A quienes beben a menudo de la política local no les habrá sorprendido ver a Mar Espinar tomando el mando del partido socialista en Cibeles. Ahora solo es oficial. Y es que, además de ocupar la portavocía segunda, desde hace ya unos meses la concejala ejercía más de líder que su antecesor.

Junto a Enma López -cuyo nombre también sonaba entre las candidatas al puesto- y Mercedes González– su alter ego y ahora delegada del Gobierno en Madrid- forman el trío de socialistas con nombre propio en la capital.

Mujer de carácter, combativa en sus intervenciones y leal en sus relaciones profesionales. Así es como le describen tanto sus compañeros de filas como sus adversarios políticos. "Siempre hemos tenido una buena relación con Mar porque es una persona de palabra. Y aunque en los plenos se la vea rotunda, en el trato personal destaca por la lealtad, la amabilidad y por querer trabajar por mejorar su ciudad", ha apuntado esta mañana la vicealcaldesa Begoña Villacís.

Fuentes internas del PSOE también destacan sus famosas trifulcas. Tiene- dicen- un discurso impetuoso, "sin pelos en la lengua". Casi siempre, hasta ahora, cuando tiene que defender bien la cultura, el turismo o el deporte, dado que es el área que ejerce en su partido. Como aquella campaña que lideró para que las actividades de Medialab Prado continuaran desarrollándose en la Serrería Belga en lugar de trasladarse a Matadero.

El interés de Espinar por la política se remonta a las conversaciones que mantenía con sus padres cuando era niña. Así se afilió al partido socialista en 1999, pero no fue hasta 2015 cuando arrancó su trayectoria en Cibeles. Entonces entró como concejala por las listas de Antonio Miguel Carmona.

Durante estos seis años de trayecto profesional ha tomado de ejemplo a Elías Díaz. "Es quien me tomó en serio cuando le dije que quería cambiar el mundo", cuenta. Durante la anterior legislatura hizo gran oposición a la entonces alcaldesa Manuela Carmena. Ahora continúa su labor, esta vez con la mirada puesta en el primer edil, a quien le ha dirigido sus primeras palabras como portavoz. "Señor Almeida, empieza la segunda parte de este partido; estoy segura de que se muere de ganas de hablar de Madrid, de la gestión municipal, aunque lo cierto es que lo esta usted disimulando estupendamente".

El alcalde, a quien tendrá que hacerle oposición, le desea la mejor de las suertes. "Capacidad de trabajo tiene más que acreditada, pero como portavoz le deseo suerte porque la va a necesitar", ha puntualizado su principal adversario político.

Aquellos que se crucen con la concejala por las calles madrileñas le podrán ver escuchando cualquier canción buena de Enrique Bunbury o de Loquillo. Y si le paran para preguntarle por un buen libro, le aconsejará El retrato de Dorian Gray. Ella, a diferencia del personaje de Oscar Wilde, no parece tener nada que ocultar (Granada, 1982).