Trapero se desmarca del 'procés' y dice que estaba poco unido a Puigdemont

Josep Lluís Trapero, durante el juicio.
Josep Lluís Trapero, durante el juicio.
EFE/Fernando Villar
Josep Lluís Trapero, durante el juicio.
No es el juicio del procés; no hay gritos de apoyo ni concentraciones a las puertas del juzgado. En esa tranquilidad ambiental ha comenzado la declaración del mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluis con un discurso firme que ha flaqueado en dos ocasiones.

Que se sentía "muy incómodo" con cómo estaba evolucionando el ‘procés’, que las leyes de desconexión del Parlament eran una "barbaridad" y que su relación personal con Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat cuando se celebró el 1-O, no era "estrecha" y no tuvo "nada que ver" con su ascenso al máximo rango en los Mossos d’Esquadra pocos meses antes del referéndum ilegal. 

Estos fueron algunos de los principales argumentos que ha utilizado en su defensa el mayor Josep Lluís Trapero en el interrogatorio que le hizo la Fiscalía en el juicio a la antigua cúpula de la policía catalana por su papel en el proceso independentista.

Trapero, para quien la Fiscalía pide 11 años de cárcel por rebelión, explicó durante su declaración en la Audiencia Nacional que en septiembre de 2016 el entonces secretario del Govern, Jordi Vidal de Ciurana, le planteó un escenario con una convocatoria de un referéndum y una "doble legalidad" y que él le dijo que esta "no existe, que hay una ley u otra". También le transmitió a Vidal de Ciurana, contó, que los Mossos harían "lo que dijeran los jueces".

Además, cuando el fiscal Miguel Ángel Carballo preguntó a Trapero en el juicio por su conocimiento de diferentes iniciativas aprobadas en el Parlament a lo largo de los años 2015, 2016 y 2017, el mayor se refirió a las resoluciones de ruptura de la cámara catalana como "una barbaridad más de las que se estaban haciendo" en el ‘procés’ y aseguró que confiaba en que fueran anuladas por la justicia e imputadas a sus responsables.

Acerca de su relación con Puigdemont, a quien Trapero se ofreció a detener tras la declaración unilateral de independencia –según aseguró en el juicio del ‘procés’–, el interrogado detalló también que esta no era "ni buena ni mala", y que era escasa en el ámbito personal, a pesar de que fue célebre la paella que compartió con él y amigos comunes en Cadaqués en 2016, por la que el fiscal no le preguntó.

Asimismo, afirmó que el expresidente del Govern "ni lo sabía" cuando el exdirector de los Mossos, Albert Batlle planteó en enero de 2016 la necesidad de recuperar la figura del mayor, que llevaba casi una década vacante, para "dignificar" el cargo del máximo mando de la policía autonómica, que ocupó Trapero en abril de 2017, medio año antes del 1-O.

Sobre las concentraciones del 20 de septiembre de 2017 por los registros judiciales que se produjeron en distintos puntos de Cataluña, dijo que por parte de los Mossos no hubo "pasividad", sino que el cuerpo policial optó en «todo momento» por evitar que se les «escapara de las manos» la protesta frente a la Conselleria de Economía. "¿De dónde sacamos los efectivos? Si hubiese sido algo planificado...", señaló, y añadió: "No podíamos hacer cinco cordones de seguridad de 40 metros con los efectivos de orden público de los que disponíamos".

También contó que el exconseller de Interior Joaquim Forn se comunicó con él para decirle que el entonces presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez iba a actuar como mediador, pero aseguró que el líder de la entidad soberanista no pretendió nunca imponer condiciones. «Una persona que representa a una asociación que hace una concentración no pone condiciones a la policía», puntualizó.

El juicio a la antigua cúpula de los Mossos, que se alargará hasta el 16 de marzo, seguirá hoy a partir de las 10 horas con la continuación del interrogatorio de la Fiscalía a Trapero, y después será el turno de las defensas

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