Los especímenes intervenidos rondan los 70 kilos de peso, pero en algunos de ellos pueden llegar a los 700 y medir hasta tres metros de largo. Estas cifras, unidas a que en el mercado negro se paga una media de 10 euros por kilo, hace de esta una actividad tan lucrativa como ilegal, según ha informado el instituto armado en un comunicado.

Los presuntos autores han sido denunciados por una infracción grave a la Ley 3/2001 de 26 de marzo de Pesca Marítima del Estado, con sanciones que pueden llegar a los 60.000 euros.

La pesca de este pescado se encuentra actualmente vedada y solo se está permitida en las épocas concretas del año marcadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a embarcaciones recreativas autorizadas, a las que se les adjudica un cupo para su pesca.

Sobre el 'modus operandi', una vez ya con el pez en la embarcación, los autores proceden generalmente a una rápida evisceración y troceado a fin de una mejor ocultación ante una posible inspección.

De igual forma, tras la captura se procede rápidamente a realizar la venta a algún local hostelero que adquiere el género a un precio muy inferior al del mercado legal -50 euros el kilo aproximadamente-, con el perjuicio de desconocer su procedencia así como la carencia de ningún tipo de control sanitario.

El pescado intervenido ha sido donado a una entidad benéfica para su consumo una vez se han realizado todos los controles de calidad pertinentes.