La Navidad está a la vuelta de la esquina y la preocupación, sin ser tan alta como el año pasado, sí va en aumento ante el avance de la variante ómicron del coronavirus, que es ahora el principal motivo de alarma y por la que los países están empezando a tomar medidas. España, en concreto, tiene una apuesta clara para hacer frente al repunte: responsabilidad y vacunas. De momento, ha registrado hasta el momento 38 casos de coronavirus de la variante ómicron, de los cuales 19 no están vinculados a viajes, según consta en el último informe de la situación epidemiológica publicado este lunes por el Ministerio de Sanidad. Esto quiere decir que ya existe transmisión comunitaria a nivel nacional.
El informe recuerda que las primeras evidencias indican un escape a la inmunidad mayor que para la variante delta y que se ha dado una rápida expansión en Sudáfrica y, probablemente, en países vecinos, además de transmisión comunitaria y rápido ritmo de crecimiento en varios países europeos.
España no apuesta por las restricciones. Hay varias comunidades que recurren al pasaporte Covid. Este lunes, eso sí, se notificaron 49.802 nuevos casos de coronavirus y incidencia media actual de contagios se situó en los 381,26 casos por cada 100.000 habitantes, en comparación con los 323,07 notificado el viernes, es decir, un aumento de más de casi sesenta puntos. El País Vasco, Navarra y Aragón son las comunidades autónomas más afectadas.
El Gobierno, en todo caso, mantiene su discurso: vacunar, vacunar y vacunar. Así, un 59,6% de personas mayores de 60 años que ya cuentan con la tercera dosis, un porcentaje que asciende al 77,8% en el caso de quienes tienen más de 70 años.
Con la vacunación en pleno funcionamiento el foco está puesto más en las hospitalizaciones y en las muertes. Y en este sentido el Reino Unido ya ha notificado la una muerte confirmada por la variante ómicron, al tiempo que su población volvía al teletrabajo y el gobierno emprendía una carrera contrarreloj para administrar vacunas de refuerzo a todos los adultos antes de fin de año.
"El ómicron está produciendo hospitalizaciones y, lamentablemente, se ha confirmado que al menos un paciente ha muerto" por esta nueva cepa del coronavirus, anunció el primer ministro Boris Johnson al visitar uno de los centros de vacunación ante los que se formaban largas filas para recibir una tercera inyección. Según un portavoz del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) "muchos casos no están secuenciados genómicamente, por lo que es imposible saber si esta es la primera muerte de ómicron" ocurrida en el mundo.
El 20% de casos en toda Inglaterra
La situación en territorio británico es especialmente delicada puesto que la agencia de salud pública registró este lunes 1.576 nuevos casos vinculados a esta mutación, lo que eleva el recuento total a 4.713. Si bien las cifras de principios de semana suelen ser menores y el ministro de Sanidad, Sajid Javid, ha reconocido ante la Cámara de los Comunes que el dato real de contagios diarios ronda los 200.000.
Javid ha dado por hecho que ómicron será la variante más común en Londres en cuestión de dos días y representa ya alrededor del 20% de casos en toda Inglaterra. El recuento de hospitalizaciones y muertes aumentará "drásticamente" en las próximas semanas, por lo que el ministro ha confirmado que la sanidad pública volverá a prepararse, tal como informó la BBC.
Downing Street, dada la situación, ha entrado en una contrarreloj contra la ómicron y quiere que se inocule la dosis de refuerzo contra la covid-19 a todos los adultos antes de 2022, es decir, en las próximas tres semanas. El Ejecutivo se propone suministrar esa inyección extra a todos los mayores de 18 años -siempre que hayan pasado tres meses de la segunda dosis- antes de que termine este mes. Un reto ambicioso con el que confía en poner freno a la "marea" de infecciones que se avecina.
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