Sin velatorio, sin funeral, sin poder llorar juntos: ¿cómo afrontar el duelo por un ser querido fallecido por coronavirus?

Llegada de un féretro al crematorio del cementerio de La Almudena en Madrid, este domingo.
Llegada de un féretro al crematorio del cementerio de La Almudena en Madrid, este domingo.
JUANJO MARTÍN / EFE
Llegada de un féretro al crematorio del cementerio de La Almudena en Madrid, este domingo.

"Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien", así es como define la RAE el duelo. Pero los familiares de los fallecidos por Covid-19 no podrán hacer con libertad esas demostraciones. Sin velatorio, sin funeral, sin abrazos ni besos, sin poder llorar juntos y a más de un metro de distancia de sus allegados y amigos, así afrontarán el último adiós miles de personas en España por las restricciones de Sanidad a los fallecidos por la pandemia.

Los seres queridos de las personas que han fallecido por el nuevo coronavirus no podrán acudir a sus enterramientos o incineración. Además, no se les permite abrir el féretro para una última despedida. Así lo establece el procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de Covid-19

Ante tanta restricción, ¿cómo se puede afrontar el duelo en estas circunstancias tan especiales?. Llevar el duelo en estos tiempos tan duros, en los que al dolor que produce la pérdida de un ser querido, se le suma el drama de no poder hacer un adecuado proceso de despedida, es "muy complicado", explican psicólogos expertos en el duelo.

La ausencia en la recta final

Lo que hace este duelo distinto de los demás no es solo el momento del fallecimiento, sino que "empieza antes". "El hecho de que no se pueda visitar ni acompañar en este proceso al enfermo son factores que hacen más complicado el duelo", cuenta Montserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la  Universitat Oberta de Catalunya, a 20minutos.

"Que no se haya acompañado al familiar en el hospital no quiere decir que no se haya acompañado en todo el proceso vital"

Montserrat explica que, aparte del dolor, se queda un "recuerdo negativo" que complica el proceso del duelo. Por ello, es importante pensar que el "hecho de no haberse despedido y de que no se haya acompañado al familiar en el hospital no quiere decir que no se haya acompañado en todo el proceso vital", sostiene Javier Barbero del Colegio Oficial de Psicólogos en Madrid.

"Si nos centramos solo en los últimos días perdemos la perspectiva de toda una relación de toda una vida. Es muy importante que seamos justos con la relación que tenemos", recuerda Barbero.

La realidad virtual, una alternativa

La realidad es esta: estamos confinados y no podemos abrazar a nuestros queridos para tener ese consuelo que en circunstancias normales se tienen. "Lo que sí podemos hacer es sustituir el contacto físico por el virtual porque estamos aislados pero no estamos solos", subraya Sara Losantos, responsable del área de la psicología del duelo de la Fundación Mario Losantos del Campo.

"Estamos aislados, no solos"

Javier Barbero coincide con Losantos y detalla que "son muy importantes las reuniones virtuales con familiares y amigos para compartir lo que están viviendo, el cómo les gustaría recordar a ese familiar fallecido o cómo les gustaría que hubiese sido la despedida".

Los rituales pueden esperar

En todas las culturas hay rituales y éstos son muy importantes para finalizar o empezar un nueva etapa. La muerte es otro proceso que necesita un ritual. Los familiares de los fallecidos por la pandemia no van a poder celebrar un funeral en condiciones y para aliviar esta ausencia, los psicólogos les recomiendan considerarlo como "un paréntesis".

"Es muy importante que se cuiden ellos para poder realizar la despedida que merece el fallecido", recuerda Barbero.

El poder de las palabras

Losantos cuenta que le informaron esta mañana de la muerte de su tío y que le gustaría abrazar a sus primos "ahora mismo", pero como no puede decide "modular la intensidad de los mensajes". "A mayor sufrimiento, hay que tener una comunicación más abierta", añade.

"En nuestra vida cotidiana hablamos desde palabras vacías y frases hechas y en estos momentos hay que utilizar el poder la palabra para hacer que la emoción llegue a los corazones de las personas", insiste. 

Pero las palabras no solo sirven para acercarse y consolar a los seres queridos, también ayudan a pasar esta etapa. "La gente que tenga más costumbre de escribir que vayan escribiendo una carta donde expresen todo el dolor y todo el amor que ha habido en la relación y todo el dolor que han vivido últimamente", señala por su parte Barbero. 

"No hay que dramatizar, pero hay que ser realistas. No le podemos decir a la gente que no pasa nada"

Sin embargo, la doctora Montserrat Lacalle puntualiza que los psicólogos saben que hay personas que les cuesta expresar con palabras lo que sienten y esto va a ser muy difícil que lo hagan. "No hay que dramatizar, pero hay que ser realistas. No le podemos decir a la gente que no pasa nada y que se hará el funeral después, despídete por una carta, etc. Hay que dar herramientas y alternativas, pero partiendo de la base de que esto no va a sustituir lo otro", aclara. 

Llorar alivia

"Las lágrimas, si las analizamos químicamente, contienen una sustancia parecida al lexatin-una especie de ansiolítico que relaja y alivia la tensión-", señala Losantos y recuerda que los humanos "estamos moderados fisiológicamente para encontrar alivio".

Llorar nos produce calma en el organismo y por eso hay que "dejar que las lágrimas salgan". Además, hay que legitimar y dar salida a los sentimientos y emociones. "No hay que intentar hacer esfuerzos. Son momento de ser compasivos con nosotros mismos y con los demás", aconseja la experta.

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