWIFT.

Primero, ¿qué es el SWIFT?

La Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (en su traducción al español) es una organización fundada en 1973, con sede en Bélgica, que facilita las comunicaciones y transacciones económicas entre miles de bancos de diferentes países del mundo. Básicamente, si un banco español tiene que realizar una transacción con una entidad rusa, usará este sistema para comunicarse y realizar la transferencia de forma segura. 

SWIFT se mantiene neutral en las disputas, pero su acceso ya fue denegado a Irán en 2012 y 2018 por su desarrollo de armamento nuclear

“Ofrecemos a la comunidad una plataforma de mensajería, normas de comunicación y productos y servicios que facilitan el acceso y la integración, la identificación, el análisis y el cumplimiento con la prevención de los delitos financieros”, explica la plataforma en su web. 

Swift está supervisado por el Banco Nacional de Bélgica y representantes del Sistema de la Reserva Federal de EE UU, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y otras grandes entidades bancarias centrales. Aunque se mantiene neutral en disputas comerciales y funciona principalmente como un servicio operativo para sus miembros.

¿Quiénes lo utilizan?

Actualmente, el sistema de pagos conecta a más de 11.000 organizaciones (financieras y no financieras) de más de 200 países diferentes. A todas ellas, la plataforma les facilita una herramienta para poder comunicarse entre sí de forma segura, permitiendo, a su vez, un intercambio de mensajes financieros estandarizados de forma fiable. Prácticamente, no existe nada similar en el mundo.

¿Qué ocurriría si expulsan a Rusia del SWIFT?

Bloquear a cualquier Estado del mecanismo SWIFT supone aislar a sus entidades y empresas de cara al exterior y afecta, irremediablemente, a su PIB. Al margen de esta plataforma, el país no podría enviar ni recibir ninguna transacción financiera más allá de sus fronteras. Y en el caso particular de Rusia, afectaría con especial virulencia a los sectores del gas y el petróleo, donde el Kremlin presume de ser un actor de gran influencia mundial.

En 2014, cuando la UE se planteó aplicar esta medida tras la anexión de Rusia a Crimea, el Gobierno ruso ya pronosticó que su PIB caería, en consecuencia, un 5%. Entonces, las mayores potencias europeas descartaron hacer efectiva la medida. 

Consecuencias negativas: desde UE a EE UU

Si se tiene en consideración las variables anteriores, las consecuencias económicas de excluir a Rusia del SWIFT se multiplican. Cabe recordar que Rusia es la principal proveedora de petróleo crudo, gas natural y combustibles fósiles sólidos de la UE. Y, a estas alturas, para los países europeos podría hacerse muy cuesta arriba tratar de conseguir proveedores alternativos.

"Sanciones que van más allá de SWIFT", Joe Biden

Pero la decisión de activar el 'botón nuclear' de la economía, también se cobraría  víctimas al otro lado del Atlántico. Mismamente, en Estados Unidos son muchas las empresas que mantienen negocios con Rusia, siendo los bancos rusos  socios habituales de los bancos estadounidenses a través de SWIFT. Pese a todo, el presidente de EE UU, Joe Biden, al ser preguntado por esta medida, prometió sanciones que "van más allá del SWFIT".

¿Cómo reaccionaría Rusia ante su expulsión del SWIFT?

La decisión de 'congelar' a Rusia en el banco global, también enciende otra derivada. ¿Y si el Kremlin encuentra más alternativas para financiarse? Ya son conocidas dos iniciativas que Moscú puso en marcha tras la primera advertencia en 2014: su propio sistema de control de pago entre entidades financieras (el SPFS) o más remotamente, la inmersión del país en el mercado de las criptomonedas.

Por otro lado, el director de un gran banco ruso, VTB, dijo recientemente que su país podría emplear otros canales de pago, como llamados telefónicos, aplicaciones de mensajería o correos electrónicos.

Y lo que es peor para Occidente, los bancos rusos podrían efectuar sus transacciones a través de terceros países que estén exentos de sanciones. E, inevitablemente, esto lleva a pensar en China, que tiene su propio sistema de pagos interbancarios: CIPS. Un competidor de Swift, que podría desbancar a la organización occidental de su posición hegemónica en la economía global.

A favor: solo Ucrania pide "la desconexión de Rusia del SWIFT"

De momento, el único país que se ha manifestado en favor de esta drástica medida es Ucrania. "Todo el que duda de si Rusia debería quedar fuera del SWIFT tiene que entender que la sangre de hombres, mujeres y niños inocentes también estará en sus manos", comentó al respecto hace unos días el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba. Más explícito en sus exigencias fue el propio presidente del país, Volodimir Zelenski,  que a través de su perfil de Twitter dijo:  "Pedimos la desconexión de Rusia del SWIFT, la aplicación de una zona de exclusión aérea sobre Ucrania y otras medidas efectivas para frenar la agresión".

El ejemplo de Irán: millones de euros perdidos en petróleo

Con todo, no es la primera vez que ocurre. Quizá por eso, ya se pueden vaticinar las consecuencias de su aplicación. El sistema Swift cerró sus puertas por última vez en 2018. Entonces, por decisión de la Administración de Donald Trump, negó el acceso a su plataforma a los bancos iraníes para imponer fuertes sanciones a sectores estratégicos del país. Antes, en 2012, la UE prohibió a SWIFT ofrecer sus servicios a empresas e individuos iraníes sancionados por sus relaciones con el programa nuclear de Teherán. La decisión tuvo un efecto demoledor para Irán: en solo unos meses las caídas en las compras de barriles de petróleo iraníes se contaban por millones y el país perdió el 30% de su comercio exterior. Pero Rusia no es Irán y todos los actores habilitados para pulsar el 'botón nuclear' de la economía son conscientes de ello.

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