Los dos factores que protegen a los niños de sufrir la COVID de forma grave

Dos enfermeras hacen el test rápido de antígenos a un niño.
Dos enfermeras hacen el test rápido de antígenos a un niño.
ACN
Dos enfermeras hacen el test rápido de antígenos a un niño.

El misterio sobre la especial protección de la que parecen gozar los niños ante las formas más graves de COVID-19 y que se ha analizado desde el inicio de la pandemia parece estar cerca de resolverse. Las diferencias en el sistema inmunológico y la mejor salud de los vasos sanguíneos son algunos de los factores que evitan que los más pequeños presenten grandes complicaciones de la enfermedad, según una nueva revisión científica realizada por expertos del Instituto de Investigación Infantil Murdoch (Estados Unidos), la Universidad de Melbourne (Australia) y la de Friburgo (Alemania).

Si bien varias hipótesis ofrecen posibles explicaciones de por qué los adultos corren un mayor riesgo y los niños están protegidos de las complicaciones y de la muerte por COVID-19, la mayor parte no explica por qué la gravedad aumenta bruscamente después de los 60-70 años de edad

"La mayoría de los niños con COVID-19 no tiene síntomas o son leves, más comúnmente fiebre, tos, dolor de garganta y cambios en el sentido del olfato o del gusto. Incluso los pequeños con los factores de riesgo habituales de infecciones graves, como la inmunosupresión, no corrían un riesgo elevado de padecer la enfermedad grave", explican los autores.

Los investigadores han descubierto que existe una asociación entre la COVID-19 grave y las afecciones en la capa de células endoteliales que recubren órganos como el corazón o los vasos sanguíneos y linfáticos, que aumentan con la edad.

"Sabemos que los daños preexistentes en los vasos sanguíneos juegan un papel importante en la gravedad de COVID-19 y pueden provocar coágulos de sangre y causar accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. El coronavirus puede infectar estas células endoteliales y causar inflamación de estas estructuras", señalan.

Las enfermedades asociadas con la inflamación crónica que se desarrollan con la edad avanzada, incluidas la diabetes y la obesidad, también están relacionadas con la grave COVID-19.

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