Juego de Tronos ha marcado a una generación de espectadores y ha dejado a una legión de fans por todo el mundo tras su temporada final.

Dos de sus actores, Isaac Hempstead-Wright y Liam Cunningham, quienes dieron vida a Bran Stark y Sir Davos, respectivamente, visitaron este miércoles El hormiguero para presentar la Exposición Oficial de Juego de Tronos que se inaugura el próximo 26 de octubre en Madrid.

“La primera pregunta casi se me escapa y os la tengo que hacer”, afirmó Pablo Motos. “¿Vosotros creíais que ibais a llegar al final de Juego de Tronos o en algún momento dudabais si ibais a ser el próximo muerto?”, les preguntó.

Hempstead-Wright fue el primero en responder: “Nunca pensamos que se iba acabar, no veíamos nunca el fin. Pero cada temporada lo que nos preocupaba era si íbamos a sobrevivir hasta la siguiente”, admitió. “Mirábamos el guion rápidamente hasta el final para ver si moríamos, y cuando veías que no lo hacías, mirabas si tus amigos morían”, añadió el británico.

Entonces Motos se dirigió a Cunningham y le reconoció que “hubo un momento en el que pensé que el siguiente en morir era Sir Davos”. El actor le contestó que “me dio mucho miedo porque cuando empezamos este proyecto, no había ninguna estrella famosa en la serie. Nos hicimos todos conocidos más o menos a la vez”, señaló.

“Recuerdo que fuimos a Brasil y una señora se desmayó delante de mí y los fans se ponían a llorar cuando les hablábamos y ahora entiendo lo que debe ser estar en una boy band”, comentó Cunningham.

Hempstead-Wright también afirmó que, tras pasar de los 10 a los 20 años trabajando en la serie, “me cuesta recordar cómo era la vida antes de Juego de Tronos”; que lo primero que pensó Cunningham del proyecto de la serie fue que "no me interesa" por la temática de la misma; que la fama que les ha proporcionado ha sido tal que “mi nombre en mi tumba va a ser Liam 'Juego de Tronos' Cunningham”, admitió el actor; y recordaron como fue su último día en la serie.