El Ejecutivo de Juanma Moreno tiene la vista puesta en el verano, una de las épocas más turísticas para la comunidad que la Junta espera poder "salvar" para impulsar la reactivación económica en Andalucía. Queda por ver cómo evoluciona la pandemia hasta entonces y el nivel de vacunación alcanzado cuando dé comienzo la temporada estival, pero por el momento hay dos aspectos que en San Telmo tienen claros: las playas andaluzas no tendrán vigilantes este año ni habrá mascarillas para tomar el sol.

Lo primero está decidido al ser competencia autonómica, pero no así lo segundo, que por el momento se tendrá que regir por lo establecido por el Gobierno central en su conocida como ley de ‘nueva normalidad’, que impone que la mascarilla será "siempre" obligatoria a partir de los seis años "en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público", salvo contadas excepciones, y tomar el sol no es una de ellas.

"El Gobierno central no puede ser más papista que el Papa", afirmó este martes el portavoz de la Junta, Elías Bendodo, respecto al uso de la mascarilla en la playa cuando se está en la sombrilla. El también consejero de la Presidencia apeló al "sentido común" y pidió al Ministerio de Sanidad que "rectifique" esta decisión, mostrándose convencido de que finalmente recularán, ya que tener que utilizar este elemento de protección cuando se toma el sol es "un absoluto disparate" y "una forma clara de ahuyentar el turismo".

Por ello, la Junta insistió en su oposición a esta medida, y se mostró partidaria de seguir aplicando la norma que ya el año pasado estuvo vigente en la comunidad tras su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. Esta supone tener que utilizar la mascarilla solo para pasear por la orilla o el paseo marítimo, al "entrar en interacción con otras personas", pero no "cuando una persona está tomando el sol en una sombrilla con su familia o con sus amigos, hasta un grupo máximo de seis" personas.

Vigilantes de la playa

En lo que a los vigilantes de la playa se refiere, Bendodo aseguró que este año la Junta no tiene intención de contratarlos. Según explicó el portavoz, el pasado verano coincidió con la primera ola y el Ejecutivo consideró necesario contar con auxiliares que realizaran labores de vigilancia del cumplimiento de las medidas de protección y prevención. Pero este año, afirmó, "ya no son necesarios porque estamos concienciados de la gravedad del coronavirus y sabemos cómo protegernos y cumplir las normas".

Cabe recordar que el Gobierno autonómico destinó en 2020 cerca de 24 millones de euros para la contratación de algo más de 3.000 vigilantes para todo el litoral andaluz (660 para la provincia de Almería; 686 en Cádiz; 280 en Granada; 902 en Málaga; y 476 en Huelva), además de dos coordinadores para cada una de las provincias costeras, todo ello dentro de un plan de empleo que denominó Playas Seguras. El sueldo de estos vigilantes ascendió a unos 1.900 euros mensuales netos, incluyendo todos los conceptos.

Estos vigilantes gestionaron el verano pasado más de 1,1 millones de incidencias durante los tres meses estivales. La mayor parte de sus actuaciones (735.308) estuvieron relacionadas con la información, seguidas de las relativas a juegos y deportes (117.775), animales (51.588) y aglomeraciones (7.459), según un informe de la Junta. Cádiz fue la provincia con más incidencias (40,4%), mientras que en Málaga se registraron un 27,5%, en Almería un 14,3%, en Granada un 9,8% y en Huelva, un 7,8%.