Fiesta en los balcones de Barcelona: Unos ponen la música y los de enfrente, los focos

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Este martes por la noche, pasadas las 20:30 horas, unos ponían la música a todo volumen y los de enfrente les iluminaban con una suerte de foco intermitente, les jaleban, cantaban y bailaban. "No escucho a los del primero", "no te la sabes", "vamos, arriba", se oía. Sonó, entre otras, Callaíta, de Bad Bunny y Tainy, y la fiesta terminó con un "adiós con el corazón, que con el alma no puedo", un aplauso y un "mañana, a la misma hora y en el mismo sitio".

El confinamiento en Barcelona por la pandemia mundial de coronavirus está tejiendo relaciones entre vecinos que hasta la fecha eran casi impensables. Los ciudadanos ya no se relacionan solo con los de su escalera. La reclusión en casa está provocando que salgan al balcón cada vez más y establezcan vínculos con los de los edificios de enfrente, incluso si estos están a más de 15 metros de distancia.

De los aplausos para los sanitarios que se convocan a diario a las 20 horas a través de las redes en esta zona exterior de los pisos, cada vez más largos, se está pasando, de forma similar a lo que sucedió en Italia a raíz del confinamiento, a conversaciones a gritos de un bloque al otro, cánticos y bailes. Incluso de forma espontánea nacen pequeñas fiestas en las que participa más de un balcón y se repiten día a día, como ocurrió en la calle Provença entre Viladomat y Calabria, en el Eixample Esquerre.

Allí, este martes por la noche, pasadas las 20:30 horas, unos ponían la música a todo volumen y los de enfrente les iluminaban con una suerte de foco intermitente, les jaleban, cantaban y bailaban. "No escucho a los del primero", "no te la sabes", "vamos, arriba", se oía. Sonó, entre otras, Callaíta, de Bad Bunny y Tainy, y la fiesta terminó con un "adiós con el corazón, que con el alma no puedo", un aplauso y un "mañana, a la misma hora y en el mismo sitio".

En otro punto de Barcelona, un interior de manzana comprendido entre las calles Independència, Consell de Cent y Aragó, tras el aplauso diario a los sanitarios, los vecinos se despiden con un "ánimo, cuidaros mucho, bailad un poco y buenas noches".

En Collblanc, en L'Hospitalet, los hay que cantan "el coronavirus se va a caer, se va a caer, se va a caer, y la gente lo va a vencer, lo va a vencer, lo va a vencer".

Y están también los que saben tocar instrumentos y los sacan a los balcones, como uno que regaló un tema de piano al vecindario en el barrio de la Sagrada Familia. Se le unió un saxofonista del edificio de al lado.

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