Huella de carbono digital: ver un capítulo de una serie contamina tanto como preparar cuatro bolsas de palomitas

En un encierro prolongado es fundamental el entretenimiento y plataformas como HBO, Disney o Netflix, así como otras opciones nacionales pueden ayudar a desconectar.
Plataformas streaming.
Pixabay/mohamed_hassan
En un encierro prolongado es fundamental el entretenimiento y plataformas como HBO, Disney o Netflix, así como otras opciones nacionales pueden ayudar a desconectar.

Es ampliamente conocido el impacto medioambiental que tiene trasladarse en avión, en coche o hacer uso de unas energías concretas por encima de otras. Pero hay una huella 'silenciosa' en nuestro día a día, mucho más invisible, aunque no por ello menos agresiva. Acciones como ver una serie, hacer una videollamada o buscar alguna información en Google también generan emisiones de CO2 y, por tanto, también contaminan.

Una hora de Netflix, por ejemplo, supone una emisión de 55 gramos de CO2 -tal y como reconoció la propia empresa de 'streaming'- o, lo que es lo mismo, es equivalente a hacer cuatro bolsas de palomitas en un microondas. Concretamente, se calcula que la huella de carbono digital supone entre un 1,8% y un 2,8%  de las totales, por lo que muchas empresas tecnológicas -como Google o Netflix- ya se están comprometiendo en reducir este daño al planeta.

Gran parte de lo que genera esa contaminación se debe a la construcción y mantenimiento de los centros de datos que procesan los movimientos digitales. Se estima, de hecho, que el consumo de electricidad global de esos centros de datos -205 TWh, aproximadamente- es equivalente a lo que consume un país de un tamaño medio como España. Una cifra que, tal y como viene demostrando la tendencia de los últimos años (la actividad se ha quintuplicado entre 2010 y 2018), seguirá creciendo con el auge de la digitalización.

"No hay que buscar un único culpable; el volumen de datos que se maneja en la sociedad actual es inmenso", admiten los investigadores del centro Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Xavier Vilajosana y Borja Martínez. "Primero fue el comercio digital y, ahora, el boom de las plataformas de streaming", añaden en un artículo publicado recientemente. 

No activar la cámara: una acción que reduce el impacto en un 61%

Con todo, la huella es mayor o menor en función de una serie de factores, como puede ser el dispositivo usado, la conexión a Internet, la resolución de la imagen y, en definitiva, del tipo de acción realizada. Según señalan los investigadores, una videollamada de 'Zoom', por ejemplo, comprime al máximo la información para optimizar la fluidez de las conversaciones, mientras que una película en HBO multiplica el volumen de datos para que la disfrutemos en alta definición. "En la práctica, ver el contenido en 'streaming' o descargarlo no tiene mucha importancia, lo que importa es el tipo de contenido", argumentan.

Además, dentro de cada aplicación hay acciones que influyen positivamente o negativamente en la huella digital generada. No activar la cámara en una videollamada, apuntan, reduce el impacto en un 61%, o escuchar música sin reproducir los vídeos (se necesitan más datos para cargar la imagen), son dos decisiones que pueden contribuir a una menor contaminación.

Otra variable que influye considerablemente es el número de horas que esté encendido un dispositivo. Los investigadores de la UOC ponen como ejemplo el del teléfono móvil y la televisión: el primero consume menos que el segundo, pero el teléfono puede estar encendido las 24 horas del día y el televisor -habitualmente- no. 

Por ello, tanto Vilajosona y Martínez aseguran que la sociedad debería interiorizar como "práctica habitual" apagar los dispositivos cuando no se estén usando, "como nos enseñaron nuestros padres con las luces de casa". 

"Racionalizar" el consumo

Con todo, otro estudio de la universidad pendiente de publicarse ha mostrado que la predisposición de la mayoría de personas es contribuir a reducir la huella de carbono individual. "Un 40% de los usuarios han mostrado interés en la información que se les mostró sobre el consumo energético asociado a la navegación en la plataforma, pero no hemos conseguido que ese interés se materialice en acciones concretas", concluyen los investigadores tras analizar los datos del informe en el que participaron 100.000 usuarios. 

Una posible solución a esta tendencia, según sugieren los expertos, podría ser que fueran las propias plataformas las que se desconecten cuando detecten que no están siendo usadas. "Es como si la infraestructura de distribución de agua fuera capaz de detectar que no necesitas tener el grifo abierto y lo cerrara por ti", añaden.

Otra recomendación que proponen para disminuir "nuestra contaminación invisible" es "racionalizar" el consumo de contenidos en línea; algo que asumen que es más complicado teniendo en cuenta el creciente consumo de plataformas digitales para ver series o contenido 'streaming' desde la pandemia. Un incremento que, según un estudio reciente, fue del 26% durante 2020. 

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