Levantar hospitales de campaña, traer 900.000 mascarillas de China... el gran esfuerzo de una pyme contra el Covid-19

Clara Arpa, en el hospital de campaña que su empresa ha levando en la Feria de Muestras de Zaragoza.
Clara Arpa, en el hospital de campaña que su empresa ha levando en la Feria de Muestras de Zaragoza.
C. A.
Clara Arpa, en el hospital de campaña que su empresa ha levando en la Feria de Muestras de Zaragoza.

Clara Arpa nunca imaginó que su empresa acabaría teniendo que levantar un hospital temporal tan cerca de la fábrica. A solo quince kilómetros. Después de trabajar para misiones humanitarias en medio centenar de países, Arpa Equipos Móviles de Campaña ha sido la encargada de montar el centro sanitario que el Servicio Aragonés de Salud ha habilitado en la Feria de Muestras de Zaragoza. Pero la implicación de esta pyme en la lucha contra la expansión del coronavirus  va más allá.

"No es el ambiente en el que solemos montar estas instalaciones. Nosotros no nos dedicamos a alquilar toldos y a meter camas dentro. Un hospital de campaña tienes que diseñarlo específicamente para el cliente y adaptarlo a sus necesidades y aquí hemos ido contra reloj y haciendo lo que hemos podido con lo que teníamos, porque esta situación nos ha limitado los recursos y el material", explica la responsable de un negocio familiar de 80 empleados ubicado en la localidad de La Muela.

Pese a las dificultades y la premura, y gracias a la actitud de los proveedores, esta mujer y su equipo han logrado construir en solo seis días un hospital de campaña de más de 5.000 metros cuadrados en el módulo 1 del recinto ferial. A lo largo de extensos pasillos de blancas paredes, sus 400 camas permanecen separadas por paneles, lo que permitirá mantener a los infectados por el Covid-19 aislados unos de otros. Esta es la segunda unidad destinada a aumentar la capacidad hospitalaria de Zaragoza tras la del Auditorio, con la mitad de plazas.

"La gente se está volcando. Está habiendo mucha solidaridad y mucha camaradería", destaca Clara para argumentar que la hazaña haya sido posible y aboga por recurrir a este tipo de instalaciones antes de que los servicios sanitarios convencionales se saturen. "No habría que esperar a meter a tantos infectados en un hospital normal", argumenta la responsable de una empresa que ha sido requerida no solo en otros puntos de España, como Navarra y Cataluña, sino también en países como Italia, Ecuador o Paraguay.

Mascarillas chinas

Junto a la que es su actividad habitual, Arpa Equipos Móviles de Campaña se ha embarcado además en gestionar para el Servicio Aragonés de Salud y para Unicef la compra a China de material de protección. En total están a la espera de recibir 900.000 mascarillas, 500.000 destinadas a la sanidad pública de su comunidad y 400.000 al fondo para la infancia de la ONU.

Esta actuación la están llevando a cabo en colaboración con Zeumat, un grupo también de Zaragoza que lleva años creando relaciones institucionales y comerciales entre España y el gigante asiático. Ante la emergencia sanitaria, sus responsables se han ofrecido a importar productos que ayuden a afrontar la crisis y cuentan para ello con fabricantes autorizados por el Gobierno chino. La corporación opera a través de sus oficinas en el puerto franco de Taizhou y Shanghai.

"Si no llega a ser por ellos no lo hubiéramos conseguido, no nos hubiésemos sentido capaces de hacerlo, porque está siendo muy complicado. El mercado está en una situación de sálvese quien pueda. Ha habido mucho fraude. Nosotros hemos mandado una inspección para ver que realmente lo que habíamos comprado era lo que nos iban a mandar. Y luego los precios…", apunta la empresaria.

Producción propia

Mientras esas protecciones profesionales llegan, la fábrica de La Muela ha dado cabida a un taller para la confección de mascarillas de tela. Voluntarios de la empresa y de la Asociación Tutelar Aragonesa de Discapacidad Intelectual (Atades) se ponen mañana y tarde al frente de dos cortadoras y diez máquinas de coser y producen miles de unidades. Estas van dirigidas a los 700 residentes de Atades, a residencias de la tercera edad, parques de bomberos, centros de salud de Huesca, prisiones…

"Hemos hecho instrucciones para que se puedan confeccionar también en casa porque había mucha gente que quería venir a coser. Seleccionamos el material, lo embolsamos y lo repartimos por los domicilios", relata Clara, quien mientras habla con este diario se encuentra precisamente supervisando la producción.

No muy lejos de esa zona de costura se sitúa una impresora 3D con la que están desarrollando otra de sus aportaciones a la batalla contra el coronavirus. Se trata de máscaras de protección. Para ello se han unido a una plataforma que permite la descarga de un archivo que programa la impresora y que provee del material necesario.

"No nos salen muchas porque solo tenemos una impresora pero hacemos unas 80 a la semana", concluye la directora general de una empresa que con un tamaño mediano está realizando un gran esfuerzo contra la pandemia. Un esfuerzo colectivo, porque tienen claro que en esto hay que trabajar unidos. 

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