La salud mental está saliendo a debate estos días, especialmente tras el preocupante caso de suicidios en jóvenes situado como principal motivo de muertes en esta población y, como detonante, la pérdida de Verónica Forqué. Sacando el tema a mesa de debate, el cantante Alfred García ha hablado en el último episodio del año del programa No estamos locas desde su propia experiencia y vivencias, en cuanto a la necesidad de contar con un respaldo de expertos en salud mental y la terapia requerida, a la cual él sigue acudiendo. 

"Siempre he tenido modelos a seguir femeninos que estaban más conectados a sus emociones que masculinos", así comentaba el artista sus referentes. La masculinidad y los perjudiciales estereotipos marcados por ello a causa de un machismo y homofobia implantados en sociedad se unen a su alrededor, y el cantante ha explicado cómo se replanteaba seguir con su carrera pese a la imagen negativa que le rodeaba al ser un chico dedicado en cuerpo y alma a la música. Sobre el cuidado y el trabajo que queda en torno a ello, sumados al estigma de los artistas de este sector, Alfred se ha abierto a hablar sobre la salud mental y las consecuencias que genera todo este impacto.

Alfred comparte lo mucho que le afectó que se hablara de su vida privada y dice que Eurovisión fue "perder el tiempo"

Con 18 años, el cantante tuvo su primer ataque de pánico. "Sucedió por mi trabajo, la carrera que estaba estudiando, toda esa carga que llevas", describía, explicando que el cúmulo le llevó a explotar. Tras examinar su salud física, buscaba hablar con alguien para expresar cómo se sentía y, ante todo, entenderlo y gestionar su duelo.

Conllevando las situaciones recién vividas, la pérdida de alguien cercano en su vida y la presión de la fama que crecía en su nombre tras entrar a los meses en la academia de Operación Triunfo, todo se le hacía cuesta arriba con una "mezcla de ansiedad y depresión" cargada a sus espaldas.

"Estaba sirviendo para tener una gran oportunidad para entrar en el mundo discográfico y entrar en Eurovisión, y para romper con la vida que llevaba", así define el joven cantante sus motivos por los cuales acudió al casting del reality. No es consciente, explica, de que lo hiciera por luchar con su situación de salud mental, pero le supuso un apoyo que necesitaba. Un cambio y una exposición que llevó a sus debidas consecuencias.

Y pese a ese gran cambio, no contaba con ningún respaldo de psicólogos que se aseguraran de un buen estado de salud en estos cantantes que, a tan pronta edad y de la noche a la mañana, estaban pasando de ser casi desconocidos a caras familiares en un canal 24 horas que llenaban las redes, que llegaban a escenarios y que entraban en contacto con famosos compositores y productores de la industria.

El mundo del fútbol tiene psicólogos y el del arte no

"Nadie nos dio la opción. En el mundo del arte no es como el deportivo donde quizá se tiene un fisio, por si se lesionan", y ahí Alfred sacaba su reflexión sobre la igual necesidad de un psicólogo, por si hay un malestar mental. "El Barça tiene un psicólogo. Ni en mundo de la música y ni del teatro", ha hecho hincapié.

Ante la necesidad de que alguien "acompañe y ayude", Alfred denuncia esta desigualdad de condiciones en los trabajos y la falta de un cuidado mental por parte de los responsables a cargo. Y es que él mismo se encontraba "desconectado", perjudicado por la imagen que veía de él en televisión, y, tras acabar su disco, le salió todo de dentro.

"Conectar al máximo de gente posible con mis canciones", es para Alfred el éxito. ¿Y el fracaso? "El fracaso ha dejado de ser una palabra en mi diccionario. No es nada más que lo que tú quieres que sea", no ve más allá que ser "una mala persona" como sinónimo de fracasado. Así se reconstruye, paso a paso, echando la vista al Alfred que ha superado todos sus baches, reconociendo la necesidad de la terapia y agradecido por todo lo que le ha pasado, a pie de su carrera.

Actualmente, sigue trabajando con una experta especializada para llevar a flote un buen estado de salud mental frente a la sobreexposición mediática y ahora, con la publicación en junio de su álbum homónimo, 1997, el catalán sigue adelante con todo recopilatorio de doce canciones que han salido a la luz con un objetivo: hacer partícipes a todos los oyentes del comienzo de la vida.