El director de la DGT "sueña" con retirar "algún día" los semáforos en las ciudades

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto al director de la DGT, Pere Navarro, en la presentación de la implantación del límite de 30 kilómetros por hora.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto al director de la DGT, Pere Navarro, en la presentación de la implantación del límite de 30 kilómetros por hora.
EFE
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto al director de la DGT, Pere Navarro, en la presentación de la implantación del límite de 30 kilómetros por hora.

Ciudades sin señales de tráfico. Es el objetivo con el que "sueña" Pere Navarro, el actual director de la Dirección General de Tráfico, que este lunes ha defendido en el Congreso de los Diputados la implantación de la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora en las vías urbanas de un solo sentido. La medida, que afecta al 70% de las calles españolas (en el caso de Madrid, por ejemplo, el porcentaje aumenta hasta el 90%), no es una idea "aislada", sino que, según ha declarado, tiene detrás un "modelo" y un objetivo: el de pacificar el tráfico urbano.

"Soñamos con el día en el que podamos empezar a retirar algunas señales y, si todo fuera bien, incluso algún semáforo", ha señalado Navarro en una jornada sobre el nuevo modelo de ciudad tras la implantación de este límite, que entró en vigor el martes pasado. El director de la DGT ha explicado que al estar esta limitación expuesta en el Boletín Oficial del Estado (BOE), no hará falta que las ciudades implementen señales para que los conductores respeten la medida.

Por ello, apuesta por un "modelo" que "calme el tráfico" y que persiga, a largo plazo, la reducción de obstáculos en la vía pública después de "50 años en los que los conflictos en la vía pública se han solucionado con señales". "No hace falta ir colocando un palo con una señal por cada esquina", ha resumido.

En su intervención, ha afeado las críticas contra la medida, que protagoniza la Semana de la Movilidad, y ha leído algunas de ellas, desde usuarios que dicen que "los coches se calarán", hasta los que "bromean" con que los patinetes adelantarán a los coches o los que plantean una velocidad variable en las calles según la hora. "Cuando los medios de comunicación informan, que lo entiendo, hay que buscar a alguien que esté en contra porque si no sería aburrido, pero con una medida como esta, tan contrastada, cuesta encontrar a alguien que esté en contra", ha añadido.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha incidido en que que la limitación de 30 kilómetros por hora afecta al 70% de las calles de España y ha señalado que "no es un ocurrencia" del Gobierno. Además, el responsable de Interior ha puesto como ejemplo la apuesta decidida por el "calmado del tráfico" de ciudades como Bilbao, Málaga y Valladolid. "Son tres claros ejemplos de compromiso municipal con la sostenibilidad y la seguridad vial y de apuesta decidida por medidas que posibilitan que sus ciudades que sean indefectiblemente mucho más humanas".

Grande-Marlaska ha recordado que el riesgo de que un peatón fallezca tras ser arrollado por un vehículo es hasta cinco veces menor si este circula a la nueva velocidad límite, lo que, a su juicio, es una "razón suficiente para apoyar la medida". El titular de Interior ha abogado por calles que recuperen el papel de foro público, de interacción social, "que nos permita a los ciudadanos relacionarnos, interactuar y crecer como ciudad moderna comprometida con el prójimo y con su entorno vital. Calles para ejercer la ciudadanía en libertad como procede en el siglo XXI".

Un problema con el reparto de mercancías

Por su parte, el presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad Sostenible y Seguridad Vial de la FEMP, Alfonso Gil, ha advertido del problema que se avecina con el reparto urbano de mercancías, que está aumentando de una manera exponencial y que corre el riesgo de que acabe colapsando las ciudades.

"Tenemos que trabajar entre todos para que nadie renuncie a tener la botella de leche debajo de casa y a la vez haya menos reparto. Si no lo hacemos eficiente y eficaz en tasas de humos, de ruidos y de víctimas será insufrible e inasumible", ha recalcado. Gil, también vicealcalde de Bilbao, primera "ciudad 30" del mundo de más de 300.000 habitantes, ha destacado la importancia de que los ayuntamientos se tomen en serio el tema de la movilidad porque "las ciudades, o son de todos o no serán". Gil ha pedido responsabilidad colectiva para cumplir una medida que, según ha dicho, "no es para poner multas". De hecho, en Bilbao han bajado las sanciones "porque la gente cumple".

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