3 de cada 4 desempleadas víctimas de la violencia de género ocultan su situación en las entrevistas de trabajo

  • Temen que descubrirlo reduzca sus oportunidades debido a los prejuicios.
  • El 59% de ellas se plantean trabajar de forma irregular para cubrir gastos básicos.
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Una mujer siendo atendida en una oficina de empleo.
EUROPA PRESS - Archivo
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Buscar empleo es duro. Exige paciencia, obstinación y templanza. Es difícil para cualquiera, pero ¿cómo es buscar trabajo cuando se es víctima de la violencia de género? ¿Cómo es la búsqueda de un empleo cuando es tan complicado tener paciencia, obstinación y templanza?

En los últimos años se ha evidenciado un aumento en el nivel de concienciación y compromiso con respecto a la violencia de género. Sin embargo, como señala la Fundación Adecco, aún se mantienen estereotipos sobre víctimas y agresores que dificultan la erradicación del problema y se trasladan al ámbito laboral, convirtiéndose en barreras de acceso al empleo.

Los prejuicios asocian a las mujeres víctimas con personalidades inseguras, conflictivas o absentistas

Y así ocurre que, por la existencia de estos estereotipos, tres de cada cuatro desempleadas víctimas de la violencia de género oculta su situación en las entrevistas de trabajo. Ese 74% prefiere no revelar su situación en las entrevistas de trabajo, ante el temor a ser descartada debido a prejuicios que asocian a las mujeres víctimas con “personalidades inseguras”, “conflictivas” o “absentistas”. El 26% restante sí lo comunica, al considerarlo necesario para su seguridad.

Son datos del último informe Violencia de género y empleo, que publica por novena edición la Fundación Adecco con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer del próximo 25 de noviembre. El análisis basa sus conclusiones en una encuesta a 350 desempleadas víctimas de la violencia de género, complementada con algunas cifras de otras fuentes e informes de referencia.

El trabajo, un aliado para la recuperación de las víctimas

La violencia de género expone a situaciones extremas de aislamiento, exclusión social o privación material y/o pobreza, por lo que el empleo se alza como uno de los grandes activos para que las víctimas puedan normalizar y recuperar el control de sus vidas. No en vano, el trabajo reduce las situaciones de dependencia, conduce a la realización personal y permite descubrir nuevas personas, motivaciones y vías de comunicación. La gran mayoría de las encuestadas suscribe esta idea: el 98% cree que el empleo le ayudaría a recuperar las riendas de su vida.

Sin embargo, las mujeres víctimas de la violencia de género acostumbran a toparse con dificultades adicionales en su acceso al empleo, que se han visto intensificadas a raíz de la Covid-19. En efecto, la pandemia ha acelerado de forma decisiva el proceso de digitalización y provocando un flujo de actividad económica de los sectores más tradicionales a otros emergentes como la logística o el sociosanitario.

El 98% de las mujeres víctimas de la violencia machista creen que conseguir un empleo les ayudaría a recuperar las riendas de su vida

En este escenario de profundo cambio y con la tecnología mediándolo todo, las desempleadas víctimas de la violencia de género están encontrando dificultades para conectar con el nuevo mercado laboral.

De este modo, el 80,8% de las encuestadas cree que la búsqueda de trabajo es ahora más complicada que en tiempos prepandemia: el 88% cree que actualmente se publican menos ofertas de empleo, el 75% considera que ahora los requisitos de acceso son más exigentes y un 48% encuentra barreras de índole tecnológico, manifestando dificultades para conectarse a entrevistas de trabajo online o presentando dificultades, por ejemplo, para trabajar en remoto.

La pandemia ha intensificado la pobreza y la precariedad en España. Dicha situación provoca que casi 6 de cada 10 desempleadas víctimas de la violencia de género (59%) se planteé la opción de trabajar de forma irregular, sin estar dada de alta en la Seguridad Social, debido a la urgencia de ingresos económicos.

La novena edición del estudio Violencia de género y empleo de la Fundación Adecco se publica con la colaboración de RNB, Talgo, Aqualia, Mahou San Miguel, Cesce, Grupo Red Eléctrica, UCALSA, Frit Ravich, Grupo ASV, Banco Mediolanum, Agrimarba 2, Tier1, Emasagra, la firma de servicios profesionales EY y la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana.

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