El hospital Zendal, año I: más de 8.400 pacientes, casi dos millones de vacunas y una polémica que no cesa

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este miércoles durante la visita al hospital Zendal.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este miércoles durante la visita al hospital Zendal.
Alberto Ortega / EP
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este miércoles durante la visita al hospital Zendal.

El hospital Enfermera Isabel Zendal cumple su primer año en funcionamiento. El complejo sanitario, que únicamente atiende a pacientes con coronavirus, ha atendido desde el 13 de diciembre de 2020 a más de 8.400 personas y ha administrado alrededor de 1,8 millones de dosis contra la Covid-19

Se construyó en un tiempo récord -las obras se iniciaron en julio de 2020- aprovechando la experiencia de lo que fue el hospital de Ifema, que funcionó en la primera ola de la pandemia, y prácticamente desde que echó andar ha estado rodeado de polémica. Su concepción, en pabellones sin habitaciones, y el lugar elegido para levantarlo, el barrio de Valdebebas, centraron las críticas, aunque los mayores reproches llegaron por su coste: se anunció una inversión de algo más de 50 millones de euros que se acabaron más que duplicando.

"Zendal significa volver a nacer. Hoy es un gran día", ha aseverado este miércoles Isabel Díaz Ayuso durante una visita al centro con motivo de su primer aniversario. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha asegurado que la construcción de este hospital, junto al Instituto de Medicina Legal y muy cerca de lo que será la futura Ciudad de la Justicia de la capital, supuso "todo un desafío" de arquitectura e ingeniería sanitaria. 

La presidenta madrileña ha destacado el papel que ha desempeñado el Zendal, y los sanitarios que trabajan en él, en la lucha contra la pandemia. El hospital se concibió para apoyar al resto de hospitales de la red pública en el tratamiento de pacientes Covid-19. Según la Díaz Ayuso, su puesta en funcionamiento evitó el colapso del resto de centros. 

Hoy en día, en el hospital permanecen ingresadas alrededor de un centenar de pacientes, pero ha llegado a tener alrededor de 700 personas ingresadas al mismo tiempo. En la ola de contagios que se registró tras la Navidad de 2020, se tuvo que habilitar a contrarreloj un pabellón extra, pero finalmente no se tuvo que utilizar.

La mayoría de los pacientes que han pasado por el Zendal han estado en sus pabellones de hospitalización, con cuadros leves de la enfermedad. Pero otros muchos han pasado por alguna de las camas de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) o de Cuidados Intensivos (UCI).

Las UCRI del Zendal han servido para evitar muchas derivaciones a UCI. A medio camino entre el ingreso convencional y la unidad de cuidados intensivos, el objetivo de estas camas es monitorizar al paciente y atender sus necesidades al milímetro para evitar por todos los medios que acabe intubado y con respiración mecánica. Por estas unidades han pasado en los últimos 365 días un total de 1.486 pacientes. De hecho, esta semana hay 25 ingresos. En cuanto a las UCI, el balance global de estos meses asciende a 383 ingresos.

De los tres pabellones que tiene activos el hospital, dos dedicados son de hospitalización y el tercero se dedica en exclusiva a la vacunación. El Zendal se sumó a la campaña de inmunización en febrero y desde entonces no ha dejado de vacunar. En verano, incluso, administró dosis las 24 horas del día, un sistema que también se activa ahora para la vacunación de refuerzo al grupo 60-69 años.

Las polémicas

Las críticas han acompañado al hospital Isabel Zendal casi desde el momento de su concepción: una parte de los madrileños y de la oposición lo consideraban un gasto "innecesario" y abogaban por el refuerzo de la infraestructura existente y no de nuevas instalaciones. El día de su inauguración, en torno a un centenar de personas se manifestaron a sus puertas para protestar por su puesta en marcha.

La decisión de trasladar forzosamente a sanitarios desde otros centros no hizo si no aumentar el descontento de algunos sectores de la sociedad madrileña, como los sindicatos y los partidos de izquierda con representación en la Asamblea, que en ocasiones se han referido al centro como "almacén" o "plató de televisión" de la presidenta.

A mediados del pasado enero, la propia Isabel Díaz Ayuso aseguró que el centro estaba sufriendo campañas "de desprestigio politizadas" que preocupaban a los profesionales del hospital, a los pacientes y a sus familiares. Unas semanas más tarde, se denunciaron ante la Policía Nacional supuestos sabotajes de las instalaciones sanitarias, como robo de medicamentos o cortes del agua caliente, que la presidenta llegó a atribuir a la oposición, aunque nunca se demostró nada al respecto.

El Zendal, ha asegurado la presidenta regional, "es un orgullo para todos los madrileños y, especialmente, para su sanidad pública".

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