El lamento de los ucranianos de España: "Van a destruir un país y provocar una ola de refugiados nunca antes vista"

  • Los ciudadanos ucranianos en nuestro país amanecen en contacto con sus familiares.
  • En España hay más de 115.000 ucranianos, muchos llegados en la época de bonanza a principios de los 2000.
  • Han celebrado concentraciones ante la embajada rusa en repulsa de los ataques en su territorio.
Ucranianos en España se concentran en apoyo a su país y "por la paz"
Ucranianos en España, en una concentración en apoyo a su país y "por la paz"
Europa Press
Ucranianos en España se concentran en apoyo a su país y "por la paz"
Ucranianos en España, en una concentración en apoyo a su país y "por la paz".
EP

Hace pocos años, el padre de Liudmyla Studenets se reunió con ella en España, donde su hija se había trasladado con su familia. Su progenitor regresó a Ucrania, a la zona noroeste, frontera con Bielorusia, hace un mes. "Iba sólo de vacaciones", explica Liudmyla a 20minutos. La guerra le ha pillado allí. "En principio es una zona más tranquila, pero ya hay ataques en toda Ucrania", señala. Desde 2014 forma parte de la Asociación "Ucranianos de Henares", una pequeña comunidad que articula a una treintena de ciudadanos del Este que residen en Torrejón, Alcalá y San Fernando de Henares. "La creamos para que nuestros hijos, muchos nacidos en España, no olviden sus raíces, su idioma, su cultura y sus costumbres".   

Desde que, a primerísima hora de la mañana, se tuviera constancia de los bombardeos rusos en la región, los teléfonos no han parado de sonar: entre ucranianos en España y con sus familiares atrapados en la zona de conflicto. Muchos habían perdido la esperanza de que se revirtiera la escalada de tensión. "Esto es política, un conflicto que no es de hoy ni de ayer, una Guerra Fría duradera", lamenta Liudmyla. 

¿Cuál consideras que es el principal valor europeo que hay que defender?

No es fácil contactar hoy con los ucranianos en España: sus líneas comunican, sus respuestas son comprensiblemente austeras: "Lo siento, pero estoy en permanente contacto con mi familia y tengo que estar disponible". Muchos, en Madrid, han corrido a la embajada rusa a concentrarse en repulsa de la intervención. 

Desde Sevilla, el sacerdote Dimitro Savschuk nos atiende. Dirige un par de parroquias de confesión greco-católica en esta provincia y en la de Huelva. Llegó en 2004, en una época en la que desembarcó el grueso de los 115 186 ucranianos que actualmente (según el Padrón de 2021) viven en nuestro país. "Ya vivimos desde aquí la guerra de 2014", explica. "Esta de ahora va a ser una guerra fatal, no sólo para una parte de Ucrania sino para toda. Desde entonces, Europa no ha hecho nada. Esto va a ser un río de sangre y los políticos sólo miran por su dinero. Todos estamos muy preocupados porque todos tienen hijos, algunos militares, y familia en el país".

A las 5 de la mañana, lo despertaron. Llamaban de su tierra, Ivano Frankivsk. Allí, un misil ruso impactó en el aeropuerto. Los ucranianos de Sevilla y Huelva amanecieron todos de igual manera, antes de encaminarse a sus trabajos: "Todos trabajan, compran sus pisos, estudian carreras en España. Hay médicos, mujeres del servicio doméstico, chóferes...". Su cometido, como sacerdote, es perpetuar la fe de su pueblo. Y ayudar en la integración. Hasta 2008, recibían a niños ucranianos merced a los programas entre ambos estados. La guerra de 2014 enconó algo las posturas entre ucranianos en Andalucía: "Ahora ya van abriendo los ojos y no hay pro-ruso como antes. En ucrania son un porcentaje mínimo, un 5%. Rusia ha lanzado información falsa sobre todo esto". 

En la Comunidad Valenciana residen cerca de 20.000 ucranianos. Tras Madrid y Barcelona, es la región con más población originaria de este país del Este. Desde finales de los 90, vinieron a España en busca de perspectivas. El desarrollo de la construcción hizo de efecto llamada; muchos regresaron tras el pinchazo de la "burbuja". Pero la "Revolución de la Dignidad" en 2014 volvió a traer ucranianos a España. "Ahora van a destruir el país y van a provocar un ola de refugiados nunca antes vista y que va a colapsar Europa", lamenta Georgiy Klimov, secretario de la Asociación U-Armonía de Valencia. "Hay que parar esta guerra ya", clama. Eso pasa, opina, por la implicación de Europa y la comunidad internacional: "Tienen que ayudar, sobre todo con material antimisiles, que es lo que más necesita Ucrania, e imponer sanciones infernales a Putin y su familia, asilar a Rusia del mundo". 

Georgiy es originario de Rivne, a 150 km de Polinia. No muy lejos de allí han caído los primeros misiles rusos. "Sigo teniendo familia en Rivne y en varias ciudades. Todos estamos muy preocupados y he pasado la mañana hablando con ellos". La reacción más inminente desde España, considera este ucraniano, pasa por "cortar el grifo de la propaganda". En su opinión, Europa debe cerrar las transmisiones, "por internet también", que vengan de Rusia: "Hay que detener a esta gentuza que transmite la propaganda y el odio rusos". 

Desde el año 2014, los ucranianos en España no vivían una jornada tan negra. Lo hacen desde la indignación, pero también en muchos casos desde esa resignación de quien lleva años viéndolo venir.

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