Europa se prepara ante el avance de la variante ómicron a las puertas de Navidad

Varias personas esperan en la zona de llegadas de la Terminal T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Varias personas esperan en la zona de llegadas de la Terminal T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
EUROPA PRESS
Varias personas esperan en la zona de llegadas de la Terminal T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

La situación de la pandemia del coronavirus en Europa se encuentra en una encrucijada: mientras los contagios no dejan de crecer con la Navidad a la vuelta de la esquina, la llegada de la variante ómicron al continente supone un factor más de preocupación que ha forzado a muchos países a recuperar medidas que ya habían quedado atrás, como la implantación de restricciones en la actividad social o el blindaje de fronteras.

Países Bajos está ya en confinamiento nocturno para las actividades no esenciales, mientras que el Reino Unido reintroducirá el martes mascarillas en tiendas y transporte e Israel se ha convertido en el primer país del mundo en volver a prohibir la entrada al país de los extranjeros.

Propagación de la ómicron en Europa

Mientras tanto, los contagios por la variante ómicron no dejan de aparecer en Europa. Bélgica fue el primer país en confirmar un caso en una viajera que no había estado en Sudáfrica, donde fue detectada. 

A esta paciente siguieron otros casos detectados en Reino Unido, Alemania, Italia, Países Bajos y Dinamarca. Francia da por hecho que "ya haya casos" en ese país, y Portugal se encuentra investigando a varias personas contagiadas.

Nuevas restricciones

En el Reino Unido, las mascarillas volverán a ser obligatorias en comercios y el transporte público a partir de este martes, ha indicado este domingo el ministro de Sanidad, Sajid Javid, lo que supone una importante "marcha atrás" con respecto a la eliminación de las restricciones del pasado mes de julio.

Ese mismo día se pedirá a los viajeros vacunados que se hagan un test PCR, y no de antígenos, a su regreso al Reino Unido.

En los Países Bajos, desde las 5.00 h de la madrugada de este domingo los neerlandeses vuelven a la distancia interpersonal y el uso obligatorio de mascarillas en la hostelería, los cines y teatros, además de otros espacios cerrados de acceso al público.

Los comercios, la hostelería y otros lugares considerados actividades no esenciales como los gimnasios, las piscinas o los museos deberán cerrar máximo a las 17.00 h. Se salvan de esta restricción los supermercados, farmacias y gasolineras, que podrán cerrar a las 20.00 h.

Asimismo, en la Unión Europea, los 27 acordaron el pasado viernes suspender los vuelos a siete países del sur de África —Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia y Suazilandia— y que los residentes europeos que provengan de ellos, y que sí tienen derecho a entrar en la UE, se sometan a test y un periodo de cuarentena.

¿Cuál es la situación en España?

Aunque la incidencia en España no alcanza la gravedad de otros como Austria, Alemania, Bélgica o Países Bajos, las cifras van en escalada. Según el último balance del Ministerio de Sanidad, facilitado el pasado viernes, la incidencia ha subido hasta los 171 casos. Ese día se registraron además casi 10.000 nuevos contagios, un número que no se alcanzaba desde finales de agosto.

La preocupación va en aumento en las comunidades autónomas, que piden "máxima prudencia" y miran de reojo los próximos festivos de diciembre, donde se espera una mayor movilidad de la población y un incremento de las reuniones de amigos y familiares.

Una "variante de riesgo"

Fue el viernes cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) bautizó a esta variante con el nombre de la letra griega ómicron y determinó que se trata de una "variante de riesgo", posiblemente más contagiosa.

Expertos estadounidenses como el prestigioso epidemiólogo Eric Feigl-Ding ya ha advertido de que es "potencialmente un 500% más infecciosa" que la cepa original del virus y que "es increíblemente difícil" de detectar.

Además, sus síntomas son pocos convencionales, describe la doctora sudafricana Angelique Coetzee, la primera en alertar de la existencia de esta nueva variante.

No obstante, Coetzee ha pedido que no cunda el "pánico innecesario" ante esta nueva modalidad, ya que, por ahora, "los síntomas son suaves".

La drástica reacción y el aislamiento internacional del sur de África no ha sido bien recibidos allí, que han tildado de "injustificada" y "contraproducente" la medida. "Esta última ronda de prohibiciones de viaje es como castigar a Sudáfrica por su avanzada secuenciación genómica y por su capacidad para detectar variantes más rápido. Una ciencia excelente debería ser aplaudida, no castigada", criticó el sábado el Ministerio de Exteriores sudafricano.

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