La vacuna de AstraZeneca previsiblemente se inyectará a la población de entre 60 y 69 años si finalmente la Comisión de Salud Pública decide, este jueves, elevar el límite de edad desde los actuales 65 años a los 69. Se tratará de la segunda decisión en apenas un día para modificar el plan de vacunación con respecto al suero británico, después de que este miércoles el Consejo Interterritorial de Sanidad decidiera inocularla solamente a partir de 60 años y dejar fuera a trabajadores esenciales, maestros más jóvenes y población general de a partir de 45 años, que también había sido elegida inicialmente para recibir la vacuna de la Universidad de Oxford en los próximos meses.

El Gobierno propuso a las comunidades detener la vacunación con AstraZeneca por debajo de los 60 años después de conocer las conclusiones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que determinó que existe un "posible vínculo" entre los extraños casos de trombos cerebrales y abdominales que han aparecido en varios países europeos -también en España, 12 trombosis entre 1,7 millones de personas vacunadas con este suero- y que deben considerarse como efectos adversos "muy raros".

La EMA no pudo determinar que existan factores concretos de riesgo pero, como en España, sí observó que de los 84 casos estudiados en la UE y Reino Unido -de 25 millones de personas vacunadas con AstraZeneca- la mayoría fueron mujeres menores de 60 años. En España, mayoritariamente mujeres menores de 55 años, según apuntó la directora de la Agencia Española del Medicamento, María Jesús Lamas, anoche, tras una larga jornada centrada en qué hacer con la vacuna de la Universidad de Oxford.

La decisión que tomó el Ministerio de Sanidad fue plantear a las comunidades detener la vacunación a las personas de menos de 60 años, de manera que los pinchazos se limitaran desde esa edad a los 65 años, el tope que de momento se había establecido en España para inocular AstraZeneca.

Este jueves se espera otro paso más, para seguir elevando la edad a la que se puede administrar esta vacuna y llegar a los 69 años. Este miércoles, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmó que había "bastante acuerdo" sobre esta cuestión.

De 66 a 69 años, fuera del limbo

Si se confirma la decisión, la ampliación de la edad para vacunar con AstraZeneca sacará del limbo a las personas de entre 66 y 69 años, que hasta ahora no entraban en el calendario para inmunizarse con ninguna de la vacunas que se administran en estos momentos. No se les ha asignado Pfizer y Moderna -con la técnica de ARN mensajero, y destinadas a los más vulnerables o expuestos-, que ya se han inoculado en mayores que viven en residencias, grandes dependientes, personal sanitario de primera línea y mayores de 80 años, y cuya administración está prevista también para las personas de entre 70 y 79 años.

Hasta ahora, el citado grupo de 66 a 69 años tampoco entraba en el grupo de población general a las que se iba a inocular AstraZeneca, que era de 65 años hacia abajo, ya que se consideraba que por encima de esa edad no había suficiente evidencia científica sobre su efectividad. Y al ser población ya jubilada, tampoco entraban en el colectivo de trabajadores esenciales para ser vacunados.

En el otro extremo, la decisión de dejar de vacunar con AstraZeneca a la población mejor de 60 años deja en el aire a profesionales de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, maestros o bomberos que, independientemente de su edad, estaban llamados a inocularse el suero británico. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid ha empezado este jueves a "descitar" a las alrededor de 600 personas de estos colectivos que tenían cita para vacunarse esta tarde. De manera más inmediata, las comunidades seguirán vacunando con AstraZeneca a la población de entre 60 y 65 años, según empezaron a hacer algunas en Semana Santa y otras programaron para esta semana posterior.

Vacunados con primera dosis

Hasta que este miércoles se decidió empezar a modificar la edad -que se completará este jueves previsiblemente este jueves para llegar hasta los 69 años-, en España ya se había administrado la primera dosis de AstraZeneca a más de 2,1 millones de personas, la mayoría de ellas en edades inferiores a los 60 años y con las que de momento no hay una decisión sobre cómo proceder.

Según dijo Darias este miércoles, las opciones que se barajan son inocularles una dosis de una vacuna diferente -algo a lo que hasta ahora Sanidad se había negado de plano- o dejarlos solo con la dosis que ya tienen puesta y con la que, según los ensayos clínicos, ya se genera una inmunidad del 70%.