La crisis de suministros podría costarle a la economía española hasta 14.000 millones de euros

Cadena de montaje en una empresa de fabricación de automóviles en Galicia.
Cadena de montaje en una empresa de fabricación de automóviles en Galicia.
M. V. RODRÍGUEZ / EP
Cadena de montaje en una empresa de fabricación de automóviles en Galicia.

Las interrupciones en las cadenas de suministros globales podrían hacer esfumarse hasta 14.000 millones de euros de la economía española. Según un estudio publicado este jueves por el Banco de España, la crisis de suministros frenará el crecimiento previsto del PIB español entre dos y tres décimas en lo que resta de año y entre cinco y nueve en 2022. En el peor de los escenarios, el freno a la economía alcanzaría los 1,2 puntos porcentuales en el conjunto de los dos años.

Si se toman como referencia las proyecciones más recientes para la economía nacional publicadas el miércoles por la OCDE (un rebote del 4,5% en 2021 y del 5,5% en 2022) y se aplicara a ellas el peor escenario de la crisis de suministros estimado por el Banco de España, el monto de la pérdida ascendería a 3.365,8 millones de euros en 2021 y otros 10.521,6 el año próximo.  

El regulador bancario estima que la mayor parte del daño causado sobre la producción nacional lo sufriría la industria automovilística, un sector productivo al que distintas fuentes otorgan un peso en la economía española de entre el 2,5 y el 10%. En concreto, en un escenario central calculan que el impacto negativo sobre este sector detraería dos décimas de crecimiento durante este año y otras cinco en 2022.

Los pronósticos del Banco de España se enmarcan en un escenario en el que los cuellos de botella en la cadena de producción se mantendrían al menos hasta mediados de 2022, una hipótesis a la que dan credibilidad casi el 60% de las empresas industriales encuestadas por la institución.

Como se desprende del informe, la crisis de suministros ha tenido un efecto muy desigual entre las diferentes ramas de la actividad productiva. Los principales perjudicados están siendo las empresas industriales cuya producción de bienes finales -es decir, aquellos que una vez se producen no van destinados a otra industria- es más reducida. El Banco de España cita como ejemplo el sector de fabricación de vehículos a motor o de material y equipo electrónico, en el que el 80% de empresas manifiestan haber sufrido problemas de aprovisionamiento, a diferencia de sectores como el de la alimentación o la confección donde solo han denunciado esta situación el 30% de las compañías.

Para los analistas de la institución, el gran repunte de la demanda que siguió al levantamiento de las restricciones más duras desde finales del año pasado es el principal responsable del aumento de precios en la industria. Con la recuperación de cierta normalidad no solo se disparó la demanda, sino que los patrones de consumo se volcaron "a nuevas necesidades surgidas para todos los agentes económicos a raíz de la pandemia" como es el caso de los bienes tecnológicos, dependientes de los microchips. Ahora, estas materias primas y otras como el caucho, el papel y los plásticos escasean, lo que ha disparado sus precios.

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