Los vecinos de El Cañaveral reclaman transporte, colegios y centros de salud: "Estamos dejados de la mano de Dios"

Barrio de El Cañaveral, con urbanizaciones en construcción y calles cortadas por muros New Jersey.
Barrio de El Cañaveral, con urbanizaciones en construcción y calles cortadas por muros New Jersey.
Jorge París | jparis
Barrio de El Cañaveral, con urbanizaciones en construcción y calles cortadas por muros New Jersey.

Un bosque de grúas se divisa a lo lejos desde la M-45 a su paso por Coslada. Grandes urbanizaciones se levantan sobre un terreno prácticamente desértico en la periferia de la capital. En sus calles, los muros New Jersey cortan las vías de un barrio a medio construir, mientras que sus vecinos tratan de “hacer vida normal”, a pesar de llevar años sin los servicios públicos mínimos: transporte, educación y sanidad. Este es el barrio de El Cañaveral, situado en el distrito de Vicálvaro.

Uno de esos “barrios nuevos”, o también conocidos como PAU, cuyas siglas no significan otra cosa que Proyectos de Actuación Urbanística. Aunque El Cañaveral -al igual que Valdebebas- es de iniciativa privada, es decir, depende de una junta de compensación. Por tanto, no es de carácter público y su proceso consiste en que dicha entidad proyecte y presente una propuesta al Ayuntamiento para que este la apruebe y, sea en última instancia, la junta la que ejecute el plan. “En nuestro caso, esta burocracia trae consigo más pérdida de tiempo. Estamos dejados de la mano de Dios”, señala Marta Llorente, presidenta de la Asociación de Vecinos El Cañaveral.

Marta Llorente, presidenta de la Asociación de Vecinos de El Cañaveral.
Marta Llorente, presidenta de la Asociación de Vecinos de El Cañaveral.
Jorge París | jparis

Se espera que El Cañaveral acoja a 52.000 vecinos cuando el desarrollo urbanístico esté terminado. Este barrio comenzó con sus construcciones en el año 2013, tras casi una década de diferencias entre instituciones y tribunales, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid dieron luz verde a las cooperativas para que pudieran ejecutar sus proyectos. Tres años más tarde, en 2016, llegaron los primeros vecinos -algunos de ellos habían comprado su casa 20 años atrás- y el crecimiento de habitantes ha aumentado de forma exponencial hasta ahora, donde actualmente hay empadronados 8.900 personas, según datos oficiales del padrón. A día de hoy están proyectadas 14.000 viviendas, lo que supone 35.000 personas más si la media de habitantes por hogar es de 2,5, como establece un informe continuo del INE.

Sin recursos en el barrio

Algunas zonas de El Cañaveral siguen sin semáforos que regulen el tráfico, o incluso, placas que indiquen la calle en la que se encuentran, tan solo un GPS o dispositivo móvil pueden saber exactamente la ubicación en la que se encuentra. “Los mensajeros a veces no llegan, yo estuve esperando una carta urgente del médico y me llegó tres semanas tarde”, cuenta Marga, una de las primeras vecinas del barrio.

Lo más urgente para los que ya habitan en El Cañaveral es tener “los tres pilares básicos”: transporte, educación y sanidad. “No estamos pidiendo una bolera, simplemente queremos hacer vida de barrio, que tengamos las dotaciones necesarias”, señala Marta Llorente, y añade que “el argumento en el que se escuda el Ayuntamiento es que el terreno ya está cedido para muchos de esos proyectos, pero nos parece una tomadura de pelo”.

Fila de personas esperando al autobús en la Avenida Miguel Delibes.
Fila de personas esperando al autobús en la Avenida Miguel Delibes.
Jorge París | jparis

Transporte y movilidad

La cuestión del transporte es uno de los temas que más preocupa a los vecinos. El Cañaveral cuenta con un autobús interurbano que comunica directamente con Coslada, pero que, según los vecinos, pasa cada hora; otros dos buses urbanos, uno de ellos exprés que se dirige hasta Manuel Becerra, y otro, que va hasta Las Rosas. “Los horarios de los autobuses se están incumpliendo de forma continua, tampoco tenemos marquesinas y algunos vecinos tienen que andar más de 20 minutos hasta llegar a la primera parada, y con esto llevamos ya tres años”, denuncia Llorente. 

