La temporalidad y los nuevos ERTE, en el punto de mira de las negociaciones de la reforma laboral

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
EFE / Javier Lizón
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Tras más de ocho meses de negociaciones y con la fecha límite para alcanzar un acuerdo de fin de año cada vez más cerca, los contratos temporales y el nuevo modelo de ERTE centran el debate de la reforma del mercado laboral entre el Gobierno y los agentes sociales. El deseo del Ejecutivo de lograr un compromiso a tres bandas constituye un auténtico reto, después de que la patronal se haya descolgado recientemente de otros pactos, como la subida de las cotizaciones y del salario mínimo interprofesional.

Los empresarios ya avisaron de su disgusto ante algunas de las medidas sobre temporalidad y ERTEs incluidas en las propuestas anteriores de Moncloa, que ha llevado al Gobierno a modificar algunos aspectos con el objetivo de firmar un acuerdo tripartito. Aunque difícil, tanto el Ejecutivo como los sindicatos consideran que "no es imposible" un pacto que contente a todas las partes antes del 31 de diciembre, fecha fijada como parte del compromiso con Bruselas para la recepción de los fondos europeos.

En este contexto y con la vista puesta en el acuerdo definitivo, Gobierno, sindicatos y patronal se reúnen este viernes después del encuentro del pasado miércoles, en el que el Ejecutivo presentó a los agentes sociales un documento resumen con las medidas propuestas hasta ahora y algunas modificaciones y aclaraciones respecto a redacciones anteriores.

Cambios en los contratos temporales

En un país fuertemente castigado por la temporalidad, este tipo de contratos centrarán parte de las negociaciones en la mesa de diálogo. En su último planteamiento, Moncloa sugería acotar las situaciones en las que se pueden aplicar este tipo de contratos, reducir su duración y limitar el porcentaje de la plantilla que puede verse afectado por ellos.

Según este texto, los contratos temporales solo podrán emplearse para sustituciones o por circunstancias sobrevenidas de la producción, y será necesario especificar "con precisión (...) la causa habilitante, (...) las circunstancias concretas que la justifican y su conexión con la duración prevista". 

Además, la duración máxima de los contratos para actividades ocasionales será hasta la reincorporación del trabajador reemplazado en caso de sustitución y de tres meses, frente a los doce actuales, en el resto de supuestos. El documento también añade que quien se encuentre en esta situación durante más de cinco meses en un año pasará a ser considerado indefinido.

Asimismo, después de que los empresarios mostraran su descontento con la propuesta anterior del Gobierno de cubrir solo un 15% de los puestos estructurales con estos contratos, el Ejecutivo eliminó esta cifra y la condicionó al tamaño de la empresa. Además, excluyó al sector agrícola de las condiciones generales, a causa de sus particularidades.

Para las campañas cíclicas, como rebajas o Navidad en el caso del comercio, Moncloa quiere que se recurra al contrato fijo discontinuo, dado que esos puestos de trabajo se repiten periódicamente.

Funcionamiento de los nuevos ERTE

Después de que los expedientes de regulación temporal de empleo se convirtiesen en un mecanismo fundamental en los primeros compases de la pandemia, su nuevo diseño es otro de los grandes temas en la mesa de diálogo. El Gobierno presentó hace unos días a los agentes sociales un texto que no convenció ni a los sindicatos ni a la patronal, por considerarlo "intervencionista", "poco flexible" y "farragosa".

Bajo el nombre de 'Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo' y de acuerdo con el último documento facilitado por Moncloa a los agentes sociales, los nuevos ERTE permitirían a las empresas reducir durante un tiempo la jornada o suspender los contratos de sus trabajadores, con beneficios en cotizaciones y prestaciones, siempre que concurran determinadas circunstancias.

En base a esa propuesta, este mecanismo se podría activar en dos casos: por motivos estructurales o por causas cíclicas. Los primeros se refieren a las ocasiones en que, en un determinado sector, se produzcan cambios organizativos, técnicos o productivos de base o se introduzcan métodos de trabajo y de producción novedosos que generen pérdidas de competitividad. Las segundas apuntan a razones económicas derivadas de una situación coyuntural de alcance general que aconseje la activación de mecanismos adicionales de estabilización.

Tras expresar su rechazo a esta redacción, los empresarios, CC OO y UGT esperan que el Ejecutivo les presente este viernes un nuevo documento del Mecanismo RED con cambios y aclaraciones respecto al anterior.

Fricciones con la CEOE

La pretensión de Moncloa de conseguir un pacto a tres bandas, en el que también confían los sindicatos, se enfrenta a las reservas de los empresarios, que han suscrito una docena de acuerdos con el Gobierno, pero se han caído de otros, como la subida del salario mínimo interprofesional para este año o la de las cotizaciones a partir de 2023

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, rechazó este jueves en Oviedo los límites a la contratación temporal que propone el Ejecutivo y aseguró que el problema de la temporalidad "no se soluciona con un porcentaje". En este sentido, afirmó ignorar "qué pretende" al "castigar" a las compañías cada vez que firman un contrato de este tipo. 

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