Casi tres décadas después de que la Junta adquiriera el mayor astillero medieval de España y tras numerosos proyectos para ponerlo en valor que nunca llegaron a ver la luz, las máquinas han empezado por fin a trabajar en las Reales Atarazanas de Sevilla para convertirlas en un gran centro cultural que abrirá al público, si se cumplen los plazos previstos, a principios de 2024.
El inmueble, que fue mandado construir por el rey Alfonso X El Sabio hace ocho siglos en el corazón del barrio del Arenal, acogió este martes la presentación oficial de los trabajos de rehabilitación, que costarán 20,2 millones de euros, de los cuales 13,1 los aporta la Fundación "la Caixa", promotora del proyecto, y 7,1 el Ejecutivo andaluz, obras que se prolongarán durante 24 meses. Una vez concluida la intervención, será la Fundación Cajasol la encargada de gestionar los contenidos de las Atarazanas, cuyos usos, más allá de que serán culturales, aún no están del todo definidos.
El proyecto, diseñado por el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, contempla como uno de los principales hitos la apertura visual del edificio a la calle Dos de Mayo, desde donde se podrá ver el interior de los antiguos astilleros y acceder a ellos a través de dos de los arcos, situados a la misma cota de la calle, aunque la entrada principal seguirá siendo la de la calle Temprado. En este sentido, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha anunciado que el Ayuntamiento ya está estudiando la reurbanización y peatonalización de la calle Dos de Mayo, con el fin de que la plaza pública proyectada por el arquitecto se abra a la ciudad.
El proyecto
La propuesta de Vázquez Consuegra supone mantener intacta y diáfana la planta baja, en la que sí se excavarán dos de las siete naves actuales –originalmente fueron 17–, la seis y la siete, al fondo del edificio entrando por Temprado, así como el espacio anterior a la muralla almohade hasta alcanzar su cota primitiva, lo que permitirá recuperar la escala de los antiguos astilleros. En esta planta baja también se restaurarán las arquerías medievales, las bóvedas del siglo XVIII y sus cubiertas metálicas; y es en este espacio donde se ubicará el vestíbulo general, una sala polivalente, cafetería, tienda, librería y un espacio para administración.
El núcleo principal de comunicación vertical –las escaleras y los ascensores– se localizarán en el vacío existente, de forma que no afectará a las bóvedas ni a las arquerías. La entreplanta acogerá las exposiciones permanentes y temporales.
Las Atarazanas se sumarán así al triángulo "imbatible" formado por la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias, convirtiéndose en un "polo cultural" con el que Sevilla se "reencontrará" con su carácter universal y saldará una "deuda con la historia y el futuro", manifestó el presidente de la Junta, Juanma Moreno, en la presentación de las obras, y destacó el "entendimiento" entre lo público y lo privado para dar respuesta a un "antiguo anhelo" de los sevillanos.
Por su parte, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, aseguró visiblemente emocionada que este proyecto es un "símbolo de la vocación universal de Andalucía", a la que situará "en el lugar que le corresponde en el mundo". "Estoy profundamente emocionada e inmensamente feliz, esta es una de las mayores satisfacciones que guardaré en el alma", aseveró la consejera.
Mientras, el director general de la Fundación "la Caixa", Antonio Vila, resaltó que las Atarazanas "son una maravilla" en una ciudad, dijo, que es "toda ella un monumento". Y se mostró convencido de que el proyecto "será un éxito". También el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, destacó que se trata de "un concepto de universalidad que ya desplegamos en la Expo 92 y que ha inspirado a Sevilla y Andalucía".
El regidor hispalense se sumó a la celebración convencido de que este edificio, junto con la Fábrica de Artillería, "favorecerá que la ciudad dé un salto de calidad en los próximos años como atractivo turístico". Y anunció que le ha solicitado a la Junta que el Ayuntamiento forme parte del órgano de gestión que se diseñe en las Atarazanas.
Cronología
Fue en 1993 cuando la Junta adquirió a Defensa los antiguos astilleros medievales de Sevilla, de 7.200 metros cuadrados, que a punto estuvieron de albergar el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) primero y el CaixaForum después. Pero no fue hasta 2015 cuando empezó a verse algo de luz con el proyecto inicial de Vázquez Consuegra, que en 2016 ya contaba con licencia de obras. Sin embargo, la oposición de Adepa y otras asociaciones conservacionistas frenaron la iniciativa y los tribunales suspendieron cautelarmente la licencia.
Ya en 2017, la Junta, la Fundación "la Caixa" y Adepa alcanzaron un acuerdo que ponía fin al conflicto judicial. Y en julio de 2019, la Comisión Provincial de Patrimonio dio el visto bueno al proyecto reformado del arquitecto. En noviembre del pasado año, el Ayuntamiento concedió la licencia definitiva para unas obras que, al fin, ya han comenzado.
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