Inés Madrigal, la primera persona en denunciar ser un bebé robado en España, ha señalado que el abogado del doctor Eduardo Vela, la primera persona juzgada por esta causa, le reclama casi 30.000 euros por el recurso ante el Tribunal Supremo que le condenó en costas. Una cantidad que le puede abocar a vender su casa para afrontar el pago.

El Supremo ha considerado no probada la detención ilegal en el caso de Madrigal y el doctor Vela -ya fallecido-, aunque ha confirmado el delito de falsedad y la ilegalidad de aquella adopción de 1969.

La resolución del alto tribunal no se ha pronunciado sobre la prescripción de los delitos atribuidos a Vela que determinó la Audiencia de Madrid porque el ginecólogo ha fallecido, pero sí impuso el pago de las costas a Madrigal al desestimar su recurso y estimar el primer motivo del interpuesto por la familia de Vela.

"Vela me destrozó la vida falsificando toda la documentación de mi nacimiento. Fui un regalo. Era un bebé demasiado débil para ser vendida. Ahora los herederos van a beneficiarse aún más de mi desgracia. Los pobres no podemos pedir justicia", lamenta Madrigal en un comunicado remitido a Efe.

Porque Madrigal explica que "las costas se refieren únicamente al salario del abogado del doctor Vela por el documento del recurso ante el alto tribunal" y la minuta que ha hecho llegar al Supremo asciende a casi 30.000 euros.

Ante esta situación, amigos y otros afectados por el asunto de los bebés robados han abierto un crowfounding para recaudar fondos con los que ayudar a Madrigal a efectuar el pago. "Mucha gente me está mandando sus modestas ayudas. Pero en esta causa la mayoría de las víctimas son personas humildes que no pueden ayudarme mucho", señala.

No obstante, hay algo que le duele aún más: "Mis hijos van a ser también víctimas de Vela, porque tendré que vender la casa en la que vivo, que es lo único que tengo, para poder pagar esa factura desorbitada".

Y es que ella no se esperaba esa cantidad. Calculaba unos 6.000 euros que es "lo que estima aproximadamente el Colegio de Abogados de Madrid en estos casos" y que "era asumible" a recaudar.

"Pero treinta mil euros es una barbaridad", denuncia Madrigal que se pregunta: "¿De verdad quieren sacar dinero de todo esto?, ¿de verdad quieren beneficiarse de las monstruosidades cometidas por quienes jugaron a ser Dios? ¿No les avergüenza sabiendo que soy una obrera?"

Madrigal deja claro que ella es la "víctima", la que se ha pasado toda la vida sin saber su origen."Ahora, por querer saber la verdad y por querer que el Supremo se pronuncie sobre la prescripción de los casos de bebés robados, encima tengo que pagar al yerno del médico una cantidad que va a arruinarme para siempre a mí y a mis dos hijos. La justicia está hecha para los ricos", concluye.