Su rostro era más que conocido. Casi nadie sabía su nombre. O, al menos, no el real. Isaac Hempstead-Wright, quien hiciera de Bran Stark en Juego de Tronos, está en España y aprovechamos para analizar la vida, nada fácil, de uno de los protagonistas de la serie con mayor repercusión en los últimos años.

Su visita es con motivo de la Exposición Oficial de Juego de Tronos que se inaugura en Madrid el próximo sábado 26 de octubre, en la que los fans de la serie encontrarán diversos objetos reales de la serie y para cuya presentación ha venido acompañado de Liam Cunningham (Ser Davos), como se ha podido ver en El Hormiguero.

Nacido en Surrey, en Reino Unido, hace 20 años, Hempstead-Wright se dio a conocer siendo uno de los hilos conductores de la longeva serie de HBO, pues ya en el primer episodio protagonizaba el cliffhanger final con su caída de la torre por el empujón de Jaime Lannister, al que había sorprendido teniendo sexo incestuoso con su hermana Cersei.

Cuando grabó aquel capítulo piloto, con 11 años, no sabía lo que vendría detrás ni la fama que alcanzaría, pero sí que recuerda algo, que en más de una ocasión ha confesado: su familia no le permitía ver aquella serie en la que participaba.

En una entrevista para la BBC, de hecho, reconoció que lo pasó realmente mal porque, desveló, tuvo que aguantar las charlas de su madre sobre sexo en demasiadas ocasiones y con motivos dispares, dadas las prácticas que ocurrían en pantalla. "Me hizo pasar mucha vergüenza y dijo cosas como: 'Así que, cariño, nada de sexo con hermanos o hermanas. Eso está mal'", rememoró.

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Pero esta anécdota, que puede ser más o menos curiosa, poco tiene que ver con las peores partes de la vida del actor, que actualmente tiene dos proyectos en marcha (Voyagers, una aventura espacial dirigida por Neil Burger, realizador de su película favorita, El ilusionista, y The Blue Mauritius, una cinta de ladrones) y vive en Londres con Dean-Charles Chapman (quien interpretaba a Tommen Baratheon en Game of Thrones).

De pequeño abandonó su primer objetivo, y el de muchos chicos a esas edades: ser futbolista. Cambió el césped por un club de interpretación dramática donde un profesor había visto sus dotes para meterse en la piel de cualquier personaje.

Sus inicios fueron apenas unos anuncios antes de que fuese escogido para la ya celebérrima serie y para una cinta, La maldición de Rookford, que no obtuvo demasiado éxito. Pero tampoco le hizo falta, porque visto lo que vivió por culpa de la ficción de George R. R. Martin ha sido más que dosis suficiente de popularidad.

"Mi exnovia vino de visita y nos quedamos sentados en mi habitación una semana entera. Era un ermitaño"

Isaac Hempstead-Wright, que, como curiosidad, también es pianista, ha reconocido que erró al pensar que podría llevar "una vida normal" cuando comenzó en la Universidad de Birmingham en 2017. "Creía que la gente estaría emocionada, pero no lo vi venir. Fue demasiado. No podía salir al pasillo sin tener que hacerme un selfi", comentó en una entrevista

"Me daba miedo salir y emborracharme porque todos estarían mirando y haciéndome fotos", dijo sobre su experiencia universitaria, que abandonoó ocho semanas después.

“Me convertí en un ermitaño. Mi exnovia vino de visita y nos quedamos sentados en mi habitación una semana entera”, relató sobre el temor que sentía, que se hacía más grave al entrar en las redes sociales, donde vivía continuados acosos de bullying y acoso.

"La gente empezó a pasarse de la raya conmigo alrededor de la sexta temporada, cuando Bran se convirtió en el Cuervo de Tres Ojos. Recuerdo que recibí un acoso brutal después de la muerte de Hodor, como si fuera culpa mía", le dijo a la revista Esquire, a quien también reveló que se pusieron en contacto con él hasta cirujanos plásticos que se ofrecieron a operarle su nariz debido a los ataques que sufrió por su físico.