¿Es posible saber cuánto y cómo permanece el coronavirus en el aire?

Un hombre camina protegido con mascarilla por la Puerta del Sol de la capital
Un hombre camina protegido con mascarilla por la Puerta del Sol de la capital
Marta Fernández Jara - Europa Press
Un hombre camina protegido con mascarilla por la Puerta del Sol de la capital

El número de fallecido por COVID-19 en todo el planeta continúa en aumento y, por ello, la comunidad científica se afana por desentrañar las características de esta nueva cepa que está diezmando la población. Una de las líneas que está centrando sus esfuerzos es averiguar cuánto tiempo permanece el coronavirus en el aire, cómo lo hace y cuál es su capacidad de contagio por esta vía. 

Desde que la enfermedad fue detectada y comenzó su estudio en profundidad, los expertos no han dejado de trabajar en este sentido. Desde un principio, se informó a la población de que el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) infectaba el organismo humano principalmente a través del tracto respiratorio. Se explicó que las gotas procedentes de toses o estornudos contenían este virus y constituían una de las principales vías de contagio.

Si bien existe la certeza de que el virus se transmite a través de estas gotas de gran tamaño, surgió la duda de si podía hacerlo a través de otras más pequeñas (aerosoles) que quedasen en suspensión en el ambiente. En un estudio publicado el 17 de marzo en el New England Journal of Medicine, los autores defendían que el SARS-CoV-2 podía permanecer en ellas durante al menos tres horas. 

Estos resultados han recibido críticas de otros investigadores, que han cuestionado la metodología y la exposición de los datos, pues recriminan a los autores que no publiquen el tamaño de las partículas utilizadas en su experimento ni la carga viral.

Resultados contradictorios

A comienzos de abril, un grupo de científicos chinos publicó un estudio en el que planteaba la posibilidad de que el coronavirus se transmitiese por el aire. Los autores examinaron un brote que afectó a 10 personas pertenecientes a tres familias, una de las cuales había viajado a Wuhan recientemente. Todos ellos habían acudido a comer a un restaurante y, debido a la distancia entre las mesas, la única hipótesis compatible, apuntan, es que el SARS-CoV-2 llegase a los afectados a través de gotas de pequeño tamaño suspendidas y transportadas por el flujo de aire acondicionado.

Otros estudios han detectado la presencia de este virus en suspensión en las habitaciones de hospital de enfermos de COVID-19. Así lo demuestra uno publicado por científicos chinos que aseguran que detectaron SARS-CoV-2 en el aire a cuatro metros de los pacientes ingresados

No obstante, otras investigaciones han encontrado justamente lo contrario: ni rastro de coronavirus en el aire en estos ambientes.

En suspensión durante horas o días

La semana pasada, un informe del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) apuntaba que el virus SARS-CoV-2 puede permanecer activo en el aire "más de 3 horas". "Existe carga vírica en todos los tamaños de partícula, tanto en la fracción gruesa como en la fracción más fina", establece el análisis.

"Las partículas más gruesas tienden a depositarse con más rapidez. Las partículas más finas permanecen en suspensión durante horas o días. El SARS-CoV-2 puede permanecer activo mientras está formando parte de estas partículas en suspensión en el aire más de tres horas", recoge el informe.

En las circunstancias apuntadas por los estudios, las mascarillas se convierten en un elemento clave para reducir el contagio, ya que reducen la emisión de patógenos por parte de los enfermos.

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