Tras tomar una copas con sus amigos la noche del pasado jueves al viernes, Pablo Sierra, de 21 años, decidió regresar a dormir a su residencia de estudiantes, ubicada a las afueras de Badajoz.

Fue visto por última vez en la calle Zurbarán, en el centro de la capital pacense, y, desde ahí, su rastro desaparece. A la mañana siguiente, su hermano mellizo, con el que convivía en la residencia Residencia Universitaria de la Fundación CB (RUCAB) se extrañó de su ausencia, dado que esa misma mañana tenían previsto viajar a su pueblo, Zorita, Cáceres, junto con otro hermano que había llegado a buscarles en coche.

Tras llamar insistentemente a su teléfono, que daba tono, la llamada fue contestada por un hombre, que se identificó como un Guardia Civil fuera de servicio que había encontrado el móvil tirado en el suelo en la zona de Las Crispitas, a las orillas del río Guadiana, a 7km de la residencia. 

Desde ese momento, se inicia el operativo de búsqueda con bomberos, voluntarios de Protección Civil y la Cruz Roja y dirigido por la Policía Nacional y en el que también participó un helicóptero y guías caninos, varias barcas y buzos de la Guardia Civil. 

Tras tres días de búsqueda con potentes focos en la zona donde apareció el teléfono, el dispositivo se amplió a distintas barriadas periféricas de la ciudad como la de Suerte de Saavedra o el entorno de las Cuestas de Orinaza. 

Tras no dar con el desaparecido, la Policía Nacional detuvo las operaciones de búsqueda el martes, aunque los equipos de Protección Civil y Cruz Roja siguen en "prealerta".

"Nosotros recibimos directrices directas de Policía Nacional y ellos tienen sus líneas de investigación abiertas y ninguna de ellas necesitaba que a día de hoy realizáramos búsquedas en ninguna zona de la ciudad", declaró este martes un portavoz de Protección Civil, que ha asegurado desconocer cuáles son estas líneas de investigación que maneja la Policía. 

Tras registrar su habitación en la residencia y revisar las imágenes de las videocámaras ubicadas por las zonas por las que pudiera haber transitado esa noche, los investigadores policiales están tratando de rastrear la actividad de su teléfono móvil.

"Un niño modélico"

La ciudad se ha plagado de carteles con la foto del joven, estudiante de matemáticas en la Universidad de Extremadura, y un escueto mensaje: "Urgente, desaparecido, visto por última vez en la calle Zurbarán".

Según la información que trascendió desde el pasado viernes, Sierra mide 1,75 metros de altura, tiene complexión atlética, el pelo moreno con el flequillo rizado y ojos marrones. Vestía camisa azul, pantalón vaquero, chaqueta azul y zapatillas blancas el día de su desaparición.

¿Qué pasó con Pablo Sierra? Una de las hipótesis que se manejan, ninguna de ellas con confirmación policial, es que cogió un autobús para regresar a la residencia, a donde llega la línea nocturna 9, que no pasa cerca del lugar donde se encontró el teléfono.

Otra posibilidad que también se ha publicado en los medios locales y que podría estar investigando la Policía es que Sierra hubiese sido visto más tarde en el centro de la ciudad.

A juzgar por el cambio de objetivo de las batidas de búsquedas, la investigación parecería estar alejándose de la zona en la que apareció el teléfono y centrándose en otras zonas de la ciudad.

La familia del joven, por su parte, ha descartado este miércoles, por medio de la tía de Sierra, que la desaparición haya sido voluntaria. En declaraciones a El Programa de Ana Rosa de la cadena de televisión Telecinco, Susana Moreno, tía del desaparecido, ha asegurado que es "un niño buenísimo, un buen estudiante, trabajador, simpático... Es un niño modélico".