Mariano Fuentes, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, cuenta que, desde su Área, “están haciendo todo lo posible para dotar al barrio de las infraestructuras y servicios que necesitan sus vecinos”. “Hemos puesto la línea exprés de la EMT y cuando haya el número suficiente de personas empadronadas podremos plantear la construcción de una parada de metro”, asegura Fuentes. Además, sobre la ausencia de marquesinas, el concejal responde que “es un tema que está en periodo de prueba, para ver si en esos puntos del barrio funciona y no se tengan que poner y quitar”.

Al problema del transporte público, le sigue el problema de la movilidad. El barrio está lleno de grandes bloques de hormigón -denominados muros New Jersey-, que debían haberse retirado hace un año y medio. “En junio de 2020 se recepcionó por parte del Ayuntamiento la parte residencial del barrio, lo que hubiese implicado la retirada de dichos bloques”, explica la presidenta de la asociación, quien detalla las consecuencias que esto conlleva. “Tenemos accidentes diarios, mala circulación de coches, incluso impide que el autobús no pueda circular por más zonas del barrio, por lo que muchos vecinos tienen dificultades para acceder al transporte público”, apunta.

Marga, vecina de El Cañaveral junto a una calle cortada por muros New Jersey.
Marga, vecina de El Cañaveral junto a una calle cortada por muros New Jersey.
Jorge París | jparis

Educación y Sanidad

Un barrio como El Cañaveral, con más del 25% de su población menor de edad necesita tener cerca una escuela infantil y un instituto, al menos. A día de hoy, tan solo se encuentra una escuela infantil de carácter privado. Para el curso 2023 está prevista la apertura de una nueva de índole pública y también se espera que se construya un colegio, pero de momento no se han empezado las obras, aunque el terreno ya está cedido.

“Tengo a mis hijos en el colegio de Vicálvaro porque, claro, tienen su grupo de amigos allí y a estas alturas no quieren cambiar. Yo tenía pensado que mis hijos iban a ser más pequeños cuando nos fueran a dar la casa, incluso que alguno de ellos no hubiera nacido todavía”, asegura una de las vecinas.

El Cañaveral tampoco cuenta con un centro de salud, los residentes de este barrio se tienen que desplazar hasta Vicálvaro. “A mi me corresponde ir al de Villablanca, que es uno de los que más pacientes atiende y que se encuentra a 7km de mi casa”, señala Llorente. Según los datos de la Consejería de Sanidad, desde 2018 hasta 2020, este centro ha atendido a 2.500 personas más, esto se debe al incremento de población en la zona residencial protagonista.

Juanjo, vecino de El Cañaveral, compró su casa en 1997 y se le entregaron en 2019.
Juanjo, vecino de El Cañaveral, compró su casa en 1997 y se le entregaron en 2019.
Jorge París | jparis

Una vida entera esperando su casa

Juanjo compró su casa en 1997 y se la entregaron 22 años después, en 2019. Un caso similar es el de Marga, que decidió comprarse una vivienda en El Cañaveral tras terminar la carrera, allá por 1999 y que pisó por primera vez su hogar en 2019. Durante años, Juanjo y Marga han luchado porque el desarrollo urbanístico de su barrio avanzara. Entre medias, una crisis inmobiliaria que congeló los diferentes proyectos.

“Yo compré la casa y me la dieron estando jubilado”, cuenta Juanjo, entre risas, quien dice que ahora lo que él quiere es un parque donde poder jugar a la petanca. “Hay otras prioridades antes que los mayores, tenemos que fomentar la juventud para atraer más servicios”, recalca.

“Hay días en los que me vengo andando desde el polideportivo de Vicálvaro y paso miedo, que esto no quiere decir que este sitio sea inseguro, pero es que tampoco tenemos comisaría, la que nos corresponde es la de San Blas y si pasa algo tardan media hora en venir”, comenta Marga sobre el tema de la seguridad.

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