La conciliación laboral como antídoto para una "sociedad cansada"

Trabajadores hablando en una oficina. Imagen de archivo.
Trabajadores hablando en una oficina. Imagen de archivo.
GTRES / Eric Audras
Trabajadores hablando en una oficina. Imagen de archivo.

Flexibilidad horaria, tiempo libre, trabajar desde casa, mejor salario… Son algunos de los deseos que han ido surgiendo en los trabajadores y que se han plasmado en una serie de peticiones llevadas a cabo por entidades y organizaciones que ya han conseguido mejoras notables.

El trabajo es algo esencial en la vida de las personas, ya que -entre muchas otras razones- gracias a él, por lo general, el ser humano logra sentirse integrado en sociedad y aumentar su autoestima. Teniendo en cuenta la enorme cantidad de horas que dedica una persona a trabajar a lo largo de su vida, es muy importante que las condiciones sean lo más idóneas posibles. A lo largo de la historia, las condiciones laborales en España han progresado significativamente gracias a décadas de protestas y reivindicaciones de ciudadanos que reclamaron una mejora de sus derechos laborales.

Aun así, los expertos coinciden en que todavía quedan muchas medidas por implantar para poder llegar -o por lo menos acercarse- a lo que consideran unas condiciones laborales óptimas. Muchas entidades abogan por una conciliación laboral que logre un acuerdo social entre los trabajadores y los empresarios, para poder mejorar la calidad de vida de los empleados.

En los últimos años se ha visto como, cada vez más, empresas e instituciones están empezando a implantar nuevas medidas y cambios en sus jornadas laborales y formas de trabajar. Esta ‘conciliación laboral’  consiste fundamentalmente en "buscar los espacios de tiempo de armonización para lograr integrar las actividades de las personas en el ámbito educativo, profesional y/o familiar", afirma el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), José Luis Casero.

Casero asegura que la conciliación como tal, es un "derecho fundamental reconocido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos" y que, por lo tanto, "no es negociable". Destaca también la necesidad de no "discriminar" a los autónomos o a aquellos que no desean tener hijos dentro de este concepto, ya que "las situaciones son diferentes pero el núcleo fundamental es el mismo".

Según el director de ARHOE, existen dos grados primordiales de conciliación. En primer lugar, estaría aquél relacionado con la incorporación de la mujer al mercado laboral mientras desarrolla tareas del hogar, algo en lo que José Luis Casero incide, afirmando que "las mujeres siempre han conciliado" desde que empezaron a trabajar. En segundo lugar, Casero habla de 'corresponsabilidad', aludiendo a la "necesidad de que el varón asuma sus derechos y obligaciones en el ámbito doméstico", es decir, a repartir equitativamente las tareas domésticas. "Si fuésemos una sociedad corresponsable seríamos una sociedad más igualitaria, porque las mujeres tendrían sus espacios temporales, como los que tienen los hombres".

Una sociedad cansada

ARHOE es una entidad sin ánimo de lucro que, desde 2003, vela por la conciliación laboral del país con una serie de objetivos y peticiones de medidas concretas. "Hemos logrado cierta receptividad", confiesa el director de la asociación, mencionando el Pacto de Estado por la Conciliación y la Racionalización de Horarios que también está previsto en el nuevo acuerdo entre PSOE y Podemos. No obstante, se muestra precavido por otras ocasiones en las que se han anunciado pactos y luego no se han llevado a cabo, algo que dice que es "mentir a la ciudadanía".

Entre sus peticiones principales consta la "regulación del teletrabajo", ya que creen que el mundo está evolucionando con las nuevas tecnologías y debemos adaptarnos a esos cambios para buscar un punto medio entre "la cultura del chándal", que nos aleja del entorno laboral y la creencia de que hay que estar todos los días, ocho horas sin moverse del puesto de trabajo. 

Exigen también una regulación del "derecho de desconexión" cada vez más complicado con la creciente "adicción a las nuevas tecnologías". Casero considera esa adicción no nos permite desconectar del todo y hace que estemos disponibles todo el día, incluso cuando nuestra jornada laboral ha terminado. 

Otro tema que consideran vital para la conciliación, es un cambio en la programación de las televisiones pública y privada, que emiten programas de máxima audiencia que terminan a la 1.30 horas de la madrugada y que el director de ARHOE considera que "como sociedad, nos está afectando más de lo que creemos. Estamos generando una sociedad que no es ni diferencial ni divertida, sino cansada".

En definitiva, se suman a las peticiones de otras organizaciones que reclaman básicamente: un trabajo digno y tener tiempo para disfrutar. "Si rompes uno de estos elementos, estás despedazando el estado de bienestar", asegura Casero.

Los jóvenes quieren libertad y tiempo

Los jóvenes ya están dando lecciones a muchas empresas. Han dejado de buscar solo un trabajo que les proporcione un buen salario, sino que están empezando a fijarse en otro tipo de condiciones. "Quieren libertad, espacio y tiempo", cuenta Casero, explicando cómo muchas empresas ya se han dado cuenta de esto y están empezando a modificar sus jornadas laborales y su forma de trabajar. 

Lo cierto es que esto conlleva ventajas para ambos bandos. Según cuenta el director de ARHOE, las empresas que aplican este tipo de conciliaciones incrementan su productividad entre un 10 y un 20 por ciento. Además, logran una reducción del absentismo laboral de entre un 15 y un 25 por ciento.

No obstante, todavía queda mucho camino por recorrer. Aunque muchas empresas ya se están empezando a mover, ese proceso está siendo lento por la creencia y el "enquistamiento social" de que cuantas más horas hagas, más eficiente y bueno eres en tu trabajo. Cuando en realidad, si se concentran esas horas de trabajo, en lugar de disponer de hasta dos o tres horas de parada en el almuerzo, se logrará una mayor eficiencia y tiempo para dedicarlo a la vida personal. 

Menos horas y más productividad

"Trabajamos entre 150 y 200 horas más que otros países como Bélgica y Alemania", declara José Luis Casero, explicando que hacemos el trabajo de una forma mas ineficiente porque llevamos nuestra vida personal al trabajo y asegurando que "tenemos que aprender a hacer las cosas de forma mucho más intensa y productiva para poder tener esos espacios personales",

Casero, que se siente optimista respecto al futuro por los avances que se están viendo en nuestra sociedad, cree que aún así todavía hay que "construir medidas concretas para que la conciliación sea real". Algo a lo que ya lograron acercarse cuando asumieron un papel clave en el impulso del Real Decreto que el año pasado equiparó el permiso de maternidad al de paternidad, para que un empresario deje de mirar el sexo y empiece a valorar el talento". 

Respecto al nuevo gobierno, mantiene la esperanza en las medidas establecidas en el pacto entre PSOE y UP, de quienes espera "que tomen nota y que realmente se muevan", para que "no se pierdan haciendo política de conciliación cuando lo que tienen que hacer son acciones de conciliación". 

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