La tensión entre Rusia y Ucrania pone en riesgo a Europa por el suministro de gas

Gasodutos que subministran gas a Europa desde Rusia.
Gasodutos que subministran gas a Europa desde Rusia.
H. P.
Gasodutos que subministran gas a Europa desde Rusia.

La frontera este de Europa vive en las últimas semanas un momento de gran tensión. La petición del Gobierno ucraniano para ingresar en la OTAN, los movimientos de tropas rusas a la frontera con este país y los avisos de Estados Unidos sobre una posible invasión de Rusia a Ucrania, han puesto en alerta a los países europeos, que suman otro frente más a la crisis energética que viven desde el año 2021.

Si hay un factor que ha reducido considerablemente el poder adquisitivo de los europeos en el último año ha sido la subida del precio de la electricidad. La crisis energética vivida en todo el mundo, alimentada entre otros factores por la subida global del gas a causa del parón de la pandemia y la rápida reactivación económica, ha llevado a un encaramiento de la electricidad en el planeta. 

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En medio de este escenario, los países exportadores de gas a la Unión Europea han adquirido un papel especialmente relevante. Esta situación ha dejado a la vista la dependencia europea en cuanto a energía, ya que es un continente con escasa producción de energía no renovable. Países como Rusia o Argelia vieron durante 2021 como sus decisiones y movimientos respecto a sus reservas y suministros recibían una reacción casi inmediata de los países europeos, nerviosos por tratar de paliar lo máximo posible la subida incontrolable de los precios de la luz.

Además, los recientes acontecimientos en Ucrania, por donde pasan varios gasoductos que transportan gas ruso a Europa, han entrado también a ocupar parte de esta crisis. Las acusaciones por parte de la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN de una posible invasión rusa de Ucrania podrían provocar una reducción del suministro por parte de Rusia como respuesta; como ya ocurrió hace unos meses cuando se frenó el proyecto del gasoducto Nord Stream 2, que buscaba incrementar el gas que envía Rusia al continente.

Gasodutos que subministran gas a Europa desde Rusia.
Gasodutos que subministran gas a Europa desde Rusia.
H. P.

Un suministro que supone en torno al 35% del gas que recibe Europa

Si hay un país al que se le pueda considerar 'el gran proveedor' de gas de Europa, ese es Rusia. En torno al 35% del las importaciones de este recurso natural para la producción de energía del viejo continente provienen del Estado ruso. 

No obstante, no todos los países europeos dependen de la misma forma, ya que los Estados del sur utilizan gasoductos que transportan el gas argelino o libio, reduciendo considerablemente su dependencia de Rusia. Además, algunos países europeos, en un intento por perder esa dependencia de un único proveedor, han comenzado a buscar más exportadores, impulsando también la llegada de gas natural licuado a través de barcos metaneros, como es el caso de España.

Aun así, la gran dependencia rusa ha hecho que una reducción del suministro pueda afectar a las reservas nacionales y, sobre todo, a su precio. En los últimos meses, en medio del aumento mundial de precios y la escasez de reservas, Gazprom, la empresa gasística estatal rusa, redujo su suministro a Europa. La energía y los recursos naturales se convierten así en una poderosa arma geopolítica, donde controlar el suministro y crear dependencia a otras regiones puede marcar la diferencia de cara a futuras negociaciones.

Los problemas en algunas reservas de gas en Noruega durante 2021 incrementó todavía más la dependencia europea de Rusia que, por otro lado, también ha hipotecado parte de sus ingresos económicos a la venta de gas a Europa, ya que es su mayor comprador. Que en un supuesto enfrentamiento diplomático Rusia vaya a cerrar de forma total el suministro de gas no parece tampoco ser una opción, pues perdería una importante fuente de ingresos. No obstante, sí podría estar dispuesto a perder parte de ellos y regular según convenga el suministro si el enfrentamiento diplomático actual continúa escalando.

El Nord Stream 2: otro frente abierto

Cuando en los últimos meses Europa vio como Rusia reducía su suministro, Putin salió a la palestra alegando que se debía a necesidades internas, aunque algunas voces europeas señalaban que pudo ser un método de presión como respuesta a la paralización del nuevo gasoducto que cruza el mar Báltico.

El Nord Stream 2, un gasoducto que conecta directamente Rusia con Alemania (evitando pasar por países como Ucrania o Bielorrusia), ha sido un proyecto muy criticado por las instituciones comunitarias, alegando que significaría una perdida de independencia y seguridad energética, que estaría en manos del Kremlin. Es por ello que pese a estar las obras del gasoducto terminadas, todavía no ha comenzado a suministrar gas.

De hecho, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Europeos, Josep Borrell, aseguro la semana pasada que "el funcionamiento de esta infraestructura dependerá del desarrollo de los acontecimientos en Ucrania y la actitud de Rusia", añadiendo que "si todo va bien y reducimos la tensión", entonces estará en manos de los reguladores decidir "si esta infraestructura puede funcionar o no".

Por todo esto, países como Alemania se encuentra en una posición de debilidad para enfrentarse o criticar de forma directa al gigante ruso, del que espera en un futuro no muy lejano conseguir un gran acuerdo con el gas que llegue a sus costas. El aumento de las tensiones en Ucrania, y un posible cierre de los gasoductos que pasan por esa región, continuarían mermando las reservas gasísticas europeas que, pese a no sufrir un desabastecimiento por ahora, si podría enfrentar una nueva subida del precio de la energía.

España, sin problemas en el horizonte

La vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera, aseguró este viernes que España no tendrá problemas de abastecimiento de gas natural pese a la tensión militar con Rusia, aunque agregó que la situación es inquietante y que podría impactar en los precios.

"Es un tema muy sensible. España cuenta con una posición sólida en cuanto a la garantía de suministro y, además, la infraestructura de regasificación de la que disponemos permite el rápido acceso a gas natural licuado por barco y, por tanto, no hay problema de abastecimiento con fuentes muy diferentes", declaró a Efe la también ministra para la Transición Ecológica.

España importa su gas natural esencialmente de Argelia, proveedor seguido a gran distancia por Estados Unidos y Nigeria.

Preguntada por el incremento de la tensión geopolítica en el este de Europa a su llegada a Amiens (Francia) para participar en un consejo informal conjunto de titulares europeos de Medioambiente y Energía, Ribera agregó que a España sí le puede afectar la situación en cuanto a los precios de ese hidrocarburo.

"Es evidente que nos impacta la evolución que está presentando el precio del gas en un momento en que no solamente hay un incremento muy importante de la demanda por parte de los mercados asiáticos sino, efectivamente, tensiones importantes con el que todavía es el primer país de gas natural para la mayoría de países europeos", dijo.

La vicepresidenta española añadió que la respuesta "obvia" a la crisis de precios "es acelerar la transición energética y reducir la dependencia del gas natural por la volatilidad del precio y por los proveedores que estamos viendo pueden estar asociados a tensiones en nuestras fronteras".

Ribera agregó que también va a insistir ante sus homólogos europeos y responsables comunitarios de energía, como viene haciendo desde hace meses, en que es necesario "que la UE se plantee qué plan de emergencia" con "medidas excepcionales se pueden adoptar en el contexto regulatorio para que esa situación tan complicada respecto al gas no impacte de una manera tan desorbitada también sobre los precios de la electricidad".

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