La trama se destapó cuando una menor denunció los hechos. Todo comenzó cuando la víctima, en edad adolescente, manifestó a una amistad que quería ganar dinero para independizarse económicamente de sus padres. Dicha persona le dijo que podría trabajar en la tienda de ropa de unos amigos y le puso en contacto con su jefe, con quien concertó una cita, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado.
Al día siguiente, una pareja recogió en coche a la menor y la llevó hasta unos apartamentos, donde se encontraba la persona que la puso en contacto y la pareja de esta. Ambos vestían únicamente ropa interior.
Tras entrevistarse con ella, le confesaron que no existía ninguna tienda de ropa y que allí se ejercía la prostitución. Así, le aseguraron que, si accedía, ganaría "mucho dinero". La menor, que había sido engañada, se negó a ello pese a las insistencias de los allí presentes.
Finalmente, le ofrecieron grandes cantidades de dinero si captaba a amigas suyas para prostituirse y vender tarjetas de visita con imágenes de mujeres desnudas en posturas explícitamente sexuales necesarias para poder acceder a los servicios de prostitución, a lo que sí accedió.
La menor había sido captada por una red clandestina que se dedicaba a captar a personas mayores y menores de edad para prostituirse. En algunos casos se trataba de menores que habían sufrido abusos sexuales con anterioridad. Además, la organización tenía total conocimiento de la minoría de edad y del estado de vulnerabilidad de sus víctimas.
El grupo criminal llevaba un control de los servicios y se encargaba de distribuir el dinero a las víctimas, para tener así un control total sobre la clientela y del dinero obtenido de dicha práctica. Además, se quedaba con el 40% de los beneficios y ofrecía un 10% a la persona captadora. El restante era para las víctimas.
Uno de los cabecillas utilizaba desde su teléfono móvil un grupo de mensajería instantánea, denominado 'lo pequeño se hace grande', y entre los contactos agregados habían menores de edad que trataba de convencerlos para ejercer la prostitución.
Para llevar a la práctica las actividades sexuales, los miembros de la organización alquilaban habitaciones de apartamentos, para lo que utilizaban nombres falsos para ocultar sus verdaderas identidades y dificultar así la labor policial.
La Policía Nacional recuerda que, si bien la prostitución no es ilegal en España, ejercerla y que terceros se beneficien de ello sí lo es, por lo que en ese caso se producía un delito de proxenetismo y se incurría, además, en otros delitos cuando la víctima es menor.
Por todo ello y dado que en todo momento los detenidos tenían conocimiento de que algunas de las víctimas eran menores de edad, los agentes han procedido a su detención por delitos de proxenetismo, corrupción de menores y falsedad documental.
Los detenidos, de nacionalidad rumana y española y de entre 20 y 27 años de edad, uno de ellos con antecedentes por delitos violentos, han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de la localidad de Alcoi, que ha decretado prisión preventiva para todos ellos. La investigación ha sido llevada a cabo por el grupo de Policía Judicial de la Comisaría Local de Alcoi.
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