Cuando el coronavirus se interna en el organismo, una de nuestras primeras líneas defensa son los anticuerpos, pequeñas moléculas que se fijan a las características espigas del virus, anulando su capacidad de infectar a las células y marcando al patógeno para su posterior destrucción.

Sin embargo, no todos los anticuerpos son iguales. Sus diversas formas se adaptan mejor o peor al agente al que se deben adjuntar, haciéndolos más o menos efectivos en cada caso. Por ese motivo, una mezcla aislada de los anticuerpos más efectivos puede ser un tratamiento tremendamente efectivo para combatir la Covid-19 o incluso prevenir la enfermedad.

Este es precisamente el tratamiento que científicos del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (EE UU) están intentando desarrollar en laboratorio y sus primeros ensayos con hámsters han resultado exitosos, según un artículo publicado este jueves en la revista Nature.

"Este descubrimiento muestra qué partes de la espiga del virus son más vulnerables", declara David Ho, el científico que dirige la investigación. "Usando un cóctel de diferentes anticuerpos que son dirigidos a diferentes partes de la espiga ayudará a prevenir que el virus se haga resistente al tratamiento".

La gran ventaja que tendría el tratamiento mediante un cóctel de anticuerpos sería la facilidad para que las empresas farmacéuticas lo produjeran a gran escala y el hecho de que su desarrollo en laboratorio y su posterior aprobación por las autoridades sanitarias es un proceso mucho más breve que el que tienen que recorrer las vacunas frente a la Covid-19.

Además, según los científicos, los anticuerpos también podrían resultar útiles incluso después de que se desarrolle la vacuna, dado que ésta podría no funcionar bien con los grupos de población de más edad, en cuyo caso, el cóctel de anticuerpos podría jugar un papel clave.

Anticuerpos de los pacientes más graves

El concepto es similar al uso de plasma de pacientes recuperados, un tratamiento que se viene usando desde hace meses, pero el cóctel que desarrollan los científicos de Columbia tiene la ventaja de estar compuesto solo por los anticuerpos más efectivos frente al coronavirus frente a la gran variedad que compone el plasma convaleciente.

Cuando la pandemia del SARS-CoV-2 estalló a comienzos de año, el doctor Ho y su equipo dejaron a un lado su habitual trabajo centrado en el VIH para tratar de encontrar nuevos tratamientos frente a la Covid-19.

"La mayoría de los miembros de mi equipo han estado trabajando prácticamente sin parar los siete días de la semana desde principios de marzo", declara Ho.

El extenso banco de sangre del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia proveniente de Nueva York, epicentro de la pandemia en abril, permitió a los investigadores seleccionar las mejores muestras para poder aislar los anticuerpos más efectivos.

El equipo de Ho descubrió que, aunque la mayoría de pacientes contagiados con Covid-19 generaban una cantidad similar de anticuerpos, la calidad de los mismos variaba en cada caso. Eran precisamente los que habían padecido una forma más grave de la enfermedad y habían necesitado respiración asistida los que produjeron los anticuerpos más potentes.

Ahora, los investigadores están diseñando la siguiente tanda de experimentos en los que seguirán probando la efectividad del tratamiento en animales y comenzarán las pruebas con humanos, el paso previo para su empleo generalizado en pacientes.

Los tratamientos contra la Covid-19