Sánchez rebaja la oferta a Iglesias con la vista puesta ya en las elecciones

Sánchez saluda a los asistentes al acto donde ha presentado su acuerdo programático.
Sánchez saluda a los asistentes al acto donde ha presentado su acuerdo programático.
Chema Moya / EFE
Sánchez saluda a los asistentes al acto donde ha presentado su acuerdo programático.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha lanzado este martes una última oferta a Pablo Iglesias para que acepte apoyar su investidura sin un Gobierno de coalición, aunque por el nivel de la propuesta en comparación con las exigencias de Unidas Podemos y el tipo de acto en el que ha tenido lugar el anuncio, parece que ya tiene la vista puesta en nuevas elecciones. Para empezar, porque la oferta es inferior y dista mucho de la última, de coalición, que le hizo a Iglesias en julio. Para terminar, porque el presidente han dejado claro que no está "dispuesto" a presidir un Gobierno que no sea ni eficaz ni dé estabilidad. Si la única alternativa para Podemos sigue siendo una coalición, Sánchez ha descartado incluso volver a presentarse de nuevo a una votación de investidura. "Creo que no merece la pena intentarlo", ha afirmado.

Sánchez ha lanzado una última oferta a Iglesias, porque ha sido esta misma mañana y porque desde Moncloa apuntan a que no habrá más y ya dependerá de lo que diga Iglesias. Es notablemente inferior a la vicepresidencia y los tres ministerios que le ofreció antes de la votación del 25 de julio, que certificó el fracaso de su investidura y para el PSOE eliminó toda posibilidad posterior de coalición.

El escenario ha sido también esclarecedor. El PSOE ha preparado un acto del estilo de la presentación del programa electoral el pasado mes de marzo, que, como en cualquier mitin electoral, ha estado precedido de una larga cola para entrar en un espacio con capacidad para unas mil personas. Ministros, dirigentes territoriales del PSOE y de las organizaciones sociales con las que se ha reunido este agosto han aplaudido desde las primeras filas cada una de las medidas que el presidente ha ido desgranando, de un documento con pocas novedades con respecto a propuestas anteriores, tanto electorales , de negociación o su discurso de investidura.

La novedad ha llegado en relación con Iglesias, porque Sánchez ha descartado ya totalmente esperar nada de PP y Ciudadanos, a quienes hasta hace unos días no pedía más que una "abstención técnica". "Es inútil apelar a la responsabilidad de las fuerzas conservadoras" ha dicho, antes de volverse a Unidas Podemos, con quienes "se centran las conversaciones".

Sin embargo, la oferta que hoy ha hecho a Iglesias dista mucho de los cuatro puestos en el Gobierno que ofreció en julio, en una coalición que este martes Sánchez ha calificado de "inviable" e "impracticable". Horas después de que Iglesias insistiera en una entrevista en TVE en que Unidas Podemos tiene que estar en el Ejecutivo, Sánchez le ha ofrecido una serie de puestos en instituciones, aún por precisar y fuera del Consejo de Ministros.

Ha propuesto una "triple garantía" de verificación del acuerdo programático que Sánchez querría firmar con Iglesias, donde la estrella será el nombramiento de miembros de Unidas Podemos a la cabeza de "instituciones" que fuera del Consejo de Ministros también son "muy relevantes" para la "gobernabilidad" del país.

Se trataría de cargos "equiparables" a Secretarías de Estado, con mucha capacidad de control y supervisión pero "menos lucimiento" que un Ministerio, apuntan fuentes del Gobierno. Entre ellas podría figurar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia pero de la que quedaría excluida, por ejemplo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF). El PSOE mantiene el secreto sobre qué puestos concretos se le van a ofrecer a Unidas Podemos, previsiblemente en la reunión de equipos de negociación a la que ha convocado a su contraparte morada para esta semana.

La gobernanza "no se limita al Consejo de Ministros", sino que "hay grandes instituciones que tienen encomendadas funciones muy destacadas, desde lo jurídico a lo social, desde lo económico a lo energético", ha dicho Sánchez, que ha excluido a aquellas que se centren en "políticas de Estado", lo que descarta materias como Exteriores, Defensa o Economía. También política territorial, donde este martes ha vuelto a intentar marcar la diferencia con Iglesias al explicitar como nunca el rechazo a la celebración de un referéndum en Cataluña.

Diferencias con Cataluña

El documento de las 370 medidas "progresistas" que Sánchez quiere pactar con Iglesias y después controlar su cumplimiento contiene un elemento el que Sánchez ha incidido en la que dice es su gran diferencia con Iglesias. Ni en su programa electoral del 28-A ni en los sucesivos documentos que ha presentado después para la negociación el rechazo a un referéndum de independencia ha sido tan explícito como en el que Sánchez ha presentado hoy.

"No tiene cabida un reférendum de autodeterminación que el Tribunal Constitucional ha considerado contrario a la Constitución y que, desde una perspectiva política, provoca la quiebra de la sociedad", asegura un documento que sí apuesta por superar el "conflicto en Cataluña "impulsando el diálogo entre catalanes y también entre el Gobierno de España y la Generalitat".

Asumiendo que PP y Cs votarían de nuevo en contra de su investidura, Sánchez necesitaría al menos la abstención de ERC, pero este mensaje no iba tan encaminado a los independentistas como al propio Iglesias, que lidera un partido donde se defiende la autodeterminación y que cree que en España hay presos políticos. Para que no quedara duda, en su discurso ha asegurado que "el desacuerdo sobre Cataluña" fue el motivo del "estancamiento" desde el principio de su negociación con Iglesias, en la que éste "insistía en el punto insoslayable, la existencia de un Gobierno de coalición".

Reproches

A partir de ahí, Sánchez ha empezado su propio relato de cómo se desarrollaron los distintos encuentros con Iglesias, al que ha culpado también de haber rechazado una tras otra sus propuestas, terminando por echar para atrás también la coalición que ofreció en julio, con la que, ha dicho, "llegamos más lejos de lo que nunca nadie había ensayado en nuestro país". "Se confirmó plenamente nuestro temor sobre la concepción de dos Gobiernos en uno", ha añadido sobre las pretensiones de Iglesias, que hoy han quedado reducidas a una oferta para presidir instituciones de control.

Tanto ha cargado las pilas contra Iglesias, que Sánchez ha terminado aclarando que "pese a todo, no es momento de reproches". Según él, todavía es momento de apelar al diálogo para salvar la investidura, en unos términos tan alejados de las pretensiones de Iglesias que apuntan a todo lo contrario, a repetición electoral del 10 de noviembre. En este caso, el de este martes será recordado como el primer acto de campaña.

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