Arriesgar en otras elecciones o sucumbir al "chantaje": el dilema de Podemos ante el enroque del PSOE

  • Los morados afirman que aguantarán en el envite de PSOE, a pesar de que saben que los socialistas "van a apretar".
  • Si ceden, dan por seguro que Sánchez volverá a amenazar con elecciones para que aprueben los Presupuestos.
  • Si hay repetición electoral, asumen que les puede ir mal.
Yolanda Díaz, Pablo Echenique y, al fondo, Ione Belarra, tres de los negociadores de Unidas Podemos, al término de su reunión de este jueves con el PSOE.
Yolanda Díaz, Pablo Echenique y, al fondo, Ione Belarra, tres de los negociadores de Unidas Podemos, al término de su reunión de este jueves con el PSOE.
EFE
Yolanda Díaz, Pablo Echenique y, al fondo, Ione Belarra, tres de los negociadores de Unidas Podemos, al término de su reunión de este jueves con el PSOE.

PSOE y Unidas Podemos entrarán la semana que viene en una fase definitiva para intentar ponerse de acuerdo de cara a la investidura de Pedro Sánchez, con pocas expectativas de que los socialistas acepten la coalición de Gobierno que ofrecieron en julio. En el entorno de Pablo Iglesias aseguran que seguirán "hasta el final", que no cederán en el pulso que echan las dos formaciones. También, que aguantar el envite al PSOE plantea el dilema entre persistir a riesgo de una repetición electoral que les podría ir mal o acceder a las condiciones de los socialistas para evitarla, un "chantaje" que podría repetirse ante cada votación importante, por ejemplo, de los Presupuestos Generales del Estado.

Esta semana, Sánchez les presentó una oferta muy inferior a la vicepresidencia y los tres ministerios que el PSOE ofreció en julio, que para los socialistas decayó con el fracaso del primer intento de investidura. La oferta que tiene ahora sobre la mesa Unidas Podemos consiste en firmar un acuerdo programático con el PSOE, con la creación de varios órganos para verificar que se cumple y puestos en "importantes instituciones" para la gobernanza, pero fuera del Consejo de Ministros. En principio, se han barajado organismos como la CNMV o el CIS, a la espera de conocer si el PSOE afina esta oferta de "espacios de poder" que ha asegurado para Unidas Podemos.

La versión más optimista en Podemos calcula que al final el PSOE terminará accediendo a una coalición, que los socialistas niegan de plano. En todo caso, de momento ninguna de las dos partes se mueve. Tras casi cinco horas de reunión el jueves pasado, solo coincidieron en seguir hablando y en acusarse mutuamente "de inmovilismo". Con la certeza por parte de Unidas Podemos y el resto de fuerzas de que el PSOE está ya más interesado en otras elecciones, la situación supone un dilema mucho mayor para los morados, donde el análisis de riesgos no deja de momento más conclusión de querer "aguantar" el pulso, a pesar de que saben que "el PSOE va a apretar".

Chantaje continuo

"Si aceptamos ahora vamos a tener que estar siempre así", dice una persona cercana a Iglesias. Si ahora renuncian a la coalición para que no haya elecciones, Podemos podría enfrentarse dentro de pocos meses con la misma situación, o aprueban los Presupuestos del Gobierno o elecciones.

La teoría del chantaje debilita la salida a la que también se le da vueltas en Unidas Podemos, la de permitir la investidura de Sánchez, pero sin firmar con él ningún acuerdo, para no "atarse las manos" y hacer oposición, lo que tampoco impediría verse en la misma situación que ahora en la votación sobre las cuentas.

Caída en escaños

La alternativa son las elecciones. "Pues qué se le va a hacer", dicen en Podemos, donde también cunde el vértigo a unos posibles malos resultados. Los morados repiten su mantra de que las encuestas los tratan peor que los votantes, pero también asumen que no es igual perder una decena de escaños cuando tienes 130 que cuando tienes 42. Quedarían en una posición muy minoritaria. "Entonces será que los votantes no nos han entendido o que no nos quieren", admite un diputado que repite una y otra vez que "no hemos venido para eso" en alusión a los cargos en organismos estatales que el PSOE quiere darles, traducido en "sueldazo y coche oficial".

"Sánchez y [Iván] Redondo [jefe de gabinete del presidente] han hecho sus cálculos: o se queda todo como está y no habrán perdido o ellos suben, bajan Unidas Podemos, Ciudadanos, Vox y PP sube". En Unidas Podemos saben que este puede ser un escenario, lo que convertiría en más positivo aceptar las condiciones del PSOE.

Sin embargo, también perdura la visión de que les suele ir mejor en las elecciones que en las encuestas. Y, si no, aluden a estudios en los que la suma del PSOE y Unidas Podemos tras el 10-N sería suficiente. Para los morados, este escenario daría un escarmiento a PNV y ERC y también explica su alineamiento con el PSOE para exigir un acuerdo con Podemos que no pasara por una coalición.

Podemos asegura que no se deja presionar por las declaraciones de Andoni Ortúzar y Gabriel Rufián de esta semana asegurando que no serán "obstáculo" para la investidura y apremiando a PSOE y Unidas a ponerse de acuerdo que ninguno del  dos ve obligado sea de coalición. Por en contrario, creen que están motivadas por su miedo a perder la "influencia" sobre el Gobierno que catalanes y vascos han ejercido durante décadas si el 10-N Unidas Podemos da la suma necesaria al PSOE. Algo que no está nada claro.

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