El resfriado común puede haber creado inmunidad frente a la Covid-19 en un tercio de la población

Resfriado, Gripe
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Cada vez es más evidente el papel crucial que juegan los glóbulos blancos conocidos como linfocitos T en la inmunidad frente al coronavirus, más aún cuando los anticuerpos, en los que se habían puesto todas las esperanzas hasta ahora, desaparecen o se vuelven indetectables a los pocos meses de haber contraído la enfermedad.

Un nuevo estudio elaborado por científicos del hospital Charité de Berlín y el Instituto Max Planck de Genética Molecular ha concluído que hasta un 35% de los participantes en la investigación tienen presente en su organismo estas células inmunitarias frente a la Covid-19 sin haber llegado a pasar la enfermedad.

La razón estaría en los resfriados comunes estacionales, una quinta parte de los cuales estarían provocados también por varios tipos de coronavirus -los HCoVs-, y que habrían podido entrenar al organismo para estar preparado de cara a una infección por el temido SARS-CoV-2.

"Nuestros datos plantean la posibilidad de que las células T preexistentes hayan sido adquiridos probablemente en infecciones previas con el endémico HCoVs, responsable de aproximadamente el 20% de los resfriados comunes", explican los científicos en el paper publicado en la revista Nature.

De confirmarse con próximos estudios, este descubrimiento tendría una grandísima relevancia a la hora de establecer estrategias de inmunización de la población y facilitaría enormemente alcanzar la ansiada inmunidad de grupo una vez que las vacunas sean desarrolladas.

Patógenos suficientemente similares

El equipo de investigadores aisló células inmunitarias a partir de muestras de sangre de 18 pacientes de Covid-19 que estaban siendo tratados en el hospital Charité y también de 68 voluntarios que no habían pasado la enfermedad. Posteriormente, estimularon estas células usando fragmentos de la proteína espiga del SARS-CoV-2, una de las protuberancias que da al virus su característica corona.

El objetivo de esta estimulación era comprobar si los linfocitos T se activaban al entrar en contacto con estos fragmentos de proteína espiga. Como esperaban los investigadores, esta activación se produjo en las células inmunitarias de un 85% de los pacientes Covid –no fue del 100% probablemente, por haber sido estimuladas in vitro–, pero, sorprendentemente, también tuvo lugar en las de un 35% de los pacientes sanos.

"Una de las características de los linfocitos T es que no solo se activan con un patógeno concreto, sino por patógenos que sean suficientemente similares", explica la doctora Claudia Giesecke-Thiel, una de las tres coautoras del artículo. "Esto hace pensar que los linfocitos T de los individuos sanos reaccionaron frente al SARS-CoV-2 por una exposición previa a coronavirus endémicos causantes del resfriado común".

El gran impacto de este descubrimiento probablemente ha tenido que ver con su largo proceso de revisión, dado que el artículo fue recibido por Nature el pasado 9 de abril y no ha sido publicado hasta casi cuatro meses después, el pasado miércoles. Ahora, los investigadores del Charité seguirán investigando si esta activación de linfocitos T protege o no de una infección por SARS-CoV-2.

